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Las víctimas de Srebrenica celebran con amargura la sentencia a Mladic: "Que tenga una larga y triste vida en prisión"

  • El exlíder militar serbobosnio ha sido condenado en La Haya a cadena perpetua
  • La asociación Madres de Srebrenica se dice "parcialmente satisfecha" con la pena
  • Su presidenta lamenta que no se haya juzgado el genocidio en otras localidades
  • Muchos de los supervivientes han roto a llorar tras el fallo: "¡Morirá en La Haya!"

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Las Madres de Srebrenica reunidas en el memorial de la masacre celebran la sentencia contra Ratko Mladic
Las Madres de Srebrenica reunidas en el memorial de la masacre celebran la sentencia contra Ratko Mladic.

Satisfechos, aunque con un poso de amargura, los familiares de las víctimas de la masacre de Srebrenica celebraban este miércoles la sentencia a cadena perpetua dictada por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) de La Haya contra Ratko Mladic, el líder militar serbobosnio que ordenó la mayor matanza de civiles en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

Le deseo que tenga una larga y triste vida en prisión

"Le deseo que tenga una larga y triste vida en prisión, que vea en sus sueños durante el resto de su vida a mi hijo, del que solo pude enterrar dos huesos", resumía, en declaraciones a Reuters, una de las Madres de Srebrenica en La Haya, donde varias de ellas han acudido para escuchar el veredicto con cientos de fotos de los padres, maridos e hijos asesinados en 1995.

El tribunal internacional que ha juzgado a Mladic ha considerado probado que el entonces comandante del Ejército de la República Srpska, la entidad que reúne a los serbios de Bosnia, fue responsable directo, por orden de Radovan Karadzic y, en concreto, por el asedio de Sarajevo y la matanza de Srebrenica, donde fueron asesinados 8.000 varones, desde niños hasta ancianos.

Cuando el magistrado Alphonse Orie ha leído la sentencia -"Por haber cometido esos crímenes, el tribunal condena al señor Ratko Mladic a cadena perpetua"-, las Madres de Srebrenica han estallado de júbilo, llorando y abrazándose tanto en La Haya como en Bosnia, en el memorial instalado en Potocari, cerca de Srebrenica, donde otro grupo de ellas se ha reunido para seguir la vista final del juicio por televisión.

Ratko Mladic es sentenciado a cadena perpetua por genocidio en la guerra de Bosnia

Sentimientos encontrados

Pese a la alegría, la presidenta de la asociación, Munira Subasic, se decía solo "parcialmente satisfecha" con el veredicto: "Es más que la de Karadzic [líder político de los serbobosnios, condenado a 40 años de cárcel por el TPIY]. Desafortunadamente, el juicio no incluía el genocidio en otras localidades, y había bastantes pruebas, como fosas comunes y víctimas", ha argumentado en declaraciones a la prensa. Otra de las dirigentes, Kada Hotic, también valoraba que Mladic ha recibido "la pena más elevada que puede imponer este tribunal", pero insistía en que "el tribunal no ha confirmado el genocidio en otras localidades".

"¿Puede haber un castigo adecuado para alguien que cometió tantos crímenes?", reflexionaba en el memorial de Srebrenica Vasva Smajlovic, una anciana de 74 años que perdió a su marido, su yerno y muchos parientes más en la matanza. "Siempre intento contar a todos mis muertos. Cuento hasta 50 y ya no puedo contar más", explica entre lágrimas, antes de lamentar: "No hay palabras para describir lo que siento. Estoy enfadada. Todo esto llega demasiado tarde".

"Nada puede compensar nuestro dolor, pero es importante que se haga justicia", señala Bida Smajlovic, su cuñada, que vio a su marido por última vez cuando trataba de escapar de Srebrenica a través de los bosques, en julio de 1995; sus restos fueron identificados posteriormente en una fosa común.

Nada puede devolvernos a nuestros hijos asesinados

En Sarajevo, donde unas 10.000 personas murieron por el asedio de la ciudad por las fuerzas serbobosnias, la gente también mostraba sentimientos encontrados. "Por un asesinato, y por asesinar a mi hijo, merece la pena capital", pedía una mujer en declaraciones a la televisión local. Un hombre señalaba estar "en gran parte, satisfecho con el veredicto", aunque matizaba que "nada puede devolvernos a nuestros hijos asesinados".

Ratko Mladic, antiguo jefe militar de los serbios de Bosnia era hasta su detención uno de los criminales de guerra más buscados en la actualidad

Construir la reconciliación

En cualquier caso, Edin Halilovic, de 18 años y nieta de uno de los hombres asesinados en Srebrenica, recalcaba en La Haya la importancia de la sentencia: "Mi generación, y las generaciones futuras, no deben olvidar nunca lo que le ocurrió a nuestras familias. Es pasar una página histórica, aunque no para mí. Nada me puede devolver a mi abuelo". Uno de los supervivientes, Fikret Alic, también subrayaba que "la justicia ha ganado y el criminal de guerra está preso. Este ejemplo prevendrá crímenes de guerra en el futuro. Se ha hecho justicia".

¡Mladic morirá en La Haya! ¡Estoy muy feliz, porque se ha hecho justicia!

En el memorial de Srebrenica, Nedziba Salihovic, que perdió a su marido, a su padre y a un hijo en la matanza, rompía a llorar tras escuchar el fallo judicial: "¡Mladic morirá en La Haya! ¡Estoy muy feliz, porque se ha hecho justicia!", señalaba a la agencia AFP.

Otra de las mujeres desplazadas a La Haya afeaba ante la prensa la conducta del carnicero de Srebrenica, en la que la defensa ha alegado que su elevada tensión arterial le impedía estar en la sala; ante la negativa del tribunal a dejarle salir, Mladic ha prorrumpido en gritos hasta que ha sido llevado a otra sala: "No quería escuchar el juicio y el veredicto. Cuando ese hombre tenía una pistola creía que era alguien, pero la sentencia de hoy ha probado lo contrario".

En último término, la condena contra Mladic se ve como un punto y aparte para Bosnia, tal como resumía una mujer en Sarajevo: "Hay un sentido de satisfacción de cara a las futuras generaciones, que sabrán que ningún crimen puede quedar impune. Todos estamos destinados a vivir juntos, pero no podemos vivir juntos si no se condenan los crímenes, si no se hace justicia ni hay reconciliación".