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Los animales, víctimas también de la oleada de incendios de Galicia, Asturias y Castilla y León

  • El fuego ha puesto en riesgo hábitats de especies amenazadas como el urogallo
  • También las zonas de hibernación del oso pardo
  • Muchos animales domésticos han muerto o sufrido quemaduras

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Una perrita lleva en la boca el cadáver de su cría calcinado en el incendio forestal producido de la aldea de Chandebrito en Nigrán (Pontevedra).
Una perrita lleva en la boca el cadáver de su cría calcinado en el incendio forestal producido de la aldea de Chandebrito en Nigrán (Pontevedra).

Cientos de animales han fallecido por la oleada de incendios que comenzó el pasado fin de semana en Galicia, Asturias y Castilla y León, y ha puesto en riesgo hábitats de especies amenazadas como el urogallo cantábrico o el oso pardo, justo cuando este animal hace acopio de reservas para su hibernación.

Desde la Fundación Oso Pardo, advierten de que la ola de incendios ha causado graves deterioros a zonas de hibernación de este animal en una época crítica del año, en la que debe hacer acopio de reservas para sobrevivir a los meses invernales.

Los mayores problemas para el oso pardo se han dado, no obstante, en las comarcas asturianas y leonesas del Narcea y del Alto Sil, aunque en Galicia, con los fuegos en la sierra de Os Ancares, también se ha dañado una importante zona de paso de este animal en la que se están llevando a cabo planes para reforzar su asentamiento dotados con más de millón y medio de euros.

De la misma forma, los animales domésticos también han sufrido las inclemencias de esta última ola de incendios, ya que son muchos los que han muerto o sufrido quemaduras después de haber sido dejados atrás apresuradamente durante las evacuaciones en las viviendas próximas a los fuegos.

Voluntarios para salvar animales

Sin embargo, también hay espacio para las noticias positivas, como es el caso de lo acontecido con la protectora de animales cooperativa Os Biosbardos, radicada en el municipio pontevedrés de Ponteareas, y que estuvo amenazada por las llamas en la tarde y noche del domingo, día de mayor impacto de la última ola de incendios.

En un comunicado publicado en una de sus redes sociales, cuentan que el fuego que afectaba los montes vecinos "parecía estar lejos hasta que el fuerte viento aceleró las llamas", con lo cual los animales pasaron a correr "serio peligro".

Fue por ello que los miembros de la protectora decidieron abrirse paso a través del operativo de extinción y subir a por los animales que allí se resguardaban. "El humo dificultaba la visión y la respiración, pero todavía daba tregua", relatan, sobre una operación de rescate que comenzó de tarde y se prolongó hasta entrada la madrugada. "Cada vez se respiraba peor y se veía menos", mientras que los focos de incendios crecían alrededor para la "desesperación" de los presentes.

Pese a ello, gracias al trabajo incansable de sus responsables, todos los animales pudieron ser desalojados del recinto sin consecuencias de mayor relevancia y pasaron la noche en viviendas y clínicas veterinarias próximas donde fueron acogidos después de que Os Biosbardos publicase un mensaje pidiendo ayuda que obtuvo una respuesta "masiva".

Desde la organización agradecen, pues, la "ola de solidaridad" con la que la gente ha contribuido a salvar un refugio "muy pobre" que se sostiene "sin ayudas económicas de ninguna Administración" y únicamente con las aportaciones de socios y los ingresos de una tienda de segunda mano y un puesto gastronómico. Otros colectivos se movilizan para impedir que se agraven las consecuencias para los animales en las zonas donde ha ardido.

Suspensión de caza indefinida

Es el caso de la Asociación Animalista Libera y Fundación Franz Weber, que han emitido un comunicado conjunto para exigir a la Xunta de Galicia que prolongue la suspensión de la caza en terrenos quemados vigente actualmente y convertirla en indefinida por un período de tres años.

Asimismo, ambos colectivos declaran también su intención de plantear una modificación normativa por la que se aumenten los plazos necesarios para poder volver a autorizar actividades cinegéticas en estas superficies y para cambiar la regla que permite adelantar incluso el período legal estipulado de tres años.