Roberto Verino rinde homenaje a César Manrique
- La obra y la vida del artista son el punto de partida de la colección
- Los tonos de la isla de Lanzarote marcan la paleta cromática
- Verino estampa y borda un pez cedido por la Fundación César Manrique
Roberto Verino insiste en los desfiles mixtos y en la filosfofía see now, buy now (lo veo ahora, lo compro ahora) y lo hace en Ifema, lugar del que tuvo que salir en septiembre de 2016 porque no podía sumarse a esta tendencia que arrasaba en medio planeta. “Al final prima el sentido común”, dice. “Ahora estamos mostrando la colección del próximo invierno a los compradores de Corea, Hong Kong y México y en la pasarela presento lo que tendré en tienda en esta primavera para que el consumidor no tenga que esperar seis meses. ¡Como en la alta costura”, añade.
La colección se inspira en César Manrique, en vida y en su obra, en un momento oportuno porque en 2017 se cumplieron 25 años de su muerte y en 2019 se celebrará el centenario de su nacimiento. “Tuvo tesón y logró hacer de su isla un sueño, y es lo que tenemos que hacer nosotros, que la gente pueda soñar”. Por eso ha decorado su pasarela como si fuera una postal de Lanzarote y sobre ella ha presentado su propuesta, que se ha contagiado de la calma de la isla, tanto en la formas como en los colores.
Esa tranquilidad se nota en una paleta cromática en la que vemos el blanco de las casas, los tonos de la tierra, el verde de los cactus, el gris del atardecer, el amarillo iridiscente de las salinas, el azul de agua y el negro del volcán.
Con estos tonos tinta prendas cómodas en algodones pero también otras más festivas que se adueñan de los reflejos del mar gracias a los bordados de lentejuelas y los peces, motivo que le ha prestado la Fundación César Mánrique y que ha estampado en blusones y vestidos pero también “hemos bordado en distintas prendas de forma artesanal, como la alta costura”, remata.
Su armario se llena de ligeros vestidos de algodón, muy cómodos, pero también de gráciles sastres de falda lápiz o pantalón capri que, en algunos casos, hacen un guiño a la artesanía canaria, a las tradiciones.
En contraste vemos brocados de hilo metalizado y prendas en napa, un poco más sofisticadas, aunque rebajando la intensidad gracias a la ligereza del color. Para los chicos vemos prendas igual de cómodas y muy versátiles, que funcionan a distintas horas del día y en distintas ocasiones. Algo intencionado. “Las dos líneas, la de mujer y hombre, tienen ese poder, funcionan en el asfalto pero también en la playa”, asegura.
Verino lamenta la ausencia de Montesinos y Torretta y dice que respeta las decisiones que toma cada uno. Es lo que siempre ha esperado que hiciera con él, aunque haya tenido que pasar el tiempo, ese que le ha dado, de nuevo, la razón.