Un quemado integral se salva al trasplantarle piel de su gemelo en París
- Había sufrido quemaduras en el 95% de su cuerpo en un accidente laboral
- Al tener el mismo ADN no se produce el rechazo y alguna zona se regenera
Un hombre que se había quemado en un 95% de su cuerpo en un accidente laboral pudo ser salvado gracias a un injerto de piel de su hermano gemelo, una primicia médica mundial que se realizó en el hospital Saint Louis de París, según ha revelado France Info.
El interés del injerto con piel de un gemelo es que de esta forma no hubo rechazo al cabo de tres semanas, como ocurre con la de cualquier otra persona, indicó el equipo médico que llevó a cabo las intervenciones, liderado por el profesor en cirugía plástica y reconstructiva Maurice Mimoun, y por el especialista en anestesia y reanimación Alexandre Mebaza.
Como los gemelos salen del mismo cigoto, comparten el ADN, lo que permite evitar ese rechazo, destacó Mimoun a la emisora: "Es como si se tuviera un depósito de piel a disposición".
"Es la primera vez que se injerta el 95% de una piel quemada, es un trasplante casi total", se felicitó el cirujano.
Un accidente laboral
Los hechos se remontan a hace algo más de un año, cuando en septiembre de 2016 Franck, de 33 años, sufrió quemaduras que afectaron a la casi totalidad de su cuerpo -incluida la cara- con la sola excepción de una parte de los pies y de la cadera.
La piel actúa como barrera protectora y es un órgano indispensable para la vida. El hermano gemelo de Franc, Éric, se propuso rápidamente como donante y entonces se puso en marcha el procedimiento.
Se le extrajo en varias ocasiones piel del cuero cabelludo porque en esa parte del cuerpo no queda marca y cicatriza rápidamente, pero como no bastaba, también de la espalda y de las piernas, hasta totalizar un 50% de su cuerpo. Los dos gemelos tuvieron que someterse a tres intervenciones quirúrgicas.
El cirujano precisó que una vez obtenida, el equipo médico la extendió para recubrir a su hermano, al que se le había retirado la piel quemada, "que es un veneno", hizo notar Mimoun. El doctor ha encomiado la labor de equipo de todas las personas involucrudas en el cuidado del paciente, desde las enfermeras a los paramédicos porque una infección en cualquier momento habría sido fatal.
El cirujano también destacó "otro fenómeno mágico" constatado, y es que al llevarse a cabo el injerto de forma precoz ciertas zonas de la piel pudieron recuperarse.
El paciente estuvo cuatro meses bajo cuidados especializados en el centro de quemados del hospital Saint Louis, pero pudo volver a su casa, puede caminar y la rehabilitación continúa.