Los vetos entre partidos y las discrepancias en los bloques agrandan la sombra de la ingobernabilidad
- El bloque soberanista, que perdería la mayoría, aumenta sus diferencias
- Cs es vetado por dos de los tres partidos que podrían darle la llave- PSC y CatComú
- El tripartito de izquierdas tampoco parece una opción fácil de prosperar tras el 21-D
- ¿Repetición de elecciones?, escenario más que posible a día de hoy
- Especial elecciones catalanas | Siete preguntas para entender el 21-D
El 20 de diciembre de 2015 España votó y tras medio año de vetos y diferencias irreconciliables entre partidos, hubo repetición de elecciones generales. Casi exactamente dos años después, este 21 de diciembre de 2017 se puede repetir la misma jugada tras las elecciones en Cataluña, si se cumplen los pronósticos que auguran las encuestas y se mantienen los vetos, las trincheras y las líneas rojas que están marcando los partidos que concurren en campaña.
Si el CIS marcó a principios de esta semana un empate entre ERC y Ciudadanos que, con 31-32 escaños se disputarían el triunfo electoral, las últimas encuestas están mostrando una foto fija de práctico triple empate de los republicanos y naranjas con Junts per Catalunya, tal y como muestra el sondeo publicado este domingo por La Vanguardia.
Las encuestas coinciden en dos aspectos: las fuerzas independentistas perderían la mayoría absoluta en Cataluña- situada en los 68 diputados- y la participación va a ser récord con porcentajes que superan el 80%.
Estos comicios decisivos parecen, por tanto, estar muy reñidos y, de momento, no hay mucha mano tendida al acuerdo. La campaña se va endureciendo por momentos y es difícil vislumbrar un escenario claro de pactos postelectorales.
Cierto es que los candidatos juegan ahora exclusivamente a sumar votos y ganar en las urnas y, una vez pase el 21-D, si quieren gobernar en un escenario sin mayorías absolutas, tendrán que aflojar las condiciones y convertir un 'no' en un 'quizá'.
En estos comicios se habla mucho, constantemente, de bloques. Así, el frente independentista 'dispara' contra el constitucionalista, y viceversa, con Catalunya en Comú- Podem en medio, atacando también y recibiendo por ambos lados. Pero la 'guerra' también se libra en cada frente. A veces, con mayor virulencia.
¿Posibles pactos a día de hoy?
Junts per Catalunya y ERC están más lejos que nunca, aunque ambas fuerzas siguen apostando por un Parlament soberanista. Pero, a juzgar por el tono que están tomando en la campaña en los últimos días, no parecen ponerse de acuerdo en quién debería ser el president de un posible Govern independentista.
Cada una reivindica a su propio candidato, a su propio líder convertido en héroe- Carles Puigdemont por estar en el 'exilio' y Oriol Junqueras, ensalzado como "preso político". Lo cierto es que la investidura de cualquiera de los dos corre serio peligro debido a las causas judiciales a las que se enfrentan.
Por otro lado, no hay que olvidar que en 2015 quien puso nombre al presidente de la Generalitat fue la CUP que dio sus votos a un Govern inpendentista sacrificando a Artur Mas y aupando a un entonces desconocido Puigdemont. ¿Se repetiría este escenario si al final hay mayoría independentista? ¿Habrá otro tapado en el mundo soberanista?
En el lado constitucionalista la claridad no es mayor en cuanto a posibles fórmulas de Gobierno. Ciudadanos aparece como el partido que puede ganar las elecciones en Cataluña, capaz de batirse el cobre con el independentismo, pero de poco le serviría si no consigue votos a su favor en una hipotética investidura de Inés Arrimadas.
PSC y Catalunya en Comú-Podem dicen 'no' a la formación naranja, que ahora mismo sólo conseguiría el apoyo (casi) seguro del PP.
Miquel Iceta no se resiste a protagonizar su propio 'Borgen' y no descarta concitar los apoyos para ser investido. Ciudadanos le devuelve la negativa y dice que sólo le investiría si saca un voto más que Arrimadas, escenario que no refleja ninguna encuesta.
Catalunya en Comú, que se erige como llave de gobierno, sólo sabe, de momento, las puertas que no quiere abrir. Da un no rotundo a Junts Per Catalunya, Cs y PP y pone condiciones al resto. Se niega a apoyar a ERC, si mantiene su hoja de ruta independentista; y al PSC, si se apoya en Cs.
¿Hay posibilidades de reeditar un tripartito de izquierdas similar al del periodo 2003-2010? Iceta dice 'no'- ha llegado a pronunciar la palabra "imposible"- y ERC no parece querer renunciar a su esencia soberanista, más fuerte ahora mismo que su lado progresista.
Es más, los republicanos han llamado a los 'comunes' a unirse en la construcción de la república, algo poco probable.
¿Repetición de elecciones?
Así las cosas, sin un claro Gobierno independentista, sin una mayoría alternativa constitucionalista solvente y con dificultades para una vuelta a un tripartito de izquierdas, se complica la aritmética parlamentaria para que la legislatura catalana eche a andar.
Una noche electoral siempre puede deparar sorpresas, máxime cuando las encuestas a veces tienden a estrepitosos fracasos, pero lo cierto es que el mapa de escaños que ahora se dibuja y los vetos partidistas hacen que la sombra de la repetición de elecciones se haga cada vez más grande, con todas las repercusiones que tendría en el complicado enjambre catalán y en el panorama político nacional, pendiente de lo que allí ocurra.