'El hombre que no fui', un rayo de luz sobre el crimen de los Urquijo
- Un libro ofrece nuevas perspectivas de un crimen rodeado de misterios
- Javier Menéndez Flores y Melchor Miralles son los autores
En la madrugada del 1 de agosto de 1980, los marqueses de Urquijo, Manuel de la Sierra y Torres y María Lourdes Urquijo y Morenés, fueron asesinados a tiros en su chalet de Somosaguas. El crimen de los Urquijo conmocionó a una sociedad española inmersa en plena Transición y, aunque los indicios apuntaban a la intervención de varios implicados, se saldó con una sola condena, la de Rafael Escobedo Alday, yerno de los marqueses, a pesar de que las pruebas en su contra eran poco consistentes.
Escobedo se suicidó en la prisión de El Dueso en julio de 1988, llevándose a la tumba muchos de los secretos de un crimen que sigue rodeado de misterios. En esa línea, los periodistas Javier Menéndez Flores y Melchor Miralles han publicado El hombre que no fui (La Esfera de los Libros, 352 páginas), un texto novelado que intenta arrojar un rayo de luz sobre muchos de los interrogantes que aún sigue suscitando el caso.
"En el imaginario colectivo, este crimen sigue siendo un caso con muchas más incógnitas que certezas, uno de esos casos que no ha sido debidamente aclarado o, si lo prefieres, ha sido falsamente resuelto", señala a RTVE.es Javier Menéndez Flores.
Fascinado desde niño con la historia, este periodista y escritor -que ha destacado en el terreno de la información cultural- unió sus fuerzas con las de Melchor Miralles, especialista en periodismo de investigación que cubrió la información del crimen en el desaparecido Diario 16 y que llegó a entrevistar a Rafi Escobedo.
Juntos se pusieron manos a la obra para aportar una visión nueva sobre el doble asesinato, teniendo en cuenta que la mayoría de los libros que se publicaron sobre el caso Urquijo "se escribieron en caliente, en fechas próximas a los hechos, mientras que nosotros hemos gozado de una perspectiva de casi cuatro décadas", señala Menéndez Flores.
Anastasio, un testimonio clave
Su principal aportación es el testimonio de Javier Anastasio, íntimo amigo de Rafi Escobedo que fue acusado como coautor del crimen. Tras cumplir tres años y medio de prisión preventiva, Anastasio, un hombre clave en la trama, se fugó del país temiendo que el juicio no ofreciera suficientes garantías y no regresó a España hasta 22 años después, cuando el delito había prescrito.
"No siempre nos hemos conformado con sus explicaciones, pues cuando detectamos partes de su relato que no nos cuadraban en absoluto se lo hicimos saber y le apretamos las tuercas al máximo", dice el coautor de El hombre que no fui sobre las declaraciones de Anastasio.
También hay otros testimonios importantes en el libro como el del inspector de Policía que detuvo a Escobedo, el del vigilante jurado que descubrió los cadáveres de los marqueses, el del mayordomo y el del preso que encontró a Rafi Escobedo colgado en su celda.
A la hora de plasmar una investigación tan amplia -que incluyó el estudio a fondo de los más de 7.000 folios del sumario- los autores decidieron novelar algunos pasajes de la historia con el fin de que "la lectura resultase lo más grata y atractiva posible", asegura Javier Menéndez Flores. Aunque también advierte que "los nombres de todos los personajes son reales, salvo el del periodista, que es una mezcla de los dos autores, pues todas las entrevistas las realizamos juntos".
Un sinfín de interrogantes
El texto trata de responder a un sinfín de interrogantes que, casi cuatro décadas después, aún siguen en el aire. "Es realmente insólito que llegara a cometerse semejante cadena de desatinos policiales, judiciales y aun políticos", afirma Menéndez Flores.
Entre otras muchas, los autores plantean cuestiones sin explicación como el lavado de los cadáveres antes de la autopsia; la falta de custodia en el despacho del marqués, que permitió la destrucción de documentos; los viajes a Londres, en la misma fecha y sin aparente relación, del secretario personal del marqués y del propio Javier Anastasio; el extraño periplo de la supuesta arma homicida, arrojada por Anastasio a un pantano y desaparecida sin motivo tras ser encontrada y entregada al Ayuntamiento de Pelayos de la Presa; la inexplicable destrucción de la nota manuscrita en la que Escobedo confesaba su autoría y de la que luego se retractó; lo endeble de las pruebas que terminaron con el yerno de los marqueses como único condenado; o la falta de signos de ahorcadura en el cadáver de Escobedo según el testimonio que ofrece el preso que encontró el cuerpo.
Son estos interrogantes y el hecho de que víctimas y verdugos se enmarcaran en la alta sociedad madrileña de la época los que levantan, casi 40 años después, el interés del público. "Estamos, sin lugar a dudas, ante el caso más mediático de la crónica negra española y uno de los más misteriosos", afirma Javier Menéndez Flores.
Prueba del interés que despierta es que, en los dos meses y medios transcurridos desde su publicación, El hombre que no fui ha alcanzado ya la tercera edición. El estilo ágil y lo minucioso de la investigación hacen de este un texto esencial para sumergirse en el caso de los Urquijo y desentrañar algunos de los misterios que aún siguen latentes.