Irán detiene a mil personas por las protestas antigubernamentales y amenaza con condenas a muerte
- Sólo en Teherán han sido detenidas unas 450 personas
- Los arrestados podrían ser castigados con la pena de muerte
- La Unión Europea y Estados Unidos condenan la actitud de las autoridades iraníes
Al menos mil personas han sido detenidas en diferentes ciudades de Irán desde que el jueves pasado comenzaron las protestas por las políticas económicas del Gobierno, según autoridades y responsables de los cuerpos de seguridad.
En Teherán han sido detenidos unos 450 manifestantes, según el vicegobernador provincial, Ali Asgar Naserbajt.
Por su parte, el vicefiscal de la ciudad de Mashad (noreste de Irán), Hasan Heidarí, ha indicado que en esa localidad se han practicado 138 arrestos, mientras que el comandante de los Guardianes de la Revolución de la provincia suroriental de Kerman, Golam Alí Abuhamze, ha detallado que en la población del mismo nombre hay más de 80 detenidos.
También en Hamedan (oeste de Irán) los arrestados superan los 150, según su gobernador, Alí Toalí. Asimismo, se han llevado a cabo unas 100 detenciones en la ciudad de Arak, en la provincia occidental de Markazi, ha puntualizado su gobernador, Alí Aqazade.
El vicegobernador de la provincia de Azerbaiyán Occidental, Alireza Radfar, ha comunicado el arresto de diez personas en la ciudad de Orumie, al tiempo que el comandante de la policía de Azad Shahr, Mohamadreza Aslaní, ha confirmado cuatro detenciones en esa localidad septentrional iraní.
A todas esas cifras hay que sumar los detenidos en numerosas poblaciones del país en las que sus responsables se han limitado hablar de "grupos" de detenidos.
Delitos condenados con la pena de muerte
Los detenidos podrían ser acusados de delitos castigados con la pena de muerte, según el presidente del Tribunal Revolucionario de Teherán, Musa Ghazanfarabadí. "Nosotros ya no los consideramos manifestantes por sus derechos, sino que quieren perjudicar al régimen", ha advertido a la agencia iraní de noticias Tasnim.
Entre esos delitos están los de "atentar contra la seguridad nacional" y la "enemistad con Dios", ambos penados con la condena a muerte, ha aclarado Ghazanfarabadí. "Los que han estado presentes al frente de los disturbios serán acusados, entre otros delitos, de 'enemistad con Dios', ya que están relacionados con los servicios de inteligencia extranjeros y aplican sus programas", ha concluido.
Estas protestas son las más intensas desde 2009, cuando se produjeron disturbios tras la reelección como presidente del ultraconservador Ahmadinejad.
Las revueltas empezaron el jueves en la ciudad de Mashhad para protestar contra la política económica del Gobierno iraní del moderado Hassan Rohaní, pero se extendieron rápidamente por todo el país a pesar de que el régimen restringió el acceso a las redes sociales utilizadas por los manifestantes para organizarse.
EE.UU. y la Unión Europea condenan la actitud del Gobierno iraní
Estados Unidos y la Unión Europea han expresado su desacuerdo por la respuesta de las autoridades iraníes a las protestas. Francia ha anunciado que el ministro de Exteriores ha pospuesto su viaje previsto a Teherán después de hablar por teléfono con el presidente Rohaní y trasladarle que "las libertades fundamentales deben ser respetadas". Además, la alta representante para Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, ha lamentado la "pérdida inaceptable de vidas humanas" y ha llamado a "todas las partes" a abstenerse de "toda violencia".
Por su parte, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, ha señalado que "las libertades que están consagradas en la Carta de Naciones Unidas están bajo ataque en Irán" y ha anunciado que están buscando una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU. Según Haley, también quieren que se produzca una reunión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
La diplomática estadounidense ha calificado las protestas en Irán de "completamente espontáneas" y ha asegurado que la comunidad internacional "tiene un papel que desempeñar en este tema". "La ONU tiene que expresarse [...] No debeemos quedar en silencio", ha dicho.