'Con los brazos abiertos', la comedia contra la integración que ha triunfado en Francia
- Se estrena en España la polémica película de Philippe de Chauveron
- Una sátira que ha sido tachada de racista y xenófoba en Francia
- RTVE.es entrevista a su protagonista Christian Clavier
Con más de 10 millones y medio de votos para el Frente Nacional de Marine Le Pen en las últimas elecciones presidenciales, está claro que existe en Francia un nicho de público dispuesto a reírse del discurso que aboga por la integración de los inmigrantes y el multiculturalismo. Es exactamente lo que hace Con los brazos abiertos, la comedia de Philippe de Chauveron (Dios mío, ¿Pero qué te hemos hecho?), que ha superado el millón de espectadores en Francia y que el 17 de noviembre se estrena en España.
Con los brazos abiertos comienza cuando Jean-Etienne Fougerol (Christian Clavier), un acomodadísimo intelectual de izquierdas, es retado en un debate televisivo a acoger en su casa a una familia romaní. Como postureo mediático acepta, pero una familia se da por invitada y se instala en la mansión familiar iniciando un choque cultural de brocha gorda.
Christian Clavier, actor de muchas de las comedias más taquilleras de la historia del cine francés (Los visitantes no nacieron ayer, Asterix y Obelix contra el César) repite con De Chauveron tras el éxito de Dios mío, ¿Pero qué hemos hecho?, dando vida a esa caricatura de la izquierda caviar que, opina, “existe en Francia, España y toda Europa”.
“Es un líder de opinión, alguien que aparece mucho en televisión para vender sus libros y da su punto de vista sobre todo. Por eso era divertida una situación en el que ese bienpensante y bienintencionado tiene dificultad para estar a la altura de sus palabras”, explica en una entrevista para RTVE.es.
Más allá de reírse crudamente de la hipocresía progresista (rasgo que comparte, a años luz de calidad, con The square), dónde se la juega Con los brazos abiertos es el bufonesco retrato romaní y en la dura crítica al discurso, tachado de ‘buenista’ en la cinta, de que la integración funciona o es posible.
“Los romaníes siempre están estigmatizado en todos lados. Por eso era interesante coger esa población estigmatizada y poner a un personaje moralizador en una situación difícil. Por eso la películas tiene buena voluntad y Philippe de Chauveron ha sido inteligente: ha sido divertido burlarse de algo con lo que todos tenemos que hacer esfuerzos para aceptarnos mejor”, defiende Clavier.
El actor no comprende que el diario Le Monde (entre muchas otras críticas) calificara la película de racista y xenófoba. “Creo que ese equivocan. También lo dijeron de Dios mío, ¿Pero qué hemos hecho?. Y no creo que haya 12 millones de espectadores racistas”, razona antes de pasar al ataque: “Creo que no les gusta el placer de la comedia. En cierta manera son jansenistas, austeros. Son aburridos”.
Como recuerda siempre Borja Cobeaga, que tantos años lleva acertando con el humor sobre terrorismo y nacionalismo, el límite del humor no está en el tema sino en el enfoque. Y Con los brazos abiertos es un catálogo de los clichés y estereotipos que arrastra la inmigración.
“Cuando se hace comedia, inmediatamente se hace caricatura y clichés. Se hace para ir más allá, si no, no es divertido. Hay que aceptar el hecho de que es una caricatura”, opina Clavier. “Es como en la gran comedia italiana, cuando Dino Risi hizo Los monstruos (1963) se caricaturizaba al italiano mendigo o cínico que mentía, pero nadie pensaba que hacía algo contra los italianos: él era italiano”.
En ese sentido, Clavier señala que los tiempos sí han cambiado. “Tenemos miedo de todo, miedo de nuestras sombras, de pensar, de comer, de fumar, de cruzar la calle. Evidentemente las cosas han ido para atrás”.