El suicidio del criminal de guerra Slobodan Praljak conmociona Croacia y reabre las heridas de la guerra
- La presidenta del país asegura que el Tribunal de La Haya está politizado
- Los parlamentarios guardan un minuto de silencio por "todas las víctimas"
- El Tribunal considera que la limpieza étnica fue decidida por las autoridades croatas
El suicidio del criminal de guerra bosnio-croata Slobodan Praljak, quien murió este miércoles tras ingerir un veneno durante la sesión de su juicio en el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), ha conmocionado la política de Croacia, país miembro de la Unión Europea.
Muchos croatas tanto en Croacia como en Bosnia consideran a Praljak un héroe de la guerra. En la ciudad bosnia de Mostar, escenario de combates durante aquella contienda y donde Paljak ordenó destruir el viejo puente otomano, los bosnio-croatas han encendido velas y han colgado carteles con la efigie del general.
La presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic, ha asegurado que el suicidio de Praljak "sacudió los corazones del pueblo croata".
Kitarovic ha criticado la sentencia del TPIY que condenó a Praljak y a otros seis líderes bosnio-croatas por el asesinato de civiles durante la Guerra de Bosnia, y ha asegurado que el tribunal está politizado.
"Ese tribunal no cumplió su objetivo fundamental", ha dicho la presidenta croata, para quien el principal fallo es "no haber reconocido que todos los horrores de guerra en Croacia y Bosnia-Herzegovina fueron originadas por la política criminal de Slobodan Milosevic".
"Lamentablemente, los ideadores y dirigentes de aquello no fueron procesados ni sancionados", ha insistido la presidenta.
Milosevic, expresidente de Yugoslavia, fue detenido en 2001 y entregado al Tribunal de La Haya. Murió en su celda en 2006, de un ataque al corazón, sin haber sido condenado.
En un tono más conciliador, Grabar-Kitarovic ha reconocido que "compatriotas en Bosnia cometieron crímenes y deben rendir cuentas por ello", y ha llamado a la reconciliación de los pueblos de la ex-Yugoslavia.
Minuto de silencio "por todas las víctimas"
En el Parlamento croata, los diputados han guardado un minuto de silencio en homenaje a "todas las víctimas de las guerras en Croacia y Bosnia".
"Todas las víctimas deben permanecer para siempre en nuestra conciencia colectiva, y la muerte del general Praljak debe ser el último episodio de estos trágicos sucesos bélicos", ha declarado Gordan Jandrokovic, presidente del Parlamento y miembro del HDZ, el partido conservador en el poder.
El Partido Socialdemócrata, en la oposición, ha dejado a un único diputado en la cámara durante el homenaje, sin explicar esta decisión.
La responsabilidad de Croacia
El primer ministro croata, Andrej Plenkovic, también ha tachado de "injusta" la condena del TPIY pero se ha apresurado a recordar que el tribunal "juzga a personas, no a estados, y no habla de la responsabilidad de un estado".
Sin embargo, el tribunal considera probado que existió una "empresa criminal conjunta" llevada a cabo con el acuerdo de las autoridades de Zagreb y concretamente de Franjo Tudjman, primer presidente de la Croacia independiente y considerado por los croatas como un 'padre de la patria'.
El objetivo era la limpieza étnica de los bosnio-musulmanes en los territorios de mayoría croata en Bosnia para unirlos posteriormente a Croacia, según el resumen del caso difundido por el tribunal [EN].
"Es una pesada carga para Croacia, como estado y como nación", ha explicado a Afp el analista político Zarko Puhovski.
“Es una pesada carga para Croacia, como estado y como nación“
Durante la Guerra de Bosnia (1992-1995), croatas y bosnios lucharon juntos contra las fuerzas serbias. Pero en 1993 y 1994, durante poco menos de un año, lucharon entre sí.
En un comunicado, la Fiscalía del TPIY ha recordado que aparte de los seis condenados este miércoles aún permanecen en libertad otros implicados en los mismos crímenes y "muchos están al alcance de las autoridades judiciales croatas".
Tudjman murió a los 77 años, en 1999. El Tribunal ha indicado que el líder croata podría haber sido acusado de crímenes de guerra si aún estuviera con vida.