Mugabe se niega a dimitir pese a las presiones de los militares sublevados en Zimbabue
- El presidente y varios generales han mantenido una reunión, según varias fuentes
- La situación está encallada, ya que no acepta la salida que le ofrecen los militares
- El líder de la oposición política, Morgan Tsvangirai, también le pide que abandone
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe argumentando que es el único líder legítimo del Gobierno pese a la presión creciente de los militares que hace dos días asumieron el control del país, que le han ofrecido una salida airosa si renuncia al poder que ostenta desde hace 37 años.
Según una fuente política citada por Reuters que se encuentra junto a Mugabe y su esposa Grace en la residencia presidencial de Harare, donde el aún presidente se encuentra retenido tras el golpe militar, el jefe del Estado no tiene intención de renunciar voluntariamente antes de las elecciones previstas para el año próximo.
“Es una especie de punto muerto, un callejón sin salida“
"Es una especie de punto muerto, un callejón sin salida", ha reseñado la fuente, señalando que los militares "insisten en que debe dar por terminado su mandato". Mugabe es el jefe de Estado más anciano del mundo, con 93 años, y renovó su mandato en 2013, por lo que roza las cuatro décadas al frente de Zimbabue, primero como primer ministro y luego como presidente.
Mugabe ha celebrado al menos un encuentro durante la tarde del jueves con el jefe de las Fuerzas Armadas, Constantine Chiwenga, y otros representantes militares, según el diario local The Herald, que ha publicado varias fotos de la reunión, sin dar detalles del contenido de la misma.
Un líder declinante
Una fuente próxima a las Fuerzas Armadas han confirmado a AFP la negativa de Mugabe a abandonar su cargo: "Se han reunido hoy [por este jueves]. Se niega dimitir, creo que trata de ganar tiempo", ha opinado. En la reunión, según un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores citado por la agencia, han participado los ministros sudafricanos de Defensa, Nosiviwe Mapisa-Nqakula, y de Seguridad, Bongani Bongo, enviados por el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, para mediar en la crisis.
Sin embargo, la asonada ha puesto de manifiesto, en apenas 36 horas, el colapso de las redes de seguridad, inteligencia y clientelismo que sostenían a Mugabe en el poder desde hacía décadas y que le habían convertido en el decano de los líderes políticos africanos.
Mugabe, el último de los fundadores de los actuales estado africanos que continúa en el poder, todavía está considerado por muchos como un libertador, el héroe de la independencia frente a los británicos, aunque su gobierno del país le ha granjeado una imagen de déspota, por su desastrosa gestión de la economía y su acusada tendencia a recurrir a la represión para perpetuarse.
Según Reuters, el sacerdote Fidelis Mukonori está mediando, de momento con escaso éxito, entre el presidente y los militares, que han justificado la asunción del poder como una operación contra los "criminales" del entorno gubernamental.
La oposición también pide que dimita
Sin embargo, el desencadenante último del golpe parece ser la pretensión de impedir que el clan Mugabe se perpetúe a través del ascenso al poder de su esposa, Grace, cuarenta años menor que él y que, apoyada en su predicamento entre las juventudes del partido gobernante, el ZANU-PF, apuntaba a la presidencia tras la destitución, la semana pasada, del vicepresidente Emmerson Mnangagwa, un veterano de la guerra de independencia que también aspiraba al cargo.
Aunque Mugabe es un luchador que ha resistido incluso a varios intentos de asesinatos, su suerte parece echada tras este golpe: ni la policía, uno de sus apoyos fundamentales, ni la población de Harare han mostrado ningún tipo de resistencia al levantamiento militar. Asimismo su ascendencia sobre el ZANU-PF parece haber disminuido, como prueba la disculpa pública este miércoles del líder de las juventudes del partido, Kudzai Chipanga, por haberse opuesto a las Fuerzas Armadas.
“Se necesita un mecanismo inclusivo de transición acordado por todos los partidos implicados“
También el líder de la oposición política, Morgan Tsvangirai, ha aprovechado la coyuntura y ha pedido este jueves que Mugabe deje su cargo "en interés del pueblo", a través de un comunicado en el que alude al jefe del Estado simplemente como Robert Mugabe y no como presidente. "Se necesita un mecanismo inclusivo de transición acordado por todos los partidos implicados", ha señalado Tsvangirai.
Mientras se dilucida el futuro de Mugabe, Zimbabue permanece en una calma tensa, con los tanques ocupando las calles principales de la capital y una aparente normalidad que no alivia la atmósfera de tensión ante la situación de inestabilidad.