Bulgaria busca relanzar su imagen y tender puentes entre este y oeste en su primera presidencia de la UE

• Es la primera vez que el país, el más pobre de los 28, asume la presidencia rotatoria
• Sofía quiere aprovechar la ocasión para mejorar su imagen ante sus socios europeos
• Sus prioridades son la economía y reforzar las fronteras comunes ante la inmigración
• Sin embargo, la segunda fase de las negociaciones del Brexit serán el asunto clave

Bulgaria asume su primera presidencia de la Unión Europea

Bulgaria, el país más pobre de la Unión Europea, asume este lunes la presidencia del club comunitario con la pretensión de reforzar su imagen y de tender puentes entre este y oeste, especialmente en el capítulo de la política migratoria, si bien el semestre estará condicionado por el inicio de las conversaciones en torno a la segunda fase de la negociación del Brexit, que determinará la relación futura con Reino Unido.

Es la primera vez que Bulgaria, que ingresó en la Unión Europea en 2007, asume la presidencia rotatoria de los 28, una oportunidad que el Gobierno de Sofía quiere aprovechar para impulsar la imagen exterior del país, que ha recibido frecuentes críticas por la corrupción endémica de su sistema político y la implantación de grupos criminales en su territorio.

Una presidencia exitosa permitiría mostrar al resto de socios los progresos alcanzados y avanzar en la incorporación de Bulgaria al espacio Schengen -que ha sido aprobada en el Parlamento Europeo, pero sigue bloqueada por países como Alemania, Finlandia y Holanda- y, a largo plazo, a la zona euro.

Ese es el gran objetivo, en última instancia, para un país de 7,1 millones de habitantes con la menor renta per cápita de la UE: 6.000 euros en 2016 -frente a los 23.800 de España-, lo que en paridad de poder adquisitivo representa el 49 % de la renta media de los 28, según Eurostat. No es casualidad que "el crecimiento económico y la cohesión social" sea la primera prioridad de las cuatro que se ha marcado Sofía para su presidencia.

Los "caza-inmigrantes" búlgaros, de héroes a nuevo problema para el Gobierno

Voluntad conciliadora

En cualquier caso, el semestre se plantea como un escaparate en el que el Ejecutivo de centro derecha que encabeza Boiko Borisov -reelegido en mayo para un tercer mandato- exhibirá como principal baza la voluntad conciliadora que Sofía ha mostrado en asuntos como la crisis de los refugiados.

De hecho, aunque la escena política nacional refleja el rechazo popular a la llegada de inmigrantes y el propio Borisov gobierna en coalición con los ultranacionalistas de Patriotas Unidos, Bulgaria no se ha opuesto a las cuotas de acogida de refugiados que propugna Bruselas, como si han hecho los miembros del cuotas de acogida de refugiados que propugna Bruselasgrupo de Visegrado (Polonia, Chequia, Hungría y Eslovaquia).

"Bulgaria es uno de los pocos países excomunistas , en el seno de la Unión Europea, que aprecia en lo que valen los fondos europeos, que han supuesto el 66 % de su crecimiento desde 2007. No da problemas, ni siquiera en la política migratoria", explica un diplomático europeo que trabaja en Sofía a la agencia AFP.

“El lema de la presidencia búlgara es 'La unión hace la fuerza'“

"El lema de la presidencia búlgara es 'La unión hace la fuerza'", subraya, a su vez, la ministra búlgara de Asuntos Exteriores, Ekaterina Zaharieva, que pone el acento en la cuestión migratoria y apela a "hacer prueba de solidaridad en la protección de las fronteras exteriores en lugar de levantar vallas en el interior".

Moneda conmemorativa de la presidencia búlgara de la Unión Europea. AFP

Desbloquear el nuevo mecanismo de asilo

Bulgaria, de hecho, ha erigido su propia valla defensiva contra la inmigración en la frontera con Turquía y Borisov pretende aprovechar la presidencia europea para reforzar las relaciones de Bruselas con Ankara, algo tensas en los últimos tiempos.

El objetivo, en este sentido, es mantener a toda costa el acuerdo migratorio que frena a los migrantes de Oriente Medio en territorio turco, evitando que lleguen a países como Grecia o la propia Bulgaria, a cambio de ayudas económicas.

Además, la tercera prioridad de la presidencia, enfocada a la seguridad y la estabilidad de Europa, gira en torno a la inmigración y busca un "consenso" en torno la política migratoria; en concreto, según el programa publicado por Sofía, aboga por "trabajar por una solución duradera y justa en torno a la política de asilo".

La intención es conseguir desbloquear antes de junio la reforma del denominado "reglamento de Dublín", que obliga a tramitar la petición de asilo en el primer país de la Unión Europea que pisen los migrantes, lo que coloca gran parte de la carga en los territorios de entrada, como es Bulgaria.

El negociador principal de la UE para el Brexit, Michel Barnier, ofrece una rueda de prensa junto al primer ministro búlgaro, Boiko Borisov. AFP

El Brexit, asunto clave

Más allá de la cuestión migratoria y del crecimiento económico, Sofía se marca otras dos prioridades para su presidencia: impulsar la integración de los Balcanes -está previsto celebrar una cumbre en mayo entre los 28 y los países balcánicos- y relanzar la economía digital, un objetivo que hace de eje con las presidencias de Estonia, que acaba ahora, y Austria, que empezará en julio.

Sin embargo, todas estas cuestiones quedarán seguramente ensombrecidas por el asunto fundamental que atravesará la política comunitaria a lo largo del próximo semestre: la apertura de la segunda fase de las negociaciones para la salida de Reino Unido de la Unión Europea, que deben perfilar la futura relación de los 27 con Londres.

El Brexit, para Bulgaria y el resto de países del Este, tiene una derivada preocupante en forma de probable reducción del presupuesto europeo a partir de 2020, lo que puede afectar a los fondos de cohesión, por lo que Sofía podría intentar inclinar el debate hacia un alivio de esa posibilidad.

“La agenda estará cargada, es el último año completo de mandato de la Comisión“

El representante de la Unión Europea en Bulgaria, Ognian Zlatev, confirma que, en cualquier caso, será un semestre con numerosos asuntos pendientes sobrevolando las reuniones: "La agenda estará cargada, puesto que es el último año completo de mandato de la Comisión Europea", subraya, en alusión a la celebración de elecciones europeas en la primavera de 2019.