La mejora del tiempo mantiene un halo de luz en la búsqueda del submarino argentino ARA San Juan
- Descartan que la luz de unas bengalas y una balsa vacía pertenezcan a la nave
- El submarino desapareció en el Atlántico con 44 tripulantes a bordo hace seis días
- La principal preocupación de los familiares es si les queda oxígeno a bordo
- Los expertos señalan que sin emerger hay oxígeno para entre siete u ocho días
La mejoría del tiempo que se preveé en la zona de búsqueda en el Atlántico Sur del submarino argentino ARA San Juan, cuyo rastro se perdió hace seis días con 44 tripulantes a bordo, supone un halo de luz tras varias jornadas de malas condiciones meteorológicas en el caso que mantiene en vilo a todo el país latinoamericano.
La incertidumbre entre los familiares se ha incrementado este martes después de que se descartara que la luz de unas bengalas y una balsa vacía en medio del mar pertenezcan a la nave. La Armada argentina ya descartó este lunes que el "ruido" detectado en la zona perteneciera al submarino al igual que siete llamadas satelitales que en un principio se pensó que podrían ser de la nave.
El presidente argentino, Mauricio Macri, quiso enviar su apoyo y afecto a los familiares de la tripulación, que aguardan noticias en la localidad costera de Mar de Plata, a la que, si todo hubiera ido bien, deberían haber llegado ya: "Creo que hasta los extranjeros saben a esta altura lo que estamos viviendo".
En la noche del pasado jueves, la Armada resolvió activar el protocolo de búsqueda del sumergible después de haber perdido la comunicación con él alrededor de 48 horas antes. Desde entonces, noticias que en un principio eran esperanzadoras, pero finalmente frustrantes, se han encadenado casi con la misma rapidez que ha ido creciendo la colaboración internacional para hallar el submarino.
España, Chile, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Colombia, Uruguay y Perú han enviado dotaciones para unirse al operativo de aviones y barcos argentinos que bregan por localizar la nave, de origen alemán. El periódico argentino Clarin detalla el despliegue de medios internacionales, entre ellos, una cámara de rescate SRC presurizada de EE.UU. que se conecta a la escotilla del submarino con capacidad para hasta seis personas.
Entre siete y ocho días de oxígeno
El ARA San Juan partió el 13 de noviembre del sureño puerto de Ushuaia y al desaparecer su rastro se dirigía de regreso a su base, en Mar del Plata. Por esta razón, es ahí donde vive la mayoría de sus tripulantes, y donde actualmente están sus familiares, atendidos por casi una decena de especialistas en psicología y psiquiatría.
"Lo único que los compensa es decir, 'bueno, mi hijo está haciendo lo que realmente le gusta' y eso es importante porque genera un sentimiento de pertenencia", ha señalado el psicólogo de la Armada Víctor Hugo Dugar. Según ha añadido, "la gran preocupación" para ellos en este momento es si todavía la tripulación tiene oxígeno.
El ingeniero naval Martín Delia dijo a Efe que la mejor condición climática de este martes puede generar una "una renovación del oxígeno" y evitaría que el submarino, esté donde esté, se transforme en un frigorífico por el frío del agua.
El oxígeno disponible es clave, ya que comenzará a escasear en la medida en que pasen los días de búsqueda sin resultados positivos. "Si el submarino no pudo emerger, tiene siete u ocho días de oxígeno (almacenado)", ha señalado Delia.
Todos los tripulantes son profesionales de la Armada con gran experiencia, como la teniente Eliana Krawczyk, de 35 años y única mujer de la nave, así como la primera submarinista en obtener el cargo de oficial de la historia del país.
Tres momentos clave que han subido y bajado el ánimo
Tres momentos clave han subido y bajado el ánimo de los familiares en los últimos días. El primero fue cuando se desmintió que una serie de llamadas satelitales registradas el pasado sábado procedieran del submarino.
También el hecho de que, a pesar de que entre el domingo y lunes estuviera programada la llegada del submarino a la Base Naval de Mar del Plata, esto finalmente no ocurriera.
Por último, la Armada confirmó este lunes que un "ruido" detectado en la zona del Atlántico Sur donde se busca el submarino, que había despertado las esperanzas, era "biológico" y no corresponde al sumergible.
"Se nos produjo una descompensación masiva de gente", ha indicado el psicólogo, que ha reconocido que "ser submarinista es una profesión muy riesgosa y los submarinistas lo saben, y por ende las familias también". A esto hay que sumar que esta madrugada se divisaron una balsa vacía y unas luces de bengalas blancas que también se determinó que nada tienen que ver con la nave.
Sin embargo, a pesar de todo, lo que hasta ahora en general no han perdido los seres queridos de los tripulantes es la fe y la esperanza. "Estoy angustiada esperando noticias buenas, si Dios quiere y la virgen", cuenta una familiar. Otro allegado desvela la "incertidumbre" por no tener novedades, aunque permanece "con toda la esperanza y la fe" de que los 44 llegarán "a buen puerto".