La familia, la gran protagonista en los documentales nominados

• Raras o poco convencionales como en Saura(s) y Muchos hijos, un mono y un castillo
• Dancing Beethoveen recrea la larga familia que uno crea en procesos de trabajo
• La Academia debería ampliar el número de nominados de la categoría

Este año el retrato de la familia en su amplia expresión está más presente que nunca en la categoría documental. Familias raras o poco convencionales como las que se retratan en Saura(s) o en Muchos hijos, un mono y un castillo, a la familia que uno crea en procesos de trabajo largos como los de Dancing Beethoveen e incluso en la natural vida del oso reflejada en Cantábrico

Esta categoría parece que sigue despreciada por la Academia que no acaba de entender la necesidad de ampliar a cinco el número de nominados. La variedad formal y de contenidos del documental amén de la extensa producción del mismo en España, hacen necesaria esta apertura.

Cantábrico

El oso pardo es el protagonista principal de esta cinta documental. Nos adentramos en territorio cantábrico (rodada en Cantabria, Asturias y Castilla y León y otras comunidades del norte de España) para conocer sus costumbres y sus hábitos. Un documental que hace de la imagen su punto fuerte, donde se han usado técnicas de ultra alta definición. El cineasta español Joaquín Gutiérrez Acha, que ya estuvo nominado por el su anterior documental Guadalquivir, retrata con acierto la flora y fauna de la zona que un trabajo de gran complejidad que abarca un año completo y que tiene a las estaciones como protagonistas. Al igual que ocurría con Guadalquivir (2013), la voz en off usada pasa por momentos descriptivos y otros más literarios que deslucen la narrativa por la intensa presencia de la misma. Con todo sería merecido que su pasión por retratar el mundo natural español fuese recompensada al fin con un Goya.

Dancing Beethoveen

¿Qué hay detrás de un gran espectáculo de danza? Con esta pregunta la directora Arantxa Aguirre nos invita a un viaje donde contemplamos el proceso de recuperación de una obra icónica del Ballet del Siglo XX de Maurice Béjart. Dos compañías de ballet, el Béjart Ballet Lausanne y el Ballet de Tokio, se reúnen para dar movimiento a la Novena Sinfonía de Beethoven. Este documental muestra el trabajo de decenas de artistas de diversos países que trabajan codo con codo en la construcción de esta obra. La autora ha querido transmitir no solo el proceso sino la fuerza de la obra de Béjart y su significado. Lo mejor del documental es su belleza plástica, y en especial algunos planos cenitales. Al igual que Cantábrico, la autora ha usado las estaciones del año para armar el documental aquí siguiendo los cuatro movimientos de la obra.

Saura(s)

A todos los que más o menos les guste el cine español se habrán cruzado con alguna de las películas de Carlos Saura. Una figura fundamental del cine español sobre la que sin embargo no conocemos demasiado fuera del ámbito filmico. Ese vacío, lo intenta rellenar el cineasta Felix Viscarret en su documental Saura(s). Lejos de hacer un repaso al uso de su filmografía, conocemos gracias a los otros Saura, sus 7 hijos, la figura un padre cariñoso pero distante y centrado siempre en su proceso creativo. Así descubrimos a un Saura gruñón, molesto, con pocas ganas de que se sepa de él y a la vez, dispuesto a mantener con sus hijos conversaciones que están dentro de su ámbito más privado. Posiblemente esa reticencia a que se sepa de él, obligo al propio realizador Felix Viscarret ha convertirse en un personaje más que trata de arrancar a Saura alguna información valiosa sobre la que construir el relato. Visualmente impecable y de estética perfecta para un programa de entrevistas, quizá adolezca de una necesaria mayor profundidad. Personalmente hay momentos como en el caso de su relación con ex mujer Geraldine Chaplin uno quiere saber más y en ese sentido defrauda.

Muchos hijos, un mono y un castillo

Posiblemente Julita, la madre del realizador Gustavo Salmerón y protagonista del documental sea la gran madre del año. Pocas veces un personaje provoca tanta simpatía como incredulidad ante una historia familiar tan poco convencional. Rodada durante 14 años con material doméstico, Gustavo nos habla del auge y decadencia de su propia familia en un viaje vital donde el espectador se emociona y se divierte a partes iguales.

En algunos momentos Muchos hijos, un mono y un castillo resulta tramposa, ya que pasa de puntillas por algunos de los temas controvertidos, como el origen de la fortuna familiar o la filiación política de la madre, pero como retrato familiar resulta quizá uno de los mejores documentales españoles nunca antes hecho. Es el gran favortio para ganar el Goya en esta categoría.