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Rusia veta la investigación de ataques químicos en Siria y crea la enésima fractura en la ONU

  • Con 11 votos a favor, dos abstenciones y dos en contra
  • Bolivia también ha votado no a la resolución

Un grupo de expertos presentará un analisis sobre el ataque químico en Jan Shijún

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Rusia solicitó postponer el voto para prolongar la investigación sobre los ataques químicos en Siria
Rusia solicitó postponer el voto para prolongar la investigación sobre los ataques químicos en Siria

Rusia ha vetado este martes una propuesta para prorrogar la investigación internacional sobre los ataques químicos en Siria, creando la enésima fractura en el Consejo de Seguridad de la ONU en torno al conflicto en el país árabe

El "no" ruso ha impedido la adopción de una resolución propuesta por Estados Unidos y que recibió 11 votos a favor, dos abstenciones y dos votos en contra.

Se trata de la novena vez que Moscú hace uso de su poder de veto en el Consejo de Seguridad en cuestiones relacionadas con la guerra siria, que ha creado una profunda división en el máximo órgano de decisión de Naciones Unidas.

Desde hace años, las potencias occidentales acusan a Rusia de utilizar su asiento permanente en el Consejo para proteger al Gobierno sirio, su aliado, de castigos por parte de la ONU.

Ese mensaje se ha reiterado este martes vinculado al supuesto uso de armas químicas, precisamente una de las pocas facetas del conflicto en la que los dos bandos han llegado a acuerdos en el pasado.

"Rusia vuelve a ponerse en el lado de los dictadores y terroristas que usan estas armas", ha denunciado la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley. Estados Unidos ha acusado a Rusia de apoyar el uso de armas químicas contra "mujeres y niños" por parte del régimen sirio de Bachar al Asad. Según la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, "bloquear la extensión de esa investigación no significa nada más que el apoyo de Rusia al uso de armas químicas contra mujeres y niños inocentes".

Además de Rusia, Bolivia también ha votado en contra de la resolución, mientras que China y Kazajistán se abstuvieron y el resto de países votaron a favor.

Informe sobre el ataque químico

En esta ocasión, antes de su veto, Rusia insistió en posponer el voto durante unos días, hasta el próximo 7 de noviembre, con el fin de que la decisión se tomase una vez conocido un informe que los expertos internacionales tienen previsto presentar esta semana.

Ese documento contiene su análisis sobre el ataque químico registrado el pasado abril en la localidad siria de Jan Shijún, el más importante de los últimos años.

Las potencias occidentales, que han culpado desde un primer momento al régimen sirio de Bachar al Asad, esperan que el informe de los expertos respalde esa versión y, por ello, querían precisamente que se prorrogase su mandato antes de la publicación.

EEUU. y sus aliados advertían de que Rusia se opondría a la continuidad de la investigación si el informe señalaba al ejército sirio.

Mientras tanto, el embajador ruso, Vasili Nebenzia, les ha acusado de mentir y de forzar el voto antes de tiempo únicamente con el fin de "deshonrar" a su país. "Ustedes están dividiendo artificialmente este Consejo", ha insistido Nebenzia, que ha defendido la importancia de esperar a analizar el informe sobre Jan Shijún antes de prorrogar el mandato de los expertos.

Rusia ha criticado repetidamente los métodos de la investigación y ha cuestionado sus conclusiones, según las cuales el régimen sirio utilizó sustancias prohibidas en varias ocasiones en 2014 y 2015.

A la espera del acuerdo

Los investigadores de la ONU y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) también han responsabilizado al grupo terrorista Estado Islámico de haber usado ese tipo de armamento en al menos una ocasión.

El mandato del mecanismo de investigación vence a mediados de noviembre, por lo que, si no hay un acuerdo antes de esa fecha, tendrá que cesar sus trabajos.

Varios miembros del Consejo han confiado en que en las próximas semanas, una vez conocido el informe que espera Rusia, pueda lograrse un arreglo para prorrogar la investigación.

El mecanismo de investigación de la ONU y la OPAQ, conocido por las siglas inglesas JIM, fue creado con el apoyo tanto de EE.UU. como de Rusia.

Los dos países habían llegado antes, en 2013, a un acuerdo por el que Siria aceptó la destrucción de su arsenal químico tras varios supuestos ataques.

Desde entonces, sin embargo, se han vuelto a ver incidentes químicos en el país, el más grave el de Jan Shijún, que mató a cerca de un centenar de personas y que llevó a Washington a responder lanzando su primer y único ataque directo contra el ejército sirio.

Rusia, que hasta ahora ha abortado en el Consejo de Seguridad cualquier intento de sancionar a Damasco por ese y otros episodios, ha sido muy crítica con el movimiento y sigue insistiendo en que no ha visto ninguna prueba de la responsabilidad del régimen sirio en Jan Shijún.

La portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Heather Nauert, también expresó su "preocupación" por el veto ruso.

"Estamos muy decepcionados porque Rusia pusiera lo que considera consideraciones políticas por encima del pueblo sirio que fue tan brutalmente asesinado" en los ataques químicos, afirmó Nauert en otra conferencia de prensa.

Rusia había solicitado posponer el voto sobre la resolución durante unos días, hasta que se conozca esta semana el informe de los expertos sobre el ataque químico del pasado abril en la localidad siria de Jan Shijún, pero no obtuvo respaldo suficiente.

Mientras tanto, Washington y sus aliados insistían en la necesidad de renovar por un año el mandato del grupo de expertos antes de la publicación de ese informe.

Su argumento era que Rusia se opondría a la extensión si el texto responsabilizaba al régimen sirio, aliado de Moscú, del ataque de Jan Shijún.

El embajador ruso, Vasili Nebenzia, acusó hoy a EEUU de mentir y de forzar el voto antes de tiempo únicamente con el fin de "deshonrar" a su país.

El mandato de los expertos no expira hasta el 16 de noviembre, por lo que el Consejo de Seguridad aún tiene margen para tratar de volver a aprobarlo, algo que Moscú no ha descartado.

La investigación la lleva a cabo un mecanismo conjunto de la ONU y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y se conoce habitualmente por sus siglas inglesas (JIM).

El mecanismo se creó con apoyo de Moscú, pero desde entonces Rusia ha protegido siempre a sus aliados de Damasco de posibles sanciones por la utilización de armas químicas.

En 2013, como consecuencia de un acuerdo entre Rusia y Estados Unidos, Siria aceptó la destrucción de su arsenal químico tras varios supuestos ataques. EFE