Cai Guo-Qiang: "Usar la pólvora implica tensión, aventura y riesgo hasta el clímax de la explosión"
- Cao Guo Quiang presenta la muestra El espíritu de la pintura en El Prado
- El pintor ha trabajado con igniciones de pólvora en el Salón de Reinos
- RTVE.es entrevista al artista chino
“Una liberación final, osada y catártica”. Así define el artista chino Cai Guo-Qiang, la culminación de su trabajo en las entrañas del Museo del Prado, que arrancó un año antes en Nueva York con numerosas pruebas y una tormenta de ideas.
Una creación “viva” y tan al límite que apenas ha concluido hace unas horas, como atestigua el intenso olor a pólvora que flota en la Sala C del edificio de los Jerónimos donde se exhibe El espíritu de la pintura. Cai Guo-Qiang en el Prado, que podrá visitarse hasta el 4 de marzo de 2018.
Una muestra compuesta por 27 pinturas creadas con igniciones de pólvora sobre lienzo, ocho de las cuales han sido alumbradas en la pinacoteca madrileña en una iniciativa inédita: Cai Guo-Qiang es el primer autor contemporáneo que ha trabajado in situ entre las paredes que acogen el legado de los grandes maestros de El Prado.
Precisamente, este diálogo e intercambio artístico con algunos genios como Rubens, Goya, Tiziano, Velázquez y su idolatrado Greco, es el que ha guiado los pasos del artista chino, cuyo objetivo es plasmar la esencia de estos grandes creadores.
“Todos ellos son innovadores. Son pioneros en algo, sobre todo en el reflejo de su sentimiento personal. Las pinceladas y muchos elementos reflejan su estado de ánimo. Son cosas muy subjetivas”, señala con admiración el artista, cuya labor culminó en la noche de este lunes con la gran explosión del mural a escala monumental El espíritu de la pintura, en el que plantas y tejidos se superponen con la pólvora [Ver imagen de la fotogaleria].
Una creación compleja
Durante casi un mes, Cai Guo-Qiang ha convertido el emblemático Salón de Reinos del Museo en su estudio de creación como residente. Un camino no exento de dificultad que casi se ha convertido en un autoaprendizaje, tal y como confiesa el autor a RTVE.es.
“Al llegar al Salón de Reinos, creía que la espiritualidad de los grandes maestros iba a entrar en mis trabajos automáticamente pero luego vi que no iba a ser tan fácil. Luego me di cuenta de que tenía que ensayar, buscar e investigar para captarlo e incluirlo en mis obras. Tenía que aventurar y arriesgar”, señala con cierto alivio sobre este estallido de color y creatividad que representan sus pinturas, en las que el fuego simboliza la conexión entre Oriente y Occidente difuminando culturas y fronteras.
Pintor en su orígenes, profundo admirador de El Greco, por el que ha viajado varias veces a Toledo para reconstruir sus pasos artísticos, y reconocido internacionalmente como maestro de la performance con shows como la ceremonia de apertura de las Olimpiadas de Pekín, Cai Guo-Qiang aprendió a manejar la pólvora como un pincel en su apuesta por la experimentación y el riesgo. Un “flujo de energía” siempre imprevisible y marcado por la alquimia.
“Nunca sabemos cómo va a quedar el resultado. Hay expectación, aventura y riesgo. Es como si fuera hacer el amor. Hay tensión y agitación hasta llegar al clímax que es la explosión”, señala en la presentación ante los medios este martes.
Este universo naturalista de animales, fuego, flores, colores, cielo y furia que engloba su arte, ha sido recogido en un documental dirigido por Isabel Coixet. Un proceso creativo en el que el pintor emerge como artesano frente al bombardeo de imágenes propio de la era digital.
“Yo creo que los artistas tenemos que crear las obras in situ, en una situación real, para plasmar nuestra sensibilidad. Crear pinturas a mano tiene un sentido y estos elementos son difíciles de reemplazar por las imágenes de los ordenadores”, concluye.