"Lula presidente" versus "A la cárcel", reflejo de un Brasil dividido
- El caso de Lula da Silva evidencia la fractura política y social que vive el país
- Simpatizantes y detractores del expresidente se manifestaron tras su condena
- Porto Alegre amaneció blindada para evitar incidentes entre ambas posturas
Las proclamas "Lula presidente" y "A la cárcel" se multiplicaron este miércoles en las marchas a favor y en contra del expresidente, Luiz Ignacio Lula da Silva, en un reflejo de la fractura política y social que vive el país.
Un tribunal de segunda instancia de Porto Alegre aumentó de nueve años y medio a doce la condena contra Lula por corrupción y lavado de dinero.
El expresidente está acusado de recibir un apartamento de lujo en la costa de Sao Paulo de la constructora OAS a cambio de beneficiar a la compañía con contratos de la petrolera pública Petrobras durante su gestión (2003-2010).
La decisión aleja a Lula de la ansiada candidatura para las elecciones presidenciales de octubre, aunque el líder del Partido de los Trabajadores puede apelar al Tribunal Electoral, que tendría la última palabra.
Porto Alegre amaneció blindada por tierra, mar y aire, para evitar incidentes entre los miles de seguidores del Partido de los Trabajadores que acamparon anoche en la ciudad y los detractores del expresidente.
Máximo apoyo al expresidente brasileño
A las consignas "Lula presidente" y "Elección sin Lula es fraude" se oponían gigantescas pancartas pidiendo cárcel para el exmandatario y muñecos gigantes que representaban al líder del PT entre rejas.
Hasta allí llegaron muchos simpatizantes de izquierdas procedentes del nordeste, la cuna de Lula, como Juliano Simonard, de 18 años, que viajó durante más de 60 horas en autobús.
"Atravesamos Brasil entero porque es primordial la defensa de Lula en la cuestión de la lucha contra el golpe que la burguesía imperialista financió y ahora quieren detener a nuestro principal dirigente", presumía.
Su pasión por Lula es tal que no le da importancia a sus cuentas pendientes con la Justicia: "Eso hace parte de la campaña gigantesca contra la izquierda", afirmaba.
También Valdir Santos, de 40 años, viajó durante tres días para acompañar al "mejor presidente de Brasil", el hombre que "transformó la vida de la familia y dio calidad de vida al pobre".
Lula: "El día que muera voy a parar de luchar"
Lula siguió la sesión a través de televisión en la sede del sindicato metalúrgico de San Bernado do Campo, en los alrededores de Sao Paulo, donde se forjó como sindicalista y participó en la fundación del PT.
"Sólo el día en el que muera voy a parar de luchar", clamó el líder más popular de Brasil ante cientos de simpatizantes que le apoyaron con gritos de "Lula presidente".
"Parece que es el destino. Fue preso aquí y ahora está asistiendo al golpe a la democracia", comentaba uno de los sindicalistas.
"Conseguí estudiar derecho y hoy soy abogado gracias a las políticas públicas de Lula y no podemos dejar de lado a una persona que tanto nos ayudó y que ahora necesita nuestra ayuda", clamaba Epaminondas Gomes.
Tras conocer la sentencia, miles de simpatizantes del expresidente reunidos en una plaza de Sao Paulo no pudieron ocultar sus caras largas y su indignación. "Brasil nunca más va a tener una democracia. Están desmantelando la credibilidad del estado. Es golpe", denunciaba uno de los admiradores de Lula.
Sus detractores le atacan, pero la MTST le respalda
Entre sus detractores, sin embargo, ambiente de fiesta y pancartas con dibujos de Lula vestido de presidiario, en una céntrica avenida de Sao Paulo.
"Lula es la mayor decepción que tuvo Brasil. Un hombre que nació pobre, ascendió en la vida y llegó al mayor cargo, podría haber hecho un servicio enorme al país, pero fue el presidente más corrupto", opinaba uno de los manifestantes.
Sin resignarse, simpatizantes del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST), el colectivo social más combativo del país, amenazaban con bloquear los accesos a la ciudad en respaldo al expresidente. "Es el principio. No vamos a parar", advertía a Efe uno de sus dirigentes.