El año 2018 llega con tranquilidad y sin sobresaltos al mundo entero
- El frío ha restado público a la caída de la bola de cristal de Times Square
- Las fuertes medidas de seguridad en Europa no han ensombrecido la fiesta
- Nueva Zelanda y otros países de Oceanía, los primeros en festejarlo
El 2018 ha llegado en todo el mundo sin grandes sobresaltos, con celebraciones variopintas y diferentes para cada país, pero con deseos generalizados de buenos propósitos y paz para el año nuevo.
Estados Unidos y el resto de América han sido los últimos en dar la bienvenida a 2018. Centenares de miles de personas se han congregado en la emblemática plaza neoyorquina de Times Square con un frío intenso para presenciar el descenso de la bola de cristal en los segundos previos al término del año.
Las autoridades habían calculado la asitencia de hasta dos millones de personas, pero los -12 grados de temperatura a medianoche, ha restado concurrencia a la fiesta.
La bola, de más de 5 toneladas compuesta de 2.688 triángulos de cristal, ha bajado iluminada con luces ecológicas de color rojo, azul, verde y blanco que crean un impresionante caleidoscopio.
El público congregado en la plaza, ataviado con coloridas bufandas rojas, gorros y globos con cintas doradas, ha cantado y aplaudido la llegada del nuevo año en la Gran Manzana entre una lluvia de más de 1.300 kilos de confeti y fuegos artificiales.
Por contra, sí ha estado repleta la playa de Copacabana, en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, donde casi tres millones de personas se han congregado para recibir el año con un baño en el mar. La tradición marca que, para tener suerte en el año que comienza, se haga vestido de blanco y se salten tres olas seguidas.
En España, las doce uvas al compás de las campanadas que despiden el viejo año han protagonizado, como es habitual, la primera madrugada de 2018. La mayor congregación de personas, un año más, se ha producido en la madrileña Puerta del Sol, donde se han reunido unas 20.000 personas. El acceso a la plaza ha estado restringido por seguridad.
Como en los últimos años, las medidas de seguridad también se han extremado en grandes ciudades como París, Bruselas, Londres y Berlín.
Nueva Zelanda y otros países de Oceanía como Australia, Samoa, Kiribati y Tonga han sido los primeros en estrenar el nuevo calendario.
Nuestras antípodas han celebrado el cambio de fecha con unos espectaculares fuegos artificiales que se reflejan en las aguas del puerto de Auckland (Nueva Zelanda).
También en Sídney, la ciudad más poblada de Australia, llegaron antes a enero de 2018. Millón y medio de personas se han congregado en las orillas de su bahía para admirar los tradicionales fuegos artificales.
Este año se ha incluído un arco iris en el famoso Harbour Bridge para celebrar la legalización, en diciembre, del matrimonio entre personas del mismo sexo, después de una consulta en la que consiguió un elevado apoyo entre los habitantes de la ciudad.
Los países asiáticos han sido los siguientes.
Colorido y luz ha sido la tónica dominante en países como India o Corea del Sur.
La de Año Nuevo es probablemente la fiesta más importante del año en Japón. Hasta 1873 el país estaba siguiendo el calendario chino, pero a partir de esa fecha adoptaron el calendario gregoriano.
Para los japoneses el final del año tiene un fuerte valor simbólico, ya que tradicionalmente se considera cada año como algo en sí mismo, así que con el final de un año, se cierran todo lo relacionado con él y pueden comenzar una "nueva vida".