Isabel Coixet: "La situación en Cataluña es muy difícil de tragar y digerir"
- La directora estrena La librería, un retrato amargo de la mezquindad de la sociedad
- Protagonizada por Emily Mortimer y Bill Nighy, cuenta con la participación de RTVE
- RTVE.es entrevista a la directora y la protagonista
A Isabel Coixet se le ha juntado el estreno de La librería, un retrato amargo de la mezquindad de la sociedad, con su denuncia pública de atmósfera social en Cataluña. ¿Casualidad? Sí, aunque la cineasta reconoce en la historia “una resonancia muy profunda”. Basada en una novela de Penelope Fitzgerald, y protagonizada por Emily Mortimer y Bill Nighy, se estrena el 10 de noviembre con la participación de RTVE en la producción.
Primero, la película. La librería, ambientada en 1959, es la historia de Florence Green (Emily Mortimer), una amable mujer que llega a un pequeño pueblo inglés con el empeño de abrir una librería. Pronto encontrará la resistencia de la prócer loca (Patrica Clarkson), y de los que mansamente se dejan manejar o bailan el agua a los poderosos.
"Hay unas constantes en la naturaleza humana", explica. "La gente genuinamente buena se ve obligada a veces a decir las cosas muchas veces, a intentarlo muchas veces, y se resisten a creer que la gente va a ser mala y van a destruir sus sueño".
Como en su anterior película, Nadie quiere la noche, la heroína es pura determinación y coraje. “Hay algo en ella que me parece más valiente que muchos de los superhéroes y superheroínas que hay volando por allí”, añade.
A su lado, Emily Mortimer asiente. “A menudo las películas tratan de cosas que consigue la gente, gente que persigue sus sueños y los logra o no, pero las películas raramente reflejan la historia de la lucha de cada día: tratar valerosamente de hacer algo y fracasar al final. Es la experiencia más universal, lo contrario es lo raro”.
Coixet habla en La librería de la banalidad del mal, del mediocre que sigue la voz cantante porque evita pensar como individuo. Afirma que aligeró una novela decididamente sombría. “El nihilismo de Penelope Fitzgerald es, básicamente: la vida es dura y te mueres. Para mí es de una negrura insoportable y, siendo fiel al espíritu, para mí era importante algo de esperanza y luz”.
"La situación en Cataluña es difícil de digerir y de tragar"
Tras publicar una serie de artículos contra el hostigamiento de los independentistas en Cataluña, Coixet vive en el disparadero mediático y hasta se ha convertido en víctima de la posverdad con textos apócrifos que circulan por redes sociales que zanjó categóricamente: “lo único cierto está en mi instagram”.
“La situación en Cataluña es para mucha gente difícil de digerir, de tragar. Sigo pensando lo que siento. Habrá unas elecciones, votaremos. Pero veo cosas que preferiría no ver”, explica la cineasta, que también reclamó la dimisión de Rajoy tras el 1-O.
¿Hay paralelismos con la película? “En cuanto a la comunidad que te expulsa, no. Me he ido muchas veces y he vuelto muchas veces. “La historia es así: una montaña rusa. Soy licenciada en historia y las corrientes pasan: a veces te sientes más incomprendido e identificado y otras menos”.
Los libros, como refugio y alimento, son homenajeados en la película, con menciones a libros capaces de soliviantar a la sociedad (Lolita) o combatirla (Fahrenheit 451). En la presentación de su película en el último Festival de Valladolid, afirmaba que estaba leyendo a Stefan Zweig, tal vez buscando mirarse en otro progresista profundamente antinacionalista. Si algo queda tras ver La librería, son los libros. “Es un canto a las librerías, los lugares que me han proporcionado refugio toda la vida”.