Estados Unidos califica de "limpieza étnica" la violencia contra los rohinyás en Birmania
- "Los responsables de estas atrocidades deben rendir cuentas" afirma Tillerson
- El secretario de estado sugiere la posibilidad de imponer sanciones
- Más de 600.000 rohinyás se encuentran refugiados en Bangladesh
El Gobierno de EE.UU. ha declarado este miércoles que, tras un "análisis cuidadoso y exhaustivo" de los hechos, "está claro" que la violencia y abusos contra los rohinyás en el estado birmano de Rakáin "constituye una limpieza étnica".
Así lo ha afirmado en un comunicado el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, quien visitó Birmania la semana pasada.
"El Gobierno y las fuerzas de seguridad de Birmania deben respetar los derechos humanos de todas las personas dentro de sus fronteras y responsabilizar a quienes no lo hacen", ha afirmado Tillerson.
EEUU había evitado hasta ahora calificar de "limpieza étnica" la "devastadora crisis" en el estado de Rakáin y las "horrendas atrocidades" que se han producido y ha descartado hasta el momento imponer sanciones a Birmania (Myanmar).
No obstante, Tillerson ha advertido de que "los responsables de estas atrocidades deben rendir cuentas".
El Gobierno del presidente Donald Trump "continúa apoyando una investigación creíble e independiente" y también "perseguirá la rendición de cuentas a través de la legislación de Estados Unidos, incluidas posibles sanciones específicas", ha afirmado Tillerson.
Más de medio millón de refugiados
Más de 600.000 rohinyás se encuentran refugiados en Bangladesh después de que Birmania emprendiera una operación militar contra esa minoría musulmana tras morir en agosto una decena de uniformados en un ataque del llamado Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA).
Birmania y Bangladesh han comenzado este miércoles en Naipyidó una reunión de dos días en la que ambas partes esperan un acuerdo sobre los 622.000 refugiados rohinyás.
La jefa de facto del Gobierno birmano, Aung San Suu Kyi, y el ministro de Asuntos Exteriores de Bangladesh, Mahmud Ali, han manifestado por separado antes del inicio de las reuniones que confiaban en poder sellar un memorando de entendimiento en Naipyidó que permita empezar la repatriación.
Amnistía Internacional, al presentar un informe en Bangkok, acusó a Birmania de imponer un régimen de "apartheid" a los rohinyás y denunció que este sistema "institucionalizado" de discriminación constituye un crimen contra la humanidad.