Cuando la 'Liga de la Justicia' era tan divertida como 'Friends'
- Se reedita la mítica etapa de Giffen, DeMatteis y McGuire que apostó por el humor
- Los protagonistas pasaban más tiempo discutiendo entre ellos que salvando el mundo
A raíz de la trilogía del Caballero Oscuro de Nolan, de El Hombre de Acero (2013) y, sobre todo, de Batman vs. Superman: El amanecer de la Justicia (2016), muchos han sido los fans que se han quejado de la falta de humor en el Universo cinematográfico y los cómics de DC, sobre todo si los comparamos con las más exitosas películas de Marvel-Disney. Algo que se ha intentado solventar en la reciente película de La Liga de la Justicia.
Pero hubo un tienpo en que esto no era así, en que La Liga de la Justicia era el más divertido de todos los cómics de sueperhéroes. Nos referimos a la mítica etapa de Keith Giffen, J.M. DeMatteis y Kevin Maguire, que era una comedia de situación tan divertida como la serie Friends. Una fabulosa etapa que, desgraciadamente, no se ha vuelto a repetir y que ahora empieza a reeditar ecc ediciones dentro de su colección Grandes Autores de la Liga de la Justicia.
Y además lo hicieron con un reparto de personajes secundarios a los que nadie quería, a excepción del imprescindible Batman, que con su famoso mal genio ponía el contrapunto necesario a esta panda de novatos que pasaban más tiempo peleándose entre ellos que salvando al mundo.
¿Puede haber Liga de la Justicia sin Superman y Wonder Woman?
Todo comenzó a raíz de las famosas Crisis en tierras infinitas (1985) con las que Marv Wolfman y George Pérez simplificaron y actualizaron el Universo DC, que se reinició con grandes autores retomando a los superhéroes casi desde cero, como John Byrne en Superman, George Pérez en Wonder Woman o Mike Baron en Flash. Estaban teniendo un gran éxito y no querían que nadie desvirtuase a los personajes que estaban reconstruyendo con tanto cariño.
El problema es que el único personaje importante que se podía usar para una nueva Liga de la Justicia era Batman, lo que parecía imposible el retorno de la colección. Salvo para Keith Giffen, un guionista y dibujante famoso por sus largas etapas en La Legión de Superhéroes.
Aprovechando un crossover de los superhéroes de la editorial (Legends) se presentó la nueva agrupación de la Liga de la Justicia formada por el mencionado Batman y un montón de secundarios más o menos conocidos como Blue Beetle, el Detective Marciano, Guy Gardner, Canario Negro, Mr. Milagro, el Dr. Destino, Booster Gold, la Dra. Luz y Shazam.
Y un mes después debutó la nueva colección: La Liga de la Justicia, en la que enseguirda nos dimos cuenta de que esta nueva Liga era como un colegio en el que Batman era el director y el único que podía controlar a su banda de críos superpoderosos. Y de que el humor iba a ser una constante en la colección.
Un club de superhéroes
En la introducción del cómic, el guionista Andy Helffer, comenta cómo se les ocurrió que la única forma de que ese grupo funcionase era darle un toque distinto: "¿Y si no creábamos una historia per se, sino que nos centrábamos en el entorno de los personajes?... En vez de inventar un peligro que amenazaba al mundo en el primer episodio, ¿por qué no nos centrábamos en la simple interacción entre los superhéroes?"
Una idea tan sencilla como eficaz que sorprendió en su momento porque crearon esta Liga de la Justicia como un club de superhéroes en el que se podían quitar la máscara y soltarse el pelo. E incluso, como luego veríamos, comportarse como niños. Su portada, con los protagonistas mirando a cámara, se convirtió en un clásico instantáneo.
Otro de los cambios fundamentales de esta etapa es que, a partir del número 7, dejó de ser la Liga de la Justicia para convertirse en La Liga de la Justicia Internacional, porque sus creadores decidieron que en vez de proteger únicamente a Estados Unidos, también protegiesen al resto del mundo, lo que ofreció la posibilidad de incorporar a nuevos personajes tan interesantes como Rocket Red, un superhéroe ruso. Lo que aumentó los problemas de convivencia en la Liga.
Y, finalmente, incluso hubo una segunda serie del grupo, La Liga de la Justicia de Europa, que mantuvo el tono de humor.
Quiero ser jefe en lugar del jefe
Ya en la primera página del primer número encontramos a Guy Gardner conspirando para ser el jefe del grupo. Gardner era un miembro muy secundario de los Linternas Verdes, que se iba a convertir en el protagonista de esta colección gracias a su rivalidad con Batman y a que "quería ser jefe en lugar del jefe".
El Batman de esta serie es más oscuro que nunca, tanto que es casi una parodia del de la época, surgido de El retorno del Caballero Oscuro de Frank Miller. Un tipo perfecto, pero tan siniestro que da miedo a sus compañeros, que le obedecen sin rechistar... hasta que Guy Gardner se enfrenta contra él por el liderazgo del grupo. Un breve enfrentamiento que termina con una de las escenas más divertidas que jamás hemos visto en el cómic.
Gardner era un personaje tan cafre, tan patético y tan bestia (aunque en el fondo tuviera un corazón de oro) que era imposible no enamorarse de él. Incluso Hielo, una joven superheroina que aparecía como la más dulce del grupo, protagonizó un romance con el que era tan imposible como divertido.
Pero Gardner no fue el único personaje inolvidable de esta etapa, destacamos a Shazam, que tenía la personalidad y los ideales de un niño y, sobre todo, a Boster Gold y Blue Beetle, que protagonizarían una de las amistades más inolvidables de la historia del cómic.
Pero... ¿Cómo llegó a reunirse un grupo tan improbable? La respuesta la tenía Maxwell Lord, el auténtico corazón de esta Liga de la Justicia. Un empresario que consiguió que los héroes se reuniesen, aunque nadíe del grupo sabía exactamente cómo lo había logrado ni cuáles eran sus verdaderas intenciones. Un manipulador nato que acabaría convirtiéndose en el gran protagonista de la colección.
Un equipo creativo de lujo
Keith Giffen demostró su humildad al recurrir a otro gran guionista para que lo ayudase con los diálogos, J.M. DeMatteis, que ha demostrado su buen hacer con casi todos los personajes de Marvel y DC Comics. Sus divertidos y realistas diálogos contribuyeron a afianzar el tono divertido de la serie.
Fundamental fue también el descubrimiento de un nuevo dibujante que supo plasmar ese humor gráficamente, a la vez que estaba muy dotado para las grandes escenas de acción típicas de los cómics de superhéroes. Aunque donde más destacó fue en la forma de plasmar las emociones y la comedia en los rostros de los protagonistas.
Aunque nadie daba un duro por este nuevo enfoque humorístico de La Liga de la Justicia, lo cierto es que enseguida se convirtió en una de las colecciones imprescindibles de los 80 durante los cinco años (1987-1992) que sus principales responsables estuvieron al frente. Y dió lugar a la mencionada Liga de la Justicia de Europa que era tan divertida como la original.
Desde entonces ha habido algunos intentos para resucitar este estilo de cómics en DC, algunos incluso de sus propios autores, pero la seriedad y la oscuridad siguen reinando en este Universo. Por eso os recomendamos que disfrutéis de este cómic, uno de los más divertidos de toda la historia de los superhéroes.
Y con el mejor Green Lantern de la historia, el maravilloso Guy Gardner, al que echamos de menos.