Calvin Klein, el rey de la provocación, cumple 75 años
- Sale un libro con el trabajo del diseñador y sus campañas más importantes
- Su estilo está marcado por la provocación y el minimalismo
- Klein dejó su empresa en 2003 y vive en Los Ángeles lejos de la moda
El 19 de noviembre cumple 75 años y tiene muchas razones para celebrarlo a lo grande. Entre ellas, el éxito y la repercusión que está tiendo el libro en el que cuenta su historia y repasa su trayectoria. Un álbum de recuerdos y nostalgia con 480 páginas repletas de fotografías de campañas publicitarias y editoriales de moda que tienen como colofón un texto escrito por el propio diseñador.
Calvin Klein vuelve así a la actualidad de la moda, lugar que abandonó en 2003 tras vender la casa que fundó en 1968 a la poderosa compañía Phillips-Van Heusen. Después, la firma ha tenido como directores creativos a Ricardo Costa e Italo Zucchelli, para la coleccioones de mujer y hombre, respectivamente, y después al belga Raf Simons que ha aterrizó en la casa en 2006.
Ahora vive tranquilo en Los Ángeles con su pareja, Kevin Baker, y mantiene intacta su amistad con su compañera Donna Karan, con la que viaja por todo el planeta sin soltar la cámara de fotos. Una vida tranquila, alejada de los excesos y las fiestas de finales de los años 70 en el Studio 54, mítica discoteca de la que fue padrino de la inauguración junto a Andy Warhol.
La fotografía es su pasión pero también su mejor arma para comunicarse con el mundo, una especie de lenguaje universal que ha explotado con acierto, mezlando belleza y erotismo, elegancia y provocación. No hay más que echar un ligero vistazo al libro para darse cuenta de la fuerza de sus imágenes.¡Hasta las que se hicieron en las décadas de los 70, 80 y 90 del siglo XX mantienen intacto su poder de atracción!
Casi todas las fotografías que lleva el libro son en blanco y negro, formato que potencia la sensualidad, y están firmadas por genios del objetivo como Richard Avedon, Irving Penn, Bruce Weber y Patrick Demarchelier. Klein ha tardado tres años en seleccionarlas, de forma meticulosa, y lo ha hecho con la ayuda de su segunda exmujer, Kelly Rector.
Algunas son míticas y casi todo el mundo las recuerda. Otras, en cambio, descubrirán a las nuevas generaciones la importancia de este diseñador de origen judío nacido en el Bronx que cambió los cánones de la moda, las reglas y modernizó con elegancia los armarios de los norteamericanos.
Su fama fue planetaria y en 1996 la revista Time le incluyó en la lista de las 25 personas más influyentes de Norteamérica.
El libro, supervisado por Fabien Baron y editado por Rizzoli, es una ventana a la belleza y la moda, pero también a ese erotismo y esa sensualidad que tanto han marcado su carrera. Está dividido en tres ejes temáticos: Provocador, Minimalista e historia.
En el primero están sus campañas más controvertidas y las fotos que hizo Richard Avedon en 1980 con una jovencita Brooke Shields; imágenes que iban acompañadas de un spot en el que la modelo y actriz decía: “¿Quieres saber lo que se interpone en mis Calvin y yo? Nada”.
Un guiño a Marilyn Monroe que dijo a un periodista que para dormir solo se ponía unas gotas de Chanel Nº 5. Además, pueden verse las campañas de su línea de lencería en la que el cuerpo desnudo es el protagonista.
En la segunda parte, llamada Minimalista, se aprecia su estilo, su pasión por la sencillez, el refinamiento y la elegancia urbana que marcaron sus colecciones más relevantes. Su aguja hilvanó las claves de estilo urbano y jugó con los códigos masculinos para reinventar los armarios de una nueva mujer, poderosa pero también romántica. Su estilo marcó una época, tanto por su moda como por su idea de negocio ya que quizá sea una de las primeras firmas en globalizarse y ampliar la línea de negocio por distintos sectores. Al final aparece un texto escrito por el propio diseñador en el que reflexiona sobre su vida, su carrera y su legado.
Muchas han sido las mujeres que han marcado su trabajo y el libro da especial protagonismo a Kate Moss y Christy Turlington. A Moss la conoció en 1993 siendo novia del fotógrafo Mario Sorrenti. Ella tenía 18 años y él tenía 20. Klein se enamoró de su historia de amor y con ellos hizo la campaña del perfume Obssesion que, aunque se creó en 1985, la casa pretendía relanzarlo y rejuvenecerlo. Las fotografías e hicieron durante diez días en las islas Vírgenes y en ellas se veía a una jovencita desnuda que ocultaba, con cierto pudor, su pequeño cuerpo.
Si Kate Moss fue la imagen de la juventud, Christy Turlington representa la elegancia, siendo quizá la modelo que mejor haya interpretado el espíritu de la casa.
La relación entre ambos ha sido muy fructífera y extensa, tanto en la pasarela como en la fotografía que, en su caso, siempe ha sido elegante y discreta, evitando o disimulando el desnudo evidente.
Resulta curioso que el libro de un diseñador de moda esté repleto de desnudos. Y es que todavía llaman la atención las campañas de ropa interior, especialmente las masculinas, para las que ha contó con cuerpos esculturales como el del atleta brasileño Tom Hintnaus.
Se hicieron en 1982 y todavía se recuerda como la gente rompía los cristales de las marquesinas para llevarse el póster. Calvin Klein convirtió su nombre en deseo (como años más tarde hizo Tom Ford en Gucci), todas y todos querían llevarlo cerca de la piel, casi como un tatuaje.
En 1992 hizo una campaña con el entonces rapero Marky Mark (ahora llamado Mark Wahlberg) y Kate Moss que llevaba un polémico eslogan: “La mejor protección contra el Sida es mantener tus Calvin puestos", algo que escandalizó a Bill Clinton. Klein siempre ha desarrollado una intensa faceta solidaria, especialmente a favor de los enfermos. Por eso todas las ganancias del libro se destinarán a God's Love We Deliver, una asociación que trabaja para mejorar la salud y el bienestar de hombres, mujeres y niños que viven con sida, cáncer y otras enfermedades graves.