Mueren al menos seis personas en una tensa jornada electoral en Kenia
- El país repite las presidenciales tras la anulación del resultados en el Supremo
- Sin embargo, la oposición ha llamado a no participar en la "farsa electoral"
- En cinco de los 47 condados, la votación tendrá que repetirse el sábado
- La participación en los que se ha votado ha sido muy baja, del 48 %
Al menos seis personas han muerto durante la tensa jornada electoral celebrada en Kenia, donde se han repetido los comicios presidenciales tras la anulación en el Tribunal Supremo de los resultados aunque sin la participación de la oposición, que ha boicoteado la votación por la falta de credibilidad del proceso electoral.
A pesar de que el líder de la principal formación opositora, la Súper Alianza Nacional (NASA, por sus siglas en inglés), Raila Odinga, había pedido a sus seguidores que se quedaran en casa, las protestas han sido de tal dimensión que la Comisión Electoral se ha visto obligada a posponer al sábado la votación en cuatro de los 47 condados del país.
Estas áreas, situadas en el oeste de Kenia, son Homa Bay, Migori, Siaya y Kisumu, la tercera ciudad del país, todas ellas tradicionales bastiones de la oposición, donde las barricadas y los controles informales han impedido abrir los colegios electorales. Así, en el conjunto del país, 5.319 de los 40.883 centros de votación no han podido abrir sus puertas.
Pese a que las autoridades habían garantizado condiciones de seguridad a la Comisión Electoral, en Kisumu los funcionarios no han podido siquiera acceder al almacén donde se custodiaban urnas y papeletas, mientras que en Homa Bay ni han acudido a los colegios ante las amenazas recibidas.
El presidente de la Comisión Electoral, Wafula Chebukati, ha señalado en rueda de prensa que si el sábado se enfrentan a problemas similares, "la Comisión tendrá que tomar una decisión". Asimismo, los observadores nacionales han denunciado ataques y robos en zonas de Mombasa y Nairobi, las dos principales ciudades del país.
Decenas de heridos en los disturbios
La respuesta de la Policía, que ha empleado abundante material antidisturbios y munición real, ha causado al menos seis muertos por heridas de bala y decenas de heridos. La Policía, que considera que "la mayoría del país está en paz", ha asegurado en un comunicado que las protestas no son más que "incidentes aislados" protagonizados por "bandas de jóvenes".
Sin embargo, por las redes sociales han circulado imágenes que mostraban centros de votación de zonas favorables a Odinga totalmente vacíos, mientras que en otras regiones donde la oposición es menos influyente, la votación transcurría con relativa normalidad.
Aunque, durante la mañana, el ministro keniano del Interior en funciones, Fred Matiangi, defendía que no había "ningún problema de seguridad", la Policía ha tenido que incorporar a guardas forestales y funcionarios de prisiones, entre otros funcionarios, para completar un dispositivo de 130.000 agentes.
En este sentido, la participación ha sido sensiblemente baja, incluso en las zonas que apoyan al actual presidente keniano, Uhuru Kenyatta: la Comisión Electoral la ha cifrado al cierre de los colegios en un 48 %, algo que contrasta con el 79,5 % que se registró en los comicios del 8 de agosto. "Esta vez va a ser más fácil y rápido contar los votos", comentaba un funcionario de la Comisión asignado al colegio Saint George's del distrito de Kilimani, en Nairobi.
Estos datos contrastan con los ofrecidos por la NASA, que asegura que "no se ha llevado a cabo votación alguna en más del 60 % del país" y que en los bastiones del Jubileo, el partido de Kenyatta, la participación fue "inferior al 30 %". Con todo, tras depositar su voto, Kenyatta apelaba a la "madurez democrática" de los kenianos para superar lo que calificó de "problema de tribalismo".
Un país en el alero
Pese a sus palabras, Kenia vive un pulso en el que la oposición afirma que la abstención es una defensa de la democracia contra la dictadura que supuestamente quiere imponer Kenyatta, cuyos seguidores, sin embargo, han acudido a las urnas con normalidad.
La oposición llamó a no participar en las elecciones ya que considera que la Comisión Electoral no había acometido las reformas necesarias para garantizar un proceso creíble que evitara repetir las irregularidades que llevaron a invalidar los resultados de los comicios del pasado 8 de agosto, que se saldaron con la reeleción del presidente Uhuru Kenyatta.
En su mitin de cierre de "no campaña" de este miércoles, Odinga apeló a "todas las fuerzas progresistas del país" para unirse y conseguir la convocatoria de otras elecciones, esta vez con garantías democráticas, en un plazo de 90 días.
El actual clima de tensión en Kenia, que celebrará los comicios bajo la atenta mirada de la comunidad internacional, hace temer que se puedan repetir los episodios de violencia postelectoral de 2007, cuando murieron más de 1.100 personas y otras 600.000 se vieron obligadas a abandonar sus hogares.
Ante el riesgo de violencia generalizada, Amnistía Internacional ha exigido a las fuerzas de seguridad kenianas que "se controlen" y que "eviten utilizar armas de fuego para dispersar las protestas" en las zonas opositoras.