Muere Federico Luppi a los 81 años
- Estaba ingresado por las complicaciones de un hematoma tras una caída
- Recibió la Concha de Plata en San Sebastián por Martín (Hache)
El actor argentino Federico Luppi ha muerto este viernes a los 81 años de edad, según ha podido confirmar TVE y han tuiteado amigos como el cineasta Guillermo del Toro.
Luppi había sido hospitalizado este jueves en un centro médico de Buenos Aires debido a las complicaciones de un hematoma que sufrió en abril, cuando tropezó y se dio un golpe en la cabeza. A pesar de las complicaciones, este jueves se preveía que, una vez que recibiera el alta hospitalaria, Luppi, quien en los últimos meses había permanecido con asistencia médica en su casa de la capital argentina, acudiera a un centro de rehabilitación.
Luppi, que también tenía nacionalidad española y compaginó su trabajo entre su Argentina natal y España, donde residió varios años, recibió en 1997 la Concha de Plata al mejor actor en el Festival de Cine de San Sebastián por Martín (Hache). También atesora seis premios Cóndor de Plata, el máximo galardón del cine argentino.
También estuvo nominado en dos ocasiones a los Premios Goya por Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto y La ley de la frontera, ambas de 1995, pero no logró el galardón.
Su última película estrenada fue la coproducción entre Argentina y España Nieve negra (2017), a las órdenes de Martín Hodara, una película que contaba con la participación de RTVE en la producción. No obstante, tenía pendiente de estreno Necronomicón, de Marcelo Schapces.
Una vida ante los focos
Nacido en 1935 en Ramallo, en la provincia de Buenos Aires en una familia humilde de origen italiano, estudió dibujo y escultura aunque acabó dedicándose al mundo de la actuación, cuyos cursos se pagó trabajando como administrativo, corredor de seguros y empleado de banca, a la vez que actuaba en locales nocturnos de la capital argentina.
Debutó en el teatro con Ha llegado un inspector, con un papel de galán que repetiría a lo largo de su carrera. Otras de sus actuaciones destacadas sobre las tablas son Korchac y los niños, Soledad para cuatro, Nuestro fin de semana, Luv, El canto del cisne, El gran deschave, El vestidor o El guía del Hermitage.
Su compromiso con la democracia le condujo a enfrentarse con la dictadura militar argentina. Entre 1976 y 1981 estuvo censurado por el régimen, lo que aprovechó para trabajar en España donde, en 2002, se estableció de modo definitivo y logró la nacionalidad un año después.
Luppi, más conocido por su labor cinematográfica, debutó con la película de Leonardo Fabio Romance de Aniceto y la Francisco (1965) y desde entonces alternó sus rodajes en Argentina y España. Su filmografía incluye títulos como La revolución (1973), de Raúl de la Torre; Tiempo de revancha (1982), de Adolfo Aristarain; No habrá más penas ni olvido (1983), de Héctor Olivera; o La vieja música (1985), de Mario Camus.
Actor fetiche de Aristarain y Guillermo del Toro
En 1992 protagonizó la cinta de Adolfo Aristarain Un lugar en el mundo, que fue Concha de Oro en el Festival de San Sebastián y Goya a la mejor película extranjera de lengua hispana.
Trabajó en Cronos (1993), un thriller del mexicano Guillermo del Toro distinguido con una decena de galardones internacionales, entre ellos, el Premio de la Crítica de Cannes y el Premio al Mejor Actor del Festival de Sitges.
Dos años después volvió a rodar con Aristarain, esta vez La ley de la frontera, e intervino en el filme de Agustín Díaz Yáñez Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Por su interpretación de villano en este último, Luppi recibió un Premio Ondas.
Sus siguientes apariciones fueron Éxtasis (1996), de Mariano Barroso; Sol de otoño (1996), de Eduardo Mignona, cuya cinta fue Goya a la mejor película extranjera y supuso a Luppi el Premio al mejor actor del Festival Internacional de Cine y TV de Cartagena.
En 1997 llegó la coproducción hispano-argentina Martin (Hache), a las órdenes de Aristarain y en la cual encarnó a un director de cine argentino que es visitado en Madrid por su hijo. Ese personaje, uno de los que mejor expresaba la elegancia y clase de Luppi ante las cámaras, le valió la Concha de Plata del Festival donostiarra.
Tras la película de Juan José Jusid Bajo bandera (1997) protagonizó Frontera sur (1998), coproducción hispanoargentina de Gerardo Herrero sobre los comienzos de la emigración española hacia Argentina en las dos últimas décadas del siglo XIX.
Posteriormente hizo Lisboa (1999) y Las huellas borradas (1999), Divertimento (2000), protagonizada junto a Francisco Rabal; El espinazo del diablo (2001), de Guillermo del Toro; Lugares comunes (2002), de Lorenzo Aristarain; El último tren (2002), de Diego Arsuaga, con Héctor Alterio y José Soriano; Incautos (2003), de Miguel Bardem; o El lugar donde estuvo el paraíso (2004), de Gerardo Herrero.
Les siguieron, El buen destino (2005), El viento (2005), Cara de queso (2006) y El laberinto del fauno (2006), dirigida por Guillermo del Toro; Que parezca un accidente (2008), Ese beso (2008), o Verano amargo (2009).
Sus últimos papeles fueron Sin retorno (2010), Cuatro de copas (2011), Inevitable (2014), Magallanes (2016) y Al final del túnel (2016).
Distinguido con el Coral de Honor a su trayectoria por el Festival cubano de La Habana (2002), debutó como director con el largometraje Pasos (2005), sobre un guión de su esposa (Susana Hornos), protagonizado por Ana Fernández y Alberto Jiménez.
Luppi estaba casado con la actriz española Susana Hornos desde 2003.