Galliano se estrena con una colección de hombre para Margiela
- El modisto, como en los 60, juega con los materiales y la estética futurista.
- Watanabe se enfoca al cliente urbano y Yamamoto revisa la cultura japonesa
- Louis Vuitton cuenta con Naomi Campbell y Kate Moss en el desfile
- Dries Van Noten reinterpreta con elegancia la estética cowboy
La casa Margiela escribe otra página en su historia. De nuevo en París, y de nuevo con Galliano pero con el modisto ahora al frente de la división masculina. El último desfile de hombre de Maison Margiela se celebró en junio de 2016 y por eso la expectación era máxima.
El modisto, como nos tiene acostumbrados, ha dado otra lección de moda, respetando ese singular adn de la casa e introduciendo su particular estilo para lograr prendas únicas con patrones que van desde la deconstrucción a la destrucción para llegar, paradojas de la moda, a la confección, a la construcción.
Cierto aire experimental recorre la propuesta que guarda ciertos vínculos con la década de los sesenta del siglo XX, años de innovación estética y textil. Fue la década de la moda futurista y de la irrupción de nuevos tejidos, sobre todo los plásticos y el metal. Todos estos códigos parecen haber inspirado la propuesta invernal que ha hecho Galliano y que se notan sobre todo en las prendas de abrigo, piezas que juegan con los volúmenes que provoca el tejido acolchado – el tejido estrella- y que se valen del color para remarcar su esencia.
Martin Margiela, que fundó la marca en 1989, fue un rebelde que reinventó la prenda deconstruyendo los patrones, siempre guiado por un instinto inconformista con el que desafió al sistema introduciendo nuevos conceptos ligados al arte y al pensamiento. La presencia de Galliano en la casa aporta además un grado de genialidad, aunque a primera vista se nos muestre más tranquilo y relajado. Pero hay que mirar bien y fijarse también en las cremalleras, en los ojales, en las costuras... ahí sigue latente esa loca aguja tan influyente para los diseñadores que ahora están de moda.
En todas las pasarelas hemos visto un infinito abanico de abrigos de estilo batín pero Galliano sorprende y los hace en punto grueso con ochos y elige un osado tono naranja. Las chaquetas y pantalones se decoran con raya diplomática o se tiñen en un alegre azul eléctrico, siempre con un patrón generoso, amplio, que deforma la silueta. A la vez, vemos un abrigo de línea sencilla en tono gris que pasaría desapercibido si no fuera por los complementos (cinturón y bolso acolchado) en blanco radiante.
De nuevo hay que hablar de lo mucho que influyen los nuevos hábitos del nuevo hombre en las nuevas ciudades. Todo se reinventa y todo tiene su repercusión en la moda. Las nuevas profesiones invitan a tener un armario más urbano y el furor por la bici –enmarcado en la preocupación por el medio ambiente y la sostenibilidad- marcan la colección de Junya Watanabe que propone prendas muy fáciles de llevar a las que aplica parches reflectantes, imprescindibles para los que se desplazan sobre dos ruedas.
Trencas, cazadoras, impermebles, anoraks y jerséis conforman una propuesta pensada para el invierno, cosa que no siempre ocurrre con las colecciones invernales, y se dirigen a un hombre ajeno a las tendencias efímeras, que compra, con gusto, para tener un sólido fondo de armario. El pantalón vaquero atraviesa sus horas más bajas pero tímidamente está volviendo a las pasarelas y ahora Watanabe lo propone en tono oscuro y completamente nuevo, sin rotos ni parches, algo que, por suerte, pertenece al pasado.
Dries Van Noten es uno de los mejores creadores de moda masculina y tiene muy buen gusto. Sus colecciones siempre tienen un atractivo plus porque su talento excede los límites de la costura adentrándose en distintas expresiones del arte para provocar atractivas sensaciones.
Este genio ahora pega un salto enorme y conforma su colección en torno a la figura del cowboy que todos conocemos a través de las películas de Hollywood, desde los títulos más clásicos del Far West hasta las últimas producciones, con menos estereotipos estéticos.
Sus camisas llevan canesú, bordados y flecos pero el belga reinterpreta todos estos códigos adaptándolos a su estilo, siempre elegante y moderno. Sus vaqueros son dandis de ciudad que cambian el caballo por la bici o la moto, por eso algunas prendas tienen un carácter deportivo. Entre ellas destacan las prendas de abrigo. Unas van hechas con tela de paracaídas y otras, más ligeras, como los cortavientos y gabardinas, llevan llamativos estampados abstractos hechos con manchas de tinta líquida en un potente estilo sicodélico.
Yohji Yamamoto vuelve la mirada al este, al lugar donde nace el sol, y revisa prendas ligadas a la cultura japonesa, piezas con mucha historia que la casa ahora actualiza con un toque urbano. La deconstrucción de los patrones se impone en una colección que juega con las superposiciones dejando que cada prenda tenga su espacio y su protagonismo.
Rojos y negros invaden la propuesta, y también los juegos de contraste entre blanco y negro. Los estampados, que aumentan el valor creativo de las prendas, entroncan con la cultura nipona y se convierten en un imán para las miradas. Llaman la atención los abrigos con un estilo ‘inacabado’ y también otros que llevan caras pintadas a mano y pelo hecho con flecos, un detalle muy ‘arty’.
Las variaciones del patrón reinventan las siluetas, provocando una plural marea de estilos, y destacan las prendas que llevan dos patrones en una misma pieza. Por ejemplo, las que se forman con la mitad de un abrigo y la mitad de una chaqueta. El punto, grueso y potente, se presenta con ese estilo ‘a medio hacer’, resaltando la bella imperfección que solo produce lo hecho a mano, lo artesanal.
Naomi Campell y Kate Moss acompañaron a Kim Jones en su último desfile al frente de la línea masculina de Louis Vuitton. David y Victoria Beckham compartieron primera fila con Neymar. Algo intencionado ya que la propuesta parece enfocada a deportistas de élite que consumen un lujo evidente, amantes de las marcas y el logo, de lo caro.
Destacan las prendas en piel con estampados delicados pintados a mano, el uso de los tejidos técnicos y los acabados metalizados, especialmente en plata. París es el epicentro de la moda masculina hasta el 21 de enero y después dará paso a los desfiles de alta costura que se celebran entre el 22 y el 25 de enero.