Lo que los votos del 21-D cuentan: crecen Cs y los independentistas, aumenta la división
- JxCat y ERC suman más escaños por separado que con la coalición JxSí
- Ciudadanos gana en tres capitales de provincia, y JxCat en Girona
- La jornada posterior a las elecciones catalanas del 21-D, en vivo y en directo
A la vista de los grandes números, la primera impresión después de las elecciones catalanas del 21-D, pese al triunfo histórico en votos y escaños de Ciudadanos, es que prácticamente todo sigue igual y Cataluña retorna a la casilla de partida de los días de Junts pel Sí y la hoja de ruta soberanista. Pero conviene subrayar qué es lo que ha cambiado en Cataluña para llegar al resultado de que un partido no nacionalista sea el más votado mientras el independentismo sigue siendo mayoritario políticamente. ¿Qué ha cambiado en el mapa político catalán?
En primer lugar, el color del mapa político. En 2015 las cuatro provincias catalanas arrojaron una victoria nacionalista, con el mapa teñido de verde, el de la coalición de JxSí, en la que participaban la antigua CDC y ERC. Ahora, disuelta esa alianza coyuntural, la Cataluña electoral es bicolor: naranja de Ciudadanos en Barcelona y Tarragona (las provincias más pobladas) y patrimonio de Junts per Catalunya en Lleida y Girona, que reafirman su condición de feudos del nacionalismo.
Una Cataluña dividida en dos
Gracias a la también histórica participación del 81,94%, se revela con claridad y más que nunca que la sociedad catalana está dividida en dos mitades en torno al independentismo. De hecho, aunque los soberanistas son mayoría política (70 escaños de 135), siguen sin ser mayoría en el voto, al alcanzar el 47,5%, ligeramente por debajo del 48,8% alcanzado en 2015 por JxSí y la CUP y los 72 escaños que reportó. Los no independentistas suman el 50,8%, incluyendo en este conjunto a los 'comunes'.
Es decir, socialmente el soberanismo no era mayoritario antes ni lo es ahora aun cuando la participación ha subido siete puntos, lo que verifica la idea de una Cataluña dividida en dos. Los nacionalistas obtienen su elevado rendimiento político, pese a haber perdido peso relativo, por efecto de la ley electoral, que hace que los votos no valgan lo mismo al beneficiar a las fuerzas mayoritarias en las circunscripciones más pequeñas.
Ciudadanos gana plazas fuertes, pero no conquista el territorio
Y con todo, el independentismo ha crecido y se han roto los pronósticos al constatarse que Junt per Catalunya y ERC suman más escaños por separado que con la coalición anterior de JxSí. En 2015, sumaron 1,62 millones de votos, el 39,59%, mientras que ahora han subido al 43%, con 1,87 millones. JxCat logra 940.000 votos y ERC 929.000, solo 11.000 de diferencia.
Sumando los apoyos de la CUP (pese a haber pasado del 8,21% al 4,43% y perder la mitad de votos hasta quedarse en 183.000), el voto independentista ha subido, y respecto a los 1,96 millones de apoyos de hace dos años, el bloque independentista ha crecido en casi 100.000 papeletas, hasta los 2,06 millones.
Población a población, la formación de Junts per Catalunya ha sido la más votada en 664 municipios catalanes, seguida de ERC, vencedora en 142 localidades y Ciudadanos, ganador en 135. Mientras, el PSC ha sido la primera fuerza en tres municipios. En 2015, la marca de Junts pel Sí ganó en 908 municipios, mientras que ahora el conjunto de Junts per Catalunya y ERC ha sido primera fuerza en 806, 102 municipios menos.
“La papeleta de Inés Arrimadas es la primera en tres de las cuatro capitales de provincia, salvo Girona“
Los partidos constitucionalistas -Cs, PSC y PP- han conseguido sumar 57 escaños en total, cinco más que los 52 que representaron en 2015, aunque se quedan a 11 diputados de la mayoría absoluta. Es un alza sobre todo achacable a Ciudadanos, que ha obtenido 1,1 millones de votos (con el 99,89% del voto escrutado), cuando en 2015 fueron 736.000, y sigue sin parar de crecer desde su nacimiento en 2006.
Ciudadanos se ha impuesto en todas las capitales de provincia a excepción de Girona, donde ha vencido Junts per Catalunya, la lista encabezada por el expresidente Carles Puigdemont, quien fue su alcalde. La lista de Inés Arrimadas ha ganado en la capital catalana, Barcelona, con un 23,9% de los sufragios, lo ha hecho holgadamente en Tarragona, con un 34,95%, y en Lleida se ha impuesto con un 24,54%.
Además, en la provincia de Barcelona ha ganado el bloque constitucionalista (46%) frente al independentismo (43,8%).
Ciudadanos arrasa en Barcelona
La victoria de Ciudadanos se fraguó sobre todo en Barcelona, donde obtuvo más del 26% del los votos y 200.000 papeletas más que el segundo, que fue ERC, mejorando de manera incontrovertible un resultado que ya fue destacado en 2015, y lo hizo a costa de PSC y PP, en especial de este último, que se dejó en esta provincia cinco de los ocho escaños que ha perdido.
No le fue mejor al PSC, que vio cómo una tras otra las ciudades del llamado "cinturón rojo" del área metropolitana de Barcelona y reafirmaron su apuesta por Cs en lugar de por los socialistas, dándole la conquista de nuevas plazas las que ya sumó en las autonómicas de hace dos años.
Esta región, conformada por las comarcas del Barcelonès, Baix Llobregat, Maresme, Vallès Oriental y Vallès Occidental, ha sido un feudo tradicional del PSC, y en estos comicios Cs ha sido el partido más votado en cuatro de las cinco plazas del cinturón, salvo el Maresme, donde ha ganado JxCat.
En la capital, Ciudadanos se convierte en primera fuerza en la ciudad, y Barcelona registra casi un empate entre los dos bloques: JxC, ERC y CUP suman el 45,72% y los constitucionalistas de Cs, PSC y PP llegan ahora al 43,48% (en 2015 tuvieron un 38,38% y tres años antes estaban en el 35,29%).
El pueblo de Junqueras y otras plazas 'conquistadas' por Arrimadas
Sin embargo, Ciudadanos ha estrenado su liderazgo en distintas proporciones en el Barcelonès -con el 26,49%-, el Baix Llobregat -31,61%-, el Vallès Occidental -29,18%- y el Vallès Oriental -25,72%-, aumentando sus votos sobre todo en L'Hospitalet, Sant Adrià, Badalona y Santa Coloma de Gramanet, y no con tanta fuerza en la capital, Barcelona, donde sin embargo ha ganado con el 23,96% de los votos -196.143 papeletas-.
Es más, en el Baix Llobregat, Cs ha conseguido estrenarse como partido más votado en Sant Vicenç dels Horts (el pueblo barcelonés donde era alcalde Junqueras), Sant Joan Despí, Sant Feliu y Pallejà, mientras que ha conseguido mantener el liderazgo logrado en 2015 en Esplugues, Castelldefels, Sant Boi, Gavà, Cornellà, El Prat, Viladecans y Abrera.
Los partidos constitucionalistas (Ciudadanos, PSC y PP) han ganado en Pineda de Mar, uno de los pueblos con escraches a policías tras el referéndum del 1 de octubre, aunque los partidos independentistas han mantenido el respaldo de la mayoría en otras localidades como Calella o Sant Julià de Ramis, que también vivieron momentos de tensión tras la votación suspendida por el Tribunal Constitucional.
“Por bloques, los independentistas pierden la provincia de Barcelona y mantienen las otras tres“
Ciudadanos se ha impuesto también en Premià de Mar y Vilanova i la Geltrù, dos localidades de Barcelona de las que son originarios el presidente de la Asociación Catalana de Municipios (ACM), Miquel Buch, y la presidenta de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), Neus Lloveras, ambos del PDeCAT, y que reflejan a su escala lo ocurrido en estos comicios.
Y es que en ambos pueblos las fuerzas independentistas han crecido también en estos mismos pueblos, al pasar del 37,55% de Junts pel Sí en Premià al 42,42% y del 40,58% en Premià al 44,68%. Sumando a la CUP en Vilanova el independentismo se haría con el 48,20% del respaldo popular y en Premià con el 50,33%.
Tarragona es más naranja, pero también independentista
La provincia menos independentista de Cataluña marcó una victoria clara de Ciudadanos, que ha pasado del 19,3% al 27,3% de los votos y de cuatro a cinco escaños. La candidatura de Arrimadas sumó 40.000 votos más que en 2015, y los independentistas de ERC y JxCat tambien mejoraron en casi 28.000 votos. De nuevo una victoria amarga que no sirvió para imponerse al secesionismo, que ganó nueve escaños por los ocho de Cs y PSC (el PP se quedó en blanco en esta provincia*, perdiendo su único diputado tarraconense, con un insuficiente 4,56% de los votos).
[*Nota: El recuento del voto exterior modificó días después este resultado, otorgando un escaño al PPC por Tarragona (cuatro en total), en detrimento de Ciudadanos]
ERC ha sido la segunda fuerza (23,7%) aunque la formación encabezada por Oriol Junqueras logra cinco diputados, como Cs; le sigue Junts per Cat (21,76%), con cuatro escaños. La CUP pierde también a su único representante por esta provincia (4% votos).
Por municipios, Arrimadas ganó con rotundidad en la capital y en las principales ciudades de la provincia, Reus o El Vendrell. El principal municipio en manos de los secesionistas fue Tortosa, donde ganó ERC, que también aventajó a JxCat en Tarragona capital. En Salou, una de las mecas turísticas de Cataluña, Ciudadanos obtuvo el 43% de los sufragios, muy por delante de los tres partidos independentistas, que suman el 30%.
Girona: JxCat gana y Cs dobla sus escaños
La provincia de nacimiento de Carles Puigdemont dio un claro respaldo al presidente cesado y huido. Junts per Catalunya se ha hecho con el 37% de los votos, casi doblando a ERC, el segundo partido más votado. El bloque independentista se ha llevado 12 de los 17 escaños que se repartían, los mismos que en 2015, aunque ha bajado algo su porcentaje de apoyos, del 64,6% al 63,7%.
Sin embargo, JxCat y ERC mejoran en porcentaje de voto en esta provincia, al llegar juntos al 58%, dos puntos más que en 2015. La CUP mantiene su escaño aun perdiendo 3,5 puntos.
Ciudadanos ha sido el único partido constitucionalista con una representación notable, con cuatro escaños, doblando los que obtuvo en 2015 y con 30.000 votos más, en una provincia donde el PSC solo gana uno y el PP desaparece.
En Girona capital, el bloque independentista ha alcanzado más del 61% de los votos, sumando a Junts per Catalunya (36,24%), Esquerra (18,56) y la CUP (6,55%), mientras que los constitucionalistas, aunque han crecido, apenas representan un tercio de los votos: 20,23% de Ciudadanos, 9,82% del PSC y 3% del PP. Catalunya En Comú se ha llevado el 4,23% de los votos.
La hegemonía independentista en la ciudad de Girona ya se manifestó en las dos elecciones autonómicas anteriores, tanto en 2015, con el 62,75% de Junts pel Sí y la CUP, como en 2012, con el 62,13% de CiU, ERC y la CUP.
En Lleida, fortín del independentismo, Cs gana en la capital
La zona interior y más rural de Cataluña es un depósito seguro de voto independentista. JxCat (seis) y ERC (cinco) acaparan 11 de los 15 escaños que se reparten en esta provincia, la menos poblada de Cataluña, y en la que de nuevo se quedó en blanco el PP, aunque fue un territorio donde la campaña del PP se hizo visible con la presencia incluso de Mariano Rajoy. Ciudadanos sumó tres escaños -uno más a costa del diputado del PP- y el PSC, uno.
“En Lleida, los dos antiguos socios de Junts pel Sí han mejorado por separado el resultado que obtuvieron juntos en 2015“
En la provincia, los dos antiguos socios de Junts pel Sí han mejorado por separado el resultado que obtuvieron juntos en 2015: casi el 60% y 11 escaños, frente al 55,22% y los 10 escaños de las elecciones anteriores. Junto a la CUP (no logra diputados), alcanzan el 64% de los votos.
En Lleida, ciudad con alcalde socialista, Ángel Ros, y protagonista de la polémica de la devolución de los bienes de Sijena, los independentistas han reforzado su dominio llegando esta vez al 50,19% que suman JxC (22,92%), ERC (22,78%) y la CUP (4,49%). En las dos elecciones anteriores estas tres formaciones sólo habían marcado un 48% en 2015 y un 47,92% en 2012.
Eso sí, Ciudadanos ha pasado en 2017 a ser el partido más votado en la ciudad, con cerca de 18.000 votos (24,54%), y su ascenso ha ido aumentando el porcentaje de los tres partidos constitucionalistas desde el 37,8% de 2012, el 40% de 2015 y el actual 43,11%. También ha obtenido una simbólica victoria en el Valle de Arán, la única comarca de saldo constitucionalista en el interior de la comunidad.