La ONU alerta de casos de esclavitud sexual y "violación hasta la muerte" de las mujeres rohinyás en Birmania
- Señala al Ejército por un "patrón generalizado de atrocidades"
- Las supervivientes describen violaciones en grupo por los soldados
- El Ejército birmania lleva a cabo una brutal campaña contra esta etnia
La ONU ha alertada de la presunta existencia de casos de esclavitud sexual y de "violación hasta la muerte" contra las mujeres rohinyás en Birmania (Myanmar). "Las formas de violencia sexual que escuchamos uniformemente de boca de las supervivientes incluyen violación en grupo por parte de múltiples soldados, desnudez pública forzada y humillación y esclavitud sexual en cautiverio militar", ha relatado la representante especial del secretario general de Naciones Unidas sobre Violencia Sexual en Conflictos, Pramila Patten, en rueda de prensa en Dacca.
Tras finalizar una visita de tres días a los campamentos de refugiados rohinyás en Bangladesh, la experta de la ONU ha advertido de que diversas fuentes les han informado, además, de casos de "violación hasta la muerte, literalmente" y ha apuntado que muchas víctimas todavía tienen cicatrices, moratones o marcas de dientes.
"Una superviviente describió haber estado bajo el cautiverio de las Fuerzas Armadas de Myanmar durante 45 días, periodo durante el que fue repetidamente violada", ha relatado.
Atrocidades perpetradas por las Fuerzas Armadas
Los actos de violencia sexual, ha indicado, son perpetrados por las Fuerzas Armadas o "Tatmadaw", la Policía Guardafronteras de Birmania y milicias budistas del estado de Rakhine, en el oeste del país.
"Mis observaciones apuntan a un patrón de atrocidades generalizadas incluyendo violencia sexual contra las mujeres y niñas rohinyás, que han sido sistemáticamente atacadas en base a su etnia y religión", concluye Patten.
En su último informe de situación, el Grupo de Coordinación Intersectorial de la ONU cifró en 615.500 los rohinyás llegados a Bangladesh desde hace dos meses y medio.
La crisis de los rohinyás comenzó el 25 de agosto, tras un ataque de un grupo insurgente de esta comunidad musulmana contra instalaciones policiales y militares en el estado occidental birmano de Rakhine, acción que fue respondida por el Ejército con una campaña que aún continúa.
Birmania no reconoce a los rohinyás como una comunidad de ese país y los considera bangladeshíes, y desde hace años les impone múltiples restricciones, incluida la privación de movimientos. Mientras, Bangladesh, donde ya antes de esta crisis vivían unos 300.000 miembros de esta minoría, los ha tratado siempre como extranjeros.
El Ejército birmano niega los abusos
El Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, ha calificado las campañas militares del Ejército birmano contra la minoría rohinyá como una "limpieza étnica de manual".
El Ejército, en cambio, ha asegurado que las fuerzas de seguridad actuaron siempre de acuerdo con la legalidad y no dispararon contra civiles inocentes, en un informe difundido este martes por la prensa estatal.
"La investigación ha demostrado que todos los miembros de las fuerzas de seguridad, desde los mandos a los soldados, conocían y cumplieron estrictamente las ordenes, en especial las reglas de enfrentamiento", señala el documento.
"No arrestaron, golpearon ni mataron a civiles. No destruyeron, robaron (...) No amenazaron, amedrentaron ni forzaron la marcha de vecinos de sus aldeas ni quemaron sus casas", añade.