La Revolución Rusa cumple cien años
- El 25 de octubre de 1917 los guardias revolucionarios asaltaron el Palacio de Invierno
- Rusia no celebra oficialmente la efeméride
- Publicaciones, eventos e iniciativas en internet recuerdan la fecha
La Revolución Rusa cumple cien años. El 25 de octubre de 1917 (según el antiguo calendario juliano, vigente hasta la propia Revolución; en el resto del mundo, donde regía el calendario gregoriano, la revolución fue un 7 de noviembre), los guardias revolucionarios que seguían órdenes de León Trotsky tomaron el Palacio de Invierno de San Petersburgo y depusieron al gobierno provisional de Alexander Kerensky.
Dicho gobierno había sido establecido tras la primera revolución, la de febrero, que había depuesto el régimen absoluto del zar entre las protestas por la falta de pan. El Imperio Ruso se encontraba inmerso en la Primera Guerra Mundial, que había causado desabastecimiento, hambre y millones de muertos, y había puesto de manifiesto el anacronismo del régimen zarista.
La Revolución de Octubre fue obra de los bolcheviques, la facción del Partido Obrero Socialdemócrata ruso (origen del Partido Comunista) encabezada por Vladimir Ilich Ulianov, Lenin. Su objetivo declarado era "dar todo el poder a los soviets", los consejos de obreros, soldados y campesinos formados desde febrero en toda Rusia, también en el frente.Y transformar la revolución política de febrero en una revolución social, que acabara con el modo de producción capitalista y diera paso al socialismo, en Rusia y en Europa.
Las repercusiones de la Revolución de Octubre no se limitaron a la caida, definitiva, de la monarquía (Nicolás II y toda su familia fueron asesinados por los bolcheviques) o del capitalismo ruso, ni a la fundación, posterior, de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Las influencias tanto del acontecimiento histórico (comparable con la Revolución Francesa de 1789) como de la ideología que lo animaba se dejaron sentir en toda Europa y en el mundo durante varias generaciones, y marcaron el siglo XX en todos los aspectos: de la economía a la política, pasando por la sociología, el arte y la cultura.
El historiador británico Eric Hobsbawn hablaba del "Siglo XX corto" (1914-1991) que casi coincide con la vida de la URSS.
Conmemoraciones y estudios
Probablemente el lugar donde más problemático es el recuerdo de la Revolución de Octubre es allí donde tuvieron lugar los hechos: Rusia. No habrá desfiles ni celebraciones oficiales, como sí ocurre con la victoria sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
En su discurso sobre el Estado de la Nación en diciembre pasado, el presidente Vladímir Putin circunscribió la conmemoración a un evento historicista y académico, evitó reivindicar tanto a los zares como a Lenin y advirtió contra una interpretación divisoria. "Es un buen momento para recordar las causas y motivos de estas revoluciones. Recordemos que somos un solo pueblo, un pueblo unido. Y solo tenemos una única Rusia”, declaró.
En el resto del mundo no faltan iniciativas de todo tipo, desde debates a eventos artísticos, que recuerdan la fecha. Quizá las más originales se encuentren en Internet. Por ejemplo, el "Telégrafo Ruso" (Russian Telegraph), una cuenta de Twitter (en inglés) que permite "revivir" los acontecimientos de 1917 actualizados al lenguaje y los medios de comunicación actuales.
O el Proyecto 1917 que, con un blog y cuentas en redes sociales, intenta recuperar las fuentes originales de ese momento histórico.
En España, el centenario ha provocado la publicación de numerosos títulos que, con diferente estilo, enfoque o estructura, analizan uno de los acontecimientos más trascendentales del siglo XX.
Así, en "El siglo de la Revolución. Una historia del mundo desde 1914" el historiador Josep Fontana revisa la Historia desde el punto de vista del miedo a la revolución. Fontana considera que la Revolución Rusa "sigue siendo un fantasma que atemoriza las noches de los poderosos".
Mientras que Juan Eslava Galán (Premio Planeta 1987 y jurado del galardón) desgrana en "La revolución rusa contada para escépticos" los motivos del triunfo revolucionario con un relato lleno de intrigas y enredos que incide en la vida de los protagonistas y que se lee como una novela, informa Efe.