La hermana de Marina declara ante el tribunal que Morate controlaba "cada paso que ella daba"
- Sergio Morate se niega a declarar en el juicio por el doble crimen de Cuenca
- Una amiga de Marina: Morate insinuó que contrataría a alguien para matarla
- La Fiscalía pide 48 años por los dos asesinatos cometidos en 2015
- Será juzgado por un jurado popular formado por dos mujeres y siete hombres
Alina Okarinska, la hermana de Marina, ha asegurado en la primera sesión del juicio contra Sergio Morate, por el asesinato de su exnovia, Marina, y de la amiga de ésta, Laura del Hoyo, que él "controlaba cada paso que Marina daba" y que llegó a viajar hasta Ucrania cuando su hermana ya estaba asentada en su país de origen tras poner fin a su relación.
Morate, acusado del doble asesinato de Marina Okarinska y Laura del Hoyo en agosto de 2015, se ha acogido a su derecho a no declarar a ninguna de las partes en el juicioque se sigue contra él en la Audiencia Provincial de Cuenca con jurado popular, formado por dos mujeres y siete hombres.
"Mi hermana, por ejemplo, venía a mi casa, y cada dos por tres le llamaba para preguntar qué hacía. Siempre le vigilaba", ha asegurado Alina Okarinska ante el tribunal, y ha apuntado que, por este motivo Marina decidió en marzo de 2015 volver a Ucrania, porque quería romper la relación con Morate.
Morate "había pasado a cenar y se había ido muy rápido"
En su testimonio, ha dicho que la tarde en la que desaparecieron Laura y Marina acudieron a la casa de Morate, donde ya se encontraba la policía.
En casa de Morate, según ha señalado Alina, coincidieron con su madre que "estaba destrozada" y con quien había contactado previamente por teléfono para preguntar por él y por si conocía el paradero de Marina y Laura. "Me dijo que no sabía nada, y que Morate había pasado a cenar y se había ido muy rápido", ha asegurado.
A preguntas de su abogada, la hermana de Marina ha reconocido que en dos ocasiones ha tenido que dejar sendos puestos de trabajo a instancias de Morate a quien "no lo gustaba" sus labores. En ambas ocasiones, ha dicho, dejó dos establecimientos hosteleros para pasar a trabajar con la familia de Morate, en su tienda de muebles primero y en el restaurante de un tío suyo después.
Según Alina, el control de Morate hacia su hermana era tal que incluso accedía a su teléfono móvil. "Mi hermana tenía cuentas en redes sociales ucranianas, y él llegaba a utilizar un traductor para entender los mensajes", ha detallado.
Los padres de Marina confirman que la controlaba
De su lado, la madre de Marina, Olga Okarinska, ha dicho a preguntas del Ministerio Fiscal que su hija vivía desde hacía ocho años en España, y que conocía a Sergio Morate por su relación amorosa, que duró unos cuatro años.
También ha reconocido que tenía conocimiento de que Morate ejercía control sobre Marina, si bien nunca tuvo constancia de que hubiera sufrido algún tipo de maltrato físico.
En el mes de marzo, según la madre de Marina, ella puso fin a su relación con Morate y regresó a Cuenca en el mes de abril, coincidiendo con la Semana Santa, para trabajar en un restaurante del Casco Histórico de Cuenca, periodo en el que no volvió a tener relación con Morate.
El padre de Marina, Yevhem Okarinskyi, ha declarado que cuando Sergio se enteró de que iba a ir a buscar a su hija desde Cuenca al aeropuerto, se ofreció a hacerlo él, y pese a haberle dicho que no tras consultarlo con su hija, Morate fue también al aeropuerto.
Una vez había regresado a Ucrania, la madre de Marina ha asegurado que Sergio llamó a Marina para pedirle que regresara a la vivienda que habían compartido a recoger sus enseres, a lo que ella se negó reiteradamente hasta el día de los hechos porque las cosas que quedaban no tenían importancia para ella.
Según Alina Okarinska, su hermana al final accedió a ir a buscarlas porque lo único que quería es que acabara su relación.
Una amiga de Marina declara que hubo maltrato físico
En el juicio también ha declarado como testigo una amiga íntima de Marina Okarinska, Bárbara M., quien ha revelado que el acusado maltrataba físicamente a su exnovia, pero que ella nunca denunció este extremo por "cariño y respeto" a la madre del acusado.
Según ha dicho, incluso en alguna ocasión presentó moratones en la cara y en el cuerpo. Bárbara, que se ha derrumbado durante su intervención, ha desvelado igualmente que realizó una grabación de una conversación mantenida con Marina, en la que le contaba que tenía miedo, porque tenía el presentimiento de que era "la última vez" que la iba a ver.
Esta grabación, que ha sido reproducida en el juicio, ha sido de los pocos momentos en los que Morate ha cambiado el gesto, que se ha mantenido frío durante todo el día. En la conversación, según ha subrayado Bárbara, Marina le llega a confesar que en alguna ocasión Morate había insinuado que podría llegar a contratar a alguien para "liquidarla".
Por la sala de vistas también ha pasado María Luisa L., exjefa de Marina en el restaurante del Casco Histórico de Cuenca, quien ha asegurado que la relación entre ambos era "de posesión y acoso".
María Luisa ha revelado además que Marina redactó "un documento" a Gómez Cavero, ahora abogado de Morate, para que éste "no se fuera de rositas" si le pasaba algo. "Lo que más me sorprendió es que una persona de 22 años tenga que hacer un testamento por si le pasaba algo", ha afirmado.
Morate se niega a declarar
Tras las exposiciones de la fiscalía, las acusaciones particulares y el abogado defensor, el primero que iba a prestar su testimonio era el propio acusado, que se ha acogido a su derecho a no declarar.
Los padres del acusado, José Agapito Morate y María Jesús Garcés Escribano, también se han negado a declarar, al igual que su hermano Óscar, que ha declinado también hacerlo a través de una videoconferencia.
Sí han testificado dos tías de Morate. Una de ellas, Ana María M., ha reconocido que el día de los hechos el acusado acudió a su vivienda de Chillarón y que se fue de casa "con mucha prisa" y ha asegurado que no tenía conocimiento de que tuviera previsto un viaje inminente a Rumanía.
María Luz G., también tía de Morate, ha dicho desconocer si entre Marina y Sergio había mala relación o que hubiera habido episodios de malos tratos.
La defensa de Morate sostiene que no hay una sola prueba que incrimine a su defendido y solicita su absolución. Sostiene que él "nunca tuvo pensamiento" de acabar con la vida de Marina "ni confeccionó un plan" para ello, añadiendo que había una relación entre ambos "estrecha y cordial", como a su juicio demuestra un encuentro previo en Valencia para operar a un perro propiedad de Marina.
La Fiscalía pide 48 años para Morate
Mientras, la fiscal y las acusaciones particulares han expuesto al jurado su consideración de que Morate es el autor de las muertes de Marina y de Laura y han hecho hincapié en el carácter posesivo de Morate, que hacía que la relación de "dominación" fuera "absoluta" sobre Marina, según la fiscal, "hasta el punto que decide matarla cuando decide abandonarlo".
La fiscal, que pide 48 años de cárcel para Morate y una indemnización de 510.000 euros para las familias de las víctimas, ha sostenido que Morate mató a Marina con alevosía, dándole un golpe en la cabeza por detrás y poniéndole una brida en el cuello, mientras que hizo lo propio con Laura para evitar que se descubriera un crimen, por lo que su muerte debe considerarse también asesinato.
La abogada de la familia de Marina se ha dirigido al jurado recalcando que todas las circunstancias preparatorias fueron ideadas para "actuar con impunidad" y que actuó con alevosía con un "ataque por sorpresa" que aseguraba la indefensión de Marina, "una gravedad añadida a estos hechos".
El abogado de la familia de Laura, Luis Felipe Valero, ha dicho en sus alegaciones que en el caso de Laura "también hay alevosía" ya que tampoco tuvo posibilidad de defensa, a lo que ha sumado que cerró con llave la puerta de la vivienda para que "no hubiera defensa posible".
La Audiencia rechaza incomunicar al jurado
El jurado, la Fiscalía y el presidente de la Audiencia Provincial de Cuenca y presidente del tribunal, José Eduardo Martínez Mediavilla, han rechazado la incomunicación del jurado popular o en su defecto celebrar las sesiones a puerta cerrada como solicitaba la defensa de Morate argumentando que los miembros del jurado habían declarado sentirse influenciados por los medios de comunicación.
También el presidente del tribunal ha rechazado la petición de la abogada de la familia de Marina Okarinska de que el jurado procediera a hacer una inspección ocular de la vivienda en la que supuestamente se cometieron los asesinatos.
En esta primera jornada del juicio se han vivido momentos de tensión. La hermana de Marina se ha dirigido directamente al presunto asesino nada más entrar a la sala de vistas para espetarle: "Levanta la cabeza, desgraciado, y mira a mi madre a la cara".
A la llegada a la Audiencia Provincial de Cuenca, familiares de las víctimas estaban esperando a Morate. Ante un amplio despliegue de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, cerca de una veintena de personas esperaban al acusado portando pancartas en las que se podía leer 'Todos los conquenses queremos que te pudras en la cárcel' y le han recibido entre gritos de "asesinos".
El juicio oral está señalado para toda la semana, con la declaración de 39 testigos, además de 49 policías nacionales, incluyendo el intendente jefe de Policía de Cuenca, y varias pruebas periciales, entre ellas la declaración de los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Cuenca, de Guadalajara y Albacete, que practicaron la autopsia.
El juicio se desarrolla en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Cuenca, en la calle Palafox, donde se han habilitado hasta tres salas de prensa para que sigan las sesiones el medio centenar de periodistas acreditados de una treintena de medios de comunicación.
Según el escrito de acusación de Fiscalía, las dos jóvenes acudieron la tarde del 6 de agosto al piso de Morate a recoger algunos objetos personales de Marina y, una vez allí, él asfixió a Marina y estranguló a Laura, para después trasladar sus cuerpos en bolsas de plástico hasta el paraje 'El Bodegón', en la cercana localidad de Palomera, para dejarlas semienterradas en cal viva.
Morate, que huyó a Rumanía, donde fue detenido el 13 de agosto en la localidad de Lugoj, y fue extraditado a España el 6 de septiembre por auto del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Cuenca, se encuentra desde entonces en prisión preventiva comunicada y sin fianza en la cárcel de Estremera, en Madrid.