El Supremo de Brasil impide extraditar al terrorista Battisti a Italia

• El Gobierno brasileño se inclina hacia su extradición
• El italiano lleva viviendo legalmente en el país desde 2009
• Fue detenido a principios de mes por no declarar dinero en la frontera

Battisti fue detenido en la frontera con Bolivia el pasado 5 de octubre.

La Corte Suprema de Brasil ha concedido una cautelar que impide al Gobierno extraditar, deportar o expulsar al exactivista de izquierdas italiano Cesare Battisti, condenado en Italia por cuatro homicidios y refugiado en el país desde 2009.

La medida, de carácter provisional, ha sido concedida por el juez Luiz Fux a petición de la defensa de Battisti, que desde hace semanas ha manifestado su temor de que el actual presidente brasileño, Michel Temer, revoque el decreto por el que Lula Ignacio Da Silva rechazó su extradición.

Este temor es fruto de su detención hace unos días, tras ser captado en la frontera con Bolivia cuando pretendía ingresar al país con unos 6.000 dólares y 1.300 euros sin declarar. Aunque fue liberado, podría ser procesado por evasión de divisas. El Ministerio de Justicia considera que esta evasión de divisas supone una "ruptura de la confianza" con Brasil.

El Gobierno brasileño se inclina por la extradición

El italiano tendrá que esperar a que se pronuncie la primera sala de la Corte Suprema en un juicio previsto para el próximo 24 de octubre. El Gobierno brasileño ha admitido que ha recibido una nueva petición de extradición de Italia y que está dispuesto a aceptarla. Según fuentes del Ministerio de Justicia brasileño consultadas por Efe, el Gobierno está esperando su veredicto para devolverlo a Italia sin que la medida sea posteriormente anulada por la Justicia.

Battisti fue condenado en Italia a cadena perpetua por cuatro asesinatos cometidos hace 40 años, cuando formaba parte de un grupo armado de extrema izquieda, Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), un brazo de las Brigadas Rojas,. El italiano reside legalmente en Brasil desde el 31 de diciembre de 2009, cuando Da Silva, en el último día de su mandato como presidente, negó su extradición y le otorgó un estatus de refugiado político.