Maza, un juez que tuvo que hacer frente desde la Fiscalía al órdago independentista de Cataluña
- Fue el primer fiscal general reprobado por el Congreso de los Diputados
- En los últimos meses afrontó la crisis soberanista catalana
- Fue nombrado por el Gobierno hace menos de un año, el 25 de noviembre
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El fiscal general del Estado, José Manuel Maza, ha fallecido en la clínica de Buenos Aires en la que permanecía ingresado desde este viernes por un proceso de infección. Juez de carrera, procedente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, tomó posesión al frente de Ministerio Público hace menos de un año, el 29 de noviembre de 2016.
Pocos meses después, en mayo de este año, fue reprobado por el Congreso de los Diputados -a petición del PSOE- por su actuación en la investigación del caso Lezo. De esta forma, Maza se convirtió en el primer fiscal general reprobado de la Democracia.
Desde su puesto le correspondió hace solo unas semanas hacer frente al órdago independentista en Cataluña con interposición de sendas querellas contra el exgovern de la Generalitat y contra los miembros de la Mesa del Parlament que tramitaron la declaración unilateral de independencia de Cataluña aprobada el pasado 27 de octubre.
Maza fue nombrado por el Gobierno el pasado 25 de noviembre tras ser avalada su idoneidad por el Pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) -donde obtuvo el voto de todos los vocales menos una, la designada a propuesta de IU-, y también de la Comisión de Justicia del Congreso pese a las dudas iniciales manifestadas por el Grupo Parlamentario Socialista y Unidos Podemos, que durante su comparecencia parlamentaria le pidieron que defendiera su autonomía frente a presiones externas.
Ingresó en la Carrera Judicial en 1975 y en la Fiscal en 1978
Nacido en Madrid el 23 de octubre de 1951, se licenció en Derecho y en Historia en 1973 en la Universidad Complutense de Madrid. Además, se diplomó en Criminología por la misma universidad y en Estudios Avanzados de Derecho Penal por la Universidad Europea de Madrid.
Ingresó en la Carrera Judicial en 1975 y en la Fiscal en 1978, donde fue el primero de su promoción, si bien comenzó ejerciendo como abogado, entre 1978 y 1984, siendo letrado de la Red Nacional de Ferrocarriles.
De 1987 a 1989 fue, por elección de sus compañeros, juez decano de los juzgados de distrito de Madrid, y de 1989 a 1991, miembro de la sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).
Actualmente era magistrado de la sala segunda del Tribunal Supremo, desde su nombramiento en febrero de 2002. Tras las elecciones generales de junio de 2016 fue propuesto como fiscal general y el día 25 de noviembre el Consejo de Ministros confirmó su nombramiento en sustitución de Consuelo Madrigal.
El pasado mayo, el Pleno del Congreso reprobó al ministro de Justicia, al fiscal general del Estado y al fiscal jefe Anticorrupción. El PSOE señaló en su moción la responsabilidad de Catalá en los nombramientos de Maza y Moix, a los que acusó de haber "maniobrado" para favorecer los intereses de los cargos públicos y miembros del PP investigados en el caso Lezo.
Conservador aunque con posicionamientos muy independientes
De sensibilidad conservadora aunque con posicionamientos muy independientes en algunos de los asuntos que le ha tocado deliberar, durante su etapa como juez Maza se opuso en su día a la denominada doctrina Botín, propuso el archivo de la querella contra Pablo Iglesias por presunta financiación de Venezuela e Irán y expresó sus dudas sobre la última reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ).
Durante su comparecencia para pedir la confianza de las Cortes, Maza expresó la necesidad de que el Ministerio Fiscal preste especial atención a la lucha contra la corrupción, aunque ha recordado que hasta el más perverso de los delincuentes merece el respeto de sus garantías, por lo que la Fiscalía debe ser sensible a los derechos de los ciudadanos sometidos a una investigación penal.
Jurista de reconocido prestigio, como magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Maza trató asuntos como los recursos presentados por el juez Garzón en los procedimientos que se le abrieron; examinó el caso del preso común que lleva más tiempo en prisión en España y redactó un voto particular en la sentencia contra el consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz.
En cuanto a Garzón, defendió en febrero de 2012 la sentencia condenatoria para el exjuez Baltasar Garzón por entender que este decidió investigar los crímenes del franquismo a sabiendas de que no podía. Por ello, discrepó del resto de sus compañeros y les advirtió de que, con esa resolución, podía dar lugar a que los jueces puedan ampararse en la protección de las víctimas para imponer su voluntad al margen de la ley.
Un año después, votó en contra de otra sentencia del Tribunal Supremo, la que dejaba en libertad al etarra Igancio Pujana por anulación de la doctrina Parot. Lo mismo que hizo en mayo de 2014 cuando emitió su voto en contra en la sentencia del Supremo que confirmaba la absolución del etarra Txeroki por el atentado de Denia.
Pese a las críticas y a recurrentes peticiones de dimisión Maza continuó trabajando al frente de la Fiscalía General del Estado en un momento de intensa labor tanto en la lucha contra la corrupción -en la que su departamento ha pedido condenas muy importantes en juicios contra tramas como la Gürtel- como contra la deriva independentista de Cataluña.