Descubren una nueva especie de "milpiés" en el subsuelo de la Sierra de Guadarrama
- Presenta una morfología parecida a la de sus parientes, los ciempiés
- Bautizado como Guadarramasoma ramosae, es subterráneo y come detritos
Un grupo de científicos de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), del Museo de Historia Natural de Copenhague y del Museo Nacional de Historia Natural de París ha descubierto una nueva especie de 'milpiés' en la madrileña Sierra de Guadarrama.
Según informa la UAH, se trata de un miriápodo con rasgos morfológicos bien diferenciados de sus congéneres de las montañas del norte peninsular y, pese a estar "muy presente" en la Sierra de Guadarrama, hasta el momento "había pasado desapercibido".
El descubrimiento de la especie, que ha sido bautizada con el nombre de Guadarramasoma ramosae en honor a la investigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) Marián Ramos, ha sido publicado en la revista especializada en el hallazgo de nuevos géneros para la ciencia Zootaxa. El descubrimiento forma parte de un proyecto de investigación sobre las especies subterráneas en enclaves de alta montaña en este sierra madrileña.
Parientes de los ciempiés
Los 'milpiés', al igual que sus parientes los ciempiés, poseen un cuerpo alargado compuesto de varios segmentos y patas en cada uno de ellos. En el caso del Guadarramasoma ramosae, es una especie que posee hábitos detritívoros, es decir, se alimenta de detritos o materia orgánica en descomposición, y la reducción de sus ojos y una mayor gracilidad de su cuerpo podrían responder a cierto grado de adaptación a la vida subterránea.
El contexto ecológico en el que ha sido hallada, el medio subterráneo superficial, demuestra que el mundo de lo subterráneo no es privativo de las cuevas y simas y que existen multitud de espacios subterráneos que albergan vida, señala la universidad en un comunicado.
Guadarramasoma ramosae está presente de forma numerosa en el subsuelo de diferentes sectores del Parque Nacional, de Cuerda Larga a los Altos de la Morcuera, los Montes Carpetanos -especialmente en el entorno de Peñalara- y en el cordal de la Mujer Muerta, lo que evidencia de que no se trata de una especie rara.
Para los investigadores, será de interés ampliar el foco de estudio a estos espacios subterráneos, que albergan gran número de especies aún por descubrir y otras, asociadas a las oquedades que existen en las profundidades de los canchales o a los depósitos glaciares de estas montañas, que aún se están estudiando.