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Lucha contra el Sida

Vivir positivamente

  • Mozambique es el octavo país del mundo con mayor índice de VIH
  • Un 13,2% de la población tiene el virus
  • En 2016, 13.000 niños han sido infectados por sus madres

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Celine se hace un control del sida en una clínica en Mozambique
Celine se hace un control del sida en una clínica en Mozambique

El puesto de salud de Massaca está habituado a hacer el test de VIH a los vecinos de esta aldea y a los de alrededor. Realiza unos 12 al día y, desde hace un par de años, solo dos o tres salen positivos. Un pequeño pinchazo en el dedo y, en menos de 15 minutos, el paciente sabe los resultados. Antes, la auxiliar de enfermería prepara con una pequeña charla al posible infectado.

Si sale afirmativo, "¿qué harás?" pregunta la enfermera a la joven que se está haciendo la prueba. Ella responde que "comenzar el tratamiento" y, si sale negativo, "¿qué harás?", vuelve a interrogar. "Continuaré tomando precauciones para evitar contagios" contesta la chica. El test resulta negativo.

Es la realidad con la que convive Mozambique desde hace varias décadas. Casi dos millones de mozambiqueños, un 13,2% de la población entre 15 y 49 años vive con el virus o con “el bicho”, como lo llaman aquí, en la sangre. Según cifras de ONUSIDA, el año pasado se contagiaron 83.000 personas y murieron más de 60.000 enfermos de SIDA. La noticia alentadora es que más de la mitad de los seropositivos de este país ya tiene acceso a los tratamientos antirretrovirales (ARV).

Varias personas esperan en el puesto de salud de Massaca, Mozambique

Varias personas esperan en el puesto de salud de Massaca, Mozambique RTVE.es

"Aliviada" al recibir el diagnóstico

Celina Moyane tiene 21 años y acude a su revisión médica rutinaria; unos análisis para comprobar cómo están sus “frágiles” defensas. Hace 3 años se enteró de que era seropositiva. "Estaba muy delgada, me encontraba muy débil y mi hermano me convenció para que viniera aquí a hacerme la prueba".

La joven reconoce a Rtve.es que al descubrir que era seropositiva se sintió aliviada, "porque sabía que al tomar el tratamiento me encontraría mejor". Desde entonces, toma un comprimido antirretroviral al día. Ella cree que fue su exmarido quién le contagió aunque nunca quiso hacerse la prueba. El hijo que tuvo la pareja, de 5 años, no está infectado. Celine asegura que ahora tiene la suficiente información para evitar transmitir la enfermedad a su nueva pareja.

Ella es una de las 800 pacientes, con tratamiento ARV, que acude a la consulta que la Fundaçao Encontro tiene en el sur de Mozambique. Esta ong mozambiqueña se encarga de distribuir los antirretrovirales, subvencionados por el estado, además de un control exhaustivo, incluido el peso, de los seropositivos. Muchos de los enfermos de SIDA de estas aldeas son extremadamente pobres y no tienen nada para comer.

Miedo a ser estigmatizados

"Por miedo a ser estigmatizados no quieren venir al puesto médico donde podríamos facilitarles también comida. Una buena alimentación es vital porque si no comen bien pueden emporar e incluso morir", asegura Almerinda Munguambe, Coordinadora de Salud de Fundaçao Encontro, a Rtve.es. El menú que facilita este puesto médico, a base de arroz, xima(una papilla de agua y harina muy popular entre los mozambiqueños) y otros alimentos es financiado por la Ong española Fundación Mozambique Sur.

Me sentí feliz cuando supe que tenía el virus

A Isabel Vicente Chongo le sudan las manos al contarnos su historia. Solo tiene 18 años y ya ha perdido a su primer hijo de 2 años. Era seropositivo pero nadie lo sabía. Ella se ha enterado de que también lo es, hace un mes, cuando acudió a una revisión ginecológica. Está embarazada de 5 meses y puede que de gemelos. No lo sabe a ciencia cierta porque aquí no hay posibilidades de hacerse una ecografía pero la matrona le ha detectado un doble latido.

Isabel, aunque tiene el virus del VIH, podrá dar el pecho

Isabel, aunque tiene el virus del VIH, podrá dar el pecho RTVE.es

“Me sentí feliz cuando me dijeron que tenía el virus”. Aunque suene paradójico, Isabel sabía que, por fin, habría un remedio para su debilidad y su falta de energía. “No tengo miedo”, reconoce a Rtve.es, “porque desde que comencé el tratamiento estoy mejor y podré dar el pecho a mi bebé”.

La futura mamá apenas sabe leer y escribir. Se enamoró a los 16 años y enseguida quedó en estado del primer hijo que perdió. Su marido dio negativo en el test y al enterarse de que ella tenía “el bicho” la ha abandonado. Le preguntamos a Isabel si sabe cómo pudo contraerlo y no lo tiene claro. Cuenta que hace unos 4 años su madre, enferma de SIDA, contrajo tuberculosis, una de esas infecciones oportunistas que ataca a las personas con el sistema inmunodeprimido. Empezó a toser sangre e Isabel era quien la limpiaba. “Yo no era consciente de que me podía contagiar, no tenemos medios para usar guantes y mascarilla”.

Esta joven sonríe cuando piensa en su futuro: “Me gustaría tener un cuarto para mis bebés, volver al puesto a vender y, a lo mejor, regresar a la escuela”. Isabel sabe que si vuelve a tener pareja usará preservativos.

El sida, en cifras

Según datos de UNICEF, Mozambique es el tercer país del mundo, después de Nigeria y Sudáfrica, con nuevas infecciones de VIH pediátricos. En 2016, 13.000 niños han sido contagiados por sus madres aunque el 80% de las embarazadas mozambiqueñas ya tiene acceso a la medicación ARV.

Fátima, de 36 años, está embarazada y toma tratamiento ARV

Fátima, de 36 años, está embarazada y toma tratamiento ARV RTVE.es

La mujer de esta foto, a ojos de europea, representa más de 50 años. Está muy delgada, pómulos marcados, piel ajada y una profunda mirada triste. A sus 36 años tiene aspecto casi de abuela aunque va a ser mamá.

Está embarazada de 3 meses pero todavía no se le nota y, además, tiene un nieto de su hija mayor de 20 años. Fátima da Cruz Sabão es seropositiva desde hace 10 años. Usó un método de planificación familiar durante muchos años hasta que un buen día se cansó. “Pensaba que el efecto duraría más tiempo y me he quedado embarazada”. El padre de este bebé y de sus otros 3 hijos es alcohólico. “Mi marido bebe mucho y no tenemos dinero para comer”.

Fátima cuenta a Rtve.es que pudo ser su pareja quien la contagió. “Sé que está con otras mujeres porque yo no quiero dormir con él. Solo viene de vez en cuando”. Ella es una de las miles de mamás mozambiqueñas que podrá vivir "positivamente" su embarazo sin riesgo de contagiar al feto, gracias al tramiento antirretroviral que toma.