El heredero más poderoso de Arabia Saudí agita Oriente Medio
- Mohamed bin Salmán, nuevo sucesor al trono, acapara un poder sin precedentes
- Hace una semana sorprendió con una inusitada purga de príncipes y políticos
- Además, ha puesto en marcha una agresiva política exterior para frenar a Irán
- Su ascenso amenaza con romper los frágiles equilibrios del reino y de la región
Arabia Saudí, una monarquía absoluta que ha hecho de la estabilidad una marca de gobierno, se agita estos días con el impulso del nuevo príncipe heredero del reino, Mohamed bin Salmán, que ha logrado acumular un poder sin precedentes y se ha embarcado en una política agresiva, dentro y fuera de sus fronteras, para modernizar el país y frenar a Irán, aunque por el camino se arriesga a quebrar los equilibrios que sostienen el reino y todo Oriente Medio.
"La sucesión a la tercera generación, la de los nietos de Abdulaziz bin Saúd [el fundador de Arabia Saudí], ya se antojaba complicada antes, pero ahora se está demostrando convulsa", asegura a RTVE.es Haizam Amirah Fernández, investigador del Real Instituto Elcano y especialista en Oriente Medio y el mundo árabe, sobre el ascenso de Mohamed bin Salmán, apodado frecuentemente con el acrónimo MBS.
Los analistas coinciden en que el hijo del rey Salmán bin Abdulaziz, de apenas 32 años y nombrado heredero en junio de este año, busca consolidar una estructura de poder mucho más centralizada y jerárquica en el seno de la monarquía saudí, con vistas a su subida al trono, aunque se trata de una reescritura unilateral que amenaza con romper los consensos fundacionales entre los diferentes círculos de poder.
"La estructura de la regla dinástica establecida durante las últimas décadas se está transformando en un sistema monárquico más centralizado", explica a AFP la experta del instituto Chatham House Jane Kinninmont, quien avisa: "MBS subvierte el modelo de gobierno saudí. Unos cambios tan espectaculares van a encontrar, por fuerza, una resistencia".
Purga de opositores
En ese sentido se interpreta la purga de decenas de príncipes, políticos y empresarios desencadenada hace una semana con la justificación de combatir la corrupción. Entre los arrestados están personajes tan relevantes como el jefe de la Guardia Nacional, Muteb Bin Abdulá, el multimillonario inversor Al Walid bin Talal y el ministro de Economía, Adel bin Mohamed; en total, 208 detenidos a los que la Fiscalía General atribuye la malversación de unos 100.000 millones de dólares de fondos públicos.
"El objetivo es tener más espacio político para la sucesión y eventualmente llegar a ser rey en los próximos meses y aún más espacio para hacer políticas. La idea es tener más poder en un sistema que tradicionalmente exigía la participación de muchos elementos de la familia real, del poder religioso y de la burocracia para que las decisiones importantes salieran adelante", señala a Efe Luiz Pinto, analista del centro Brookings de Doha.
“No se están buscando consensos y acuerdos entre grupos de poder, sino la imposición por la fuerza“
El experto del centro de estudios Carnegie de Beirut, Mohanad Hage Ali, asegura a la misma agencia que "antes, el sistema saudí era horizontal y las decisiones se tomaban después de consultas, pero en la actualidad, es vertical". Amirah Fernández corrobora que "no se están buscando consensos y acuerdos entre grupos de poder, sino la imposición por la fuerza".
"Todos los movimientos están llevando a una concentración de poder aún mayor, en manos de una sola persona, un poder como nunca hasta ahora había tenido ningún príncipe heredero", remarca el especialista del instituto Elcano, que señala, además, que en otros ajustes internos de la monarquía saudí "no había humillación pública", un aspecto muy sensible en una dinastía de tradición beduina, acostumbrada a actuar entre bambalinas, por lo que anticipa que "más tarde o más temprano, tendrá un coste".
Acercarse a la juventud aflojando el rigor religioso
Sin embargo, la redada ha tenido cierto eco positivo en la sociedad saudí, hastiada de las corruptelas de una élite hasta ahora inmune a la justicia: "Se debería haber combatido la corrupción desde hace mucho tiempo, porque es lo que retrasa el desarrollo de la sociedad", aseguraba a Reuters poco después de las detenciones Husein al Dosari, un vecino de Riad, la capital. "A Dios gracias, todo esto es solo el comienzo de lo que está planeado", celebraba otro ciudadano, Faisal bin Ali.
En Arabia Saudí, un país que venera a los ancianos, gobernado por personas de avanzada edad -el rey Salmán tiene 81 años y accedió al trono en 2015- y en el que los príncipes se convertían herederos bien entrada la vejez, la existencia de un sucesor que tan solo tiene 32 años es una absoluta novedad.
Mohamed bin Salmán trata de aprovecharlo para conectar con la población más joven, que demanda más espacios de libertad, o simplemente de ocio, en una sociedad donde rige el islam más rigorista, la doctrina wahabista. Así, las mujeres podrán conducir a partir de 2018 y asistir a algunas competiciones deportivas -separadas, claro está, de los hombres-, y el príncipe heredero ha prometido un país “tolerante”, con una interpretación “moderada” del islam.
“Viene bien ahora, de cara al exterior y para ganarse a una juventud esperanzada“
"No sé si su voluntad es verdaderamente liberalizadora", manifiesta Amirah Fernández, que recuerda que ya ha habido otros intentos similares en los años 80 y 90 de relajar la vigilancia de la omnipresente policía religiosa. "Viene bien ahora, de cara al exterior y para ganarse a una juventud esperanzada", argumenta, pero también advierte de que habrá resistencias: "El wahabismo es un pilar de la monarquía y el poder del clero es muy grande. Enfrentarse a él no es fácil y puede tener un coste para la estabilidad del sistema".
Reformas económicas
La promesa de una apertura religiosa también busca mejorar la imagen internacional de Arabia Saudí y colaborar en la búsqueda de inversores internacionales que abonen el plan de reformas impulsado por MBS con el objetivo de diversificar la economía y reducir la dependencia del petróleo, que ha sido bautizado como Visión 2030.
También este plan, aprobado en 2016, introduce aspectos inéditos hasta ahora, como abrir al capital privado la petrolera estatal Aramco, de la que está prevista vender en torno a un cinco por ciento para financiar una serie de grandes proyectos centrados en el turismo y las nuevas tecnologías: desde un gran parque de entretenimiento en Riad hasta una ciudad futurista y gigantesca (26.500 kilómetros cuadrados, más que, por ejemplo, toda la Comunidad Valenciana) en la costa del mar Rojo, denominada NEOM.
En cualquier caso, las reformas impulsadas por el rey Salmán y por su heredero representan "un salto cultural enorme para la dinastía y para la población", estima Amirah Fernández, aunque también subraya las dudas que suscita la preparación de MBS, cuya formación se limita a una licenciatura en derecho por la Universidad Rey Saud: "No se le conoce una formación académica o militar notable; se ha limitado a acompañar a su padre".
Esas dudas ya habían suscitado críticas internas antes de las purgas de esta semana, que se habían agravado por sus primeras decisiones desde que fuera nombrado ministro de Defensa en 2015, al poco de la llegada de su padre al trono.
Política exterior agresiva
En concreto, hay crecientes reproches sobre la implicación de Arabia Saudí en la guerra de Yemen, donde lidera una coalición para apoyar al Gobierno suní frente a los rebeldes hutíes, de credo chií: "No hay una estrategia de salida fácil, ni siquiera para reducir costes en un enfrentamiento que cuesta centenares de millones de dólares diarios”, subraya el experto del instituto Elcano.
La intervención en Yemen forma parte de una agresiva campaña de política exterior que tiene como objetivo frenar el avance en Oriente Medio de Irán, el gran rival regional de Arabia Saudí, una estrategia en la que cuenta con el respaldo de Israel y del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, empeñado en liquidar el acuerdo nuclear con el régimen iraní en contra de la opinión de su propio Departamento de Estado.
"La percepción que se tiene desde Riad", señala Amirah Fernández, "es un apoyo absoluto de Donald Trump", que esta semana se ha apresurado a bendecir las purgas de MBS. Sin embargo, advierte el experto, eso "puede llevar a errores de cálculo, con consecuencias gravísimas para el Golfo, Oriente Medio y todo el sistema internacional".
Por el momento, la estrategia saudí en Siria, con Bachar al Asad asentado en Damasco gracias al respaldo de Irán y Rusia. Tampoco ha tenido éxito el intento de aislar a Catar por su acercamiento a Teherán, otro de las iniciativas del príncipe heredero.
Fracasos y nueva ofensiva en Líbano
"Parecía que contaba con una victoria fácil, que Catar se sometería. Pero no ha sido así, no ha habido una coalición árabe que respalde esa postura y, siendo una apuesta tan alta, transmite debilidad", subraya Amirah Fernández.
El siguiente movimiento se está planteando en Líbano, donde esta misma semana se ha forzado la dimisión del primer ministro, Said Hariri, para intentar restar poder a la guerrilla chií de Hizbulá, uno de sus aliados gubernamentales. Además, los gobiernos de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait han pedido a sus ciudadanos que salgan del país.
“Todas las acciones van a estar relacionadas con este proceso de consolidación interna“
"Cuanta mayor agresividad, mejor para el proceso de centralización, legitimidad y fortalecimiento del príncipe heredero. Todas las acciones van a estar relacionadas con este proceso de consolidación interna", señala a Efe el analista Luiz Pinto.
El experto del instituto Elcano, en cualquier caso, lamenta que se perfile una guerra en Líbano: "Los intentos de romper y descomponer el Gobierno libanés son preocupantes; hace temer que sea una vez más un tablero para llevar guerras por delegación". Puede ser el siguiente movimiento de MBS, el príncipe más poderoso en la historia de la monarquía saudí.