Trump: "Nunca ha habido un mejor momento para vivir el sueño americano"
- El presidente ofrece un discurso patriótico, unificador y "con EE.UU. primero"
- Anuncia que ha firmado una ley para reevaluar el cierre de la prisión de Guantánamo
- Desglosa su reforma migratoria contra delincuentes "para poner a EE.UU. primero"
- Recuperará el arsenal nuclear ante la amenaza norcoreana y fortalecerá el Ejército
- Fija reducir el precio de los medicamentos como su objetivo principal en 2018
"El estado de nuestra unión es fuerte porque nuestros ciudadanos son fuertes". Con estas patrióticas palabras, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha pronunciado este martes su primer discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso. Apenas un año después de jurar el cargo como 45º presidente de EE.UU., Trump ha proyectado una imagen unificadora del país, al pedir a los estadounidenses convivir "como una familia y un solo equipo" y apelar a los veteranos soldados retirados, la bandera y la "mano en el corazón" ante el himno estadounidense.
"Nunca ha habido un mejor momento para empezar a vivir el sueño americano. A todos los que nos están viendo, independientemente de donde han estado o de donde vengan, este es su momento. Si creen en lo que quieren, juntos podemos conseguir cualquier cosa", ha señalado ante el Congreso, en un discurso aplaudido y prendido de una atmósfera de silencio ante la desaprobación de buena parte de la bancada demócrata.
Varias mujeres, en representación del movimiento 'Time's up' (se acabó el tiempo) han acudido vestidas de negro, en un discurso que ha sido seguido de cerca por cerca de una veintena de 'soñadores', a los que el replicante, Joseph Kennedy III ha prometido, en español que su partido "luchará por ellos".
Alabanzas para la economía y el sentimiento nacionalista
La primera evaluación de su política se produce en un año convulso por sus políticas exteriores, especialmente en inmigración, la marcada tensión con Corea del Norte y el fantasma de la investigación sobre la trama rusa, a la que el mandatario ha hecho 'estado de omisión' al no mencionarla.
Como estaba previsto, el presidente ha alardeado del buen estado de la economía estadounidense, ha ensalzado la reducción de la tasa de paro en todos los sectores de la población, "la mayor reducción del desempleo en 45 años" y ha destacado los buenos resultados bursátiles. Sonriente, Trump ha llamado a la "unidad" de Estados Unidos para conseguir la "grandeza del país". Desde que empezó su mandato, ha dicho, apelando una vez más a su lema favorito, que han avanzado "con una visión clara, hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande para todos los estadounidenses".
El presidente, que ha saludado a un Congreso dividido desde su llegada, ha incluso brindado con un vaso antes de empezar a hablar, se ha encontrado con un ambiente sobrio por parte de los demócratas, que ni le aplaudían ni se han levantado de los asientos conforme iba desglosando su programa político. Hay quienes incluso han boicoteado del discurso del presidente y han invitado a inmigrantes 'soñadores' en lugar de asistir ellos mismos.
En sus primeras palabras, ha hecho repaso de los hechos a los que ha hecho frente en su primer año, como el tiroteo de Texas, los incendios de California o los devastadores efectos del huracán Harvey, hechos que el país venció "unido". Con invitados que reflejan su agenda política, el presidente ha repasado los logros del Ejército, se ha reafirmado en su cruzada contra las drogas al invitar a una familia que adoptó a un bebé de una madre adicta a la heroína.
Mantendrá abierta la prisión de Guantánamo
Tras explicar punto por punto su reforma migratoria, el presidente ha anunciado que ha firmado un aorden directa para James Mattis, secretario de Defensa, para que "reexamine nuestra política de atención militar y mantener abierto el centro de detenciones de la bahía de Guántanamo".
"Pido al Congreso que garantice la lucha contra el Estado Islámico y Al Qaeda" y que tengamos "todo el poder necesario" para detener a los terroristas "allá donde los atrapemos, y en muchos casos para ellos ahora será Guantánamo".
El presidente, que se ha vanagloriado por el "éxito" contra la lucha del terrorismo- según ha señalado, el 100% de los combatientes en Irak y Siria han acabado en su mandato-, contradice así uno de los últimos objetivos fijados por Obama en su último discurso sobre el Estado de la Unión, en el que el expresidente prometió trabajar por cerrar la "cara e innecesaria" prisión.
Plan migratorio "para poner a EE.UU. en primer lugar"
El presidente ha presentado el plan para la reforma migratoria que presentó al Congreso la pasada semana, por la que ofrece un plan basado "en cuatro pilares". El primero, conceder la ciudadanía a 1,8 millones de 'soñadores' -los inmigrantes que llegaron de menores a EE.UU. y cuya protección expira en marzo, por orden del presidente-, que cumplan "unos requisitos de educación, trabajo y buen carácter moral"; el segundo, asegurar totalmente la frontera con la construcción de "un gran muro en la frontera sur" y fortalecer los guardias fronterizos para "acabar con las lagunas que explotaban los delincuentes y terroristas para entrar en nuestro país".
Con el tercer punto de su reforma, Trump busca dar fin a "la lotería de visados" y sustituirlo por un programa "basado en méritos, que admita a las personas con aptitudes" y, por último, pretende abolir "la inmigración en cadena", para que los inmigrantes solo puedan traer al país a sus esposos o hijos. "Esta reforma es necesaria no solo para nuestra economía, sino para la seguridad", ha dicho, entre abucheos de la audiencia.
"Es hora de reformar estas reglas migratorias pasadas y hacer de una vez por todas que nuestro sistema migratorio entre en el siglo XXI", ha señalado, mientras buscaba apelar a la unidad del Congreso, que, ha dicho, "puede ser el que cumpla con mi compromiso de firmar una ley que ponga a EE.UU. en primer lugar".
La reforma, que no ha sido bien recibida por el sector demócrata, marcará las negociaciones entre los dos partidos, que tienen hasta el 8 de febrero de plazo para acordarla, o podría volver a producirse el cierre de la administración federal, como ya ocurrió durante tres días a principios de enero.
Recuperar el arsenal nuclear ante la amenaza norcoreana
En política internacional, Trump ha fijado Rusia y China como rivales "que retan nuestra economía, nuestros intereses y nuestros valores", pero sus palabras han estado centradas en la amenaza que representa Corea del Norte, ante la que ha indicado que seguirá ejerciendo una política "de máxima presión" sin "ser complaciente". Una amenaza reconocida por el presidente, que ha anunciado que seguirá desarrollando el arsenal nuclear de Estados Unidos. "Quizá haya algún día en el futuro, un día mágico, en el que los países se unan para acabar con las armas nucleares, pero, desafortunadamente, no hemos llegado", ha indicado.
“Solo tenemos que ver el carácter depravado de Corea para entender la amenaza“
"Solo tenemos que ver el carácter depravado de Corea para entender la amenaza para nuestros estadounidenses", ha aseverado, mientras saludaba a los padres de Otto Warmbier, el estudiante estadounidense que fue condenado a 15 años de trabajos forzosos por el régimen de Pyongyang y que volvió a EE.UU. en muerte cerebral, para poco después morir con grandes signos de tortura".
Todo ello, según Trump, para "restaurar nuestra fortaleza y reputación en el extranjero", para lo que ha pedido al Congreso "acabar con el secuetro de nuestro presupuesto de defensa y financiar al Ejército".
Trump, que en diciembre reconoció a Jerusalén como capital de Israel en una polémica decisión que provocó el rechazo de la comunidad internacional, ha recordado que decenas de países votaron en la ONU "contra el derecho soberano de EE.UU." y ha pedido al Congreso una ley para "ayudar a garantizar que la ayuda exterior de EE.UU. siempre sirva a los intereses" del país y vaya destinada "a los amigos, y no a los enemigos", decisión que ejemplificó con el recorte de ayudas a los palestinos por su "negativa a negociar la paz".
Además, sin mencionar el acuerdo nuclear de Irán explícitamente, el mandatario ha señalado que "está al lado del pueblo de Irán en su valiente lucha por la libertad", en referencia a las manifestaciones el pasado mes de diciembre contra el Gobierno iraní. También ha recordado las "duras sanciones" contra Venezuela y Cuba.
Infraestructuras y medicamentos, objetivos nacionales
En política nacional, Trump se ha fijado como objetivo reducir el precio de los medicamentos, anuncio que ha hecho tras arremeter contra el Obamacare, el "desastroso" programa cuyo "núcleo hemos derogado", según ha asegurado. "Una de mis mayores prioridades es reducir el precio de los medicamentos con receta. En muchos países, cuestan menos de lo que pagamos aquí y es muy injusto. Por eso he ordenado a mi gobierno que arregle la injusticia de estos medicamentos, esta es una de mis principales prioridades para este año. Y los precios van a bajar, mucho, ya lo verán", ha prometido.
Además, el mandatario, tal como había avanzado la Casa Blanca, ha pedido al Congreso que redacte una ley que genere "al menos, 1,5 mil millones de dólares" que, según el mandatario, permitirá "construir nuevas carreteras, brillantes puentes, autopistas y ferrocarriles". El mandatario se fija también como objetivo para este curso político la reforma de las prisiones, con las que pretende fomentar la reinserción de la sociedad.
En cuanto a la crisis de los opiáceos, declarada de emergencia nacional por el presidente, el presidente ha defendido que su reforma migratoria "apoyará nuestra respuesta a la terrible crisis de adicción a las drogas y a los opiáceos", que, según ha dicho, "provoca siete muertes a la hora". "Tenemos que ponernos más duros con los traficantes de drogas. Mi Gobierno se compromete a luchar contra esta epidemia y ayudar a los que lo necesitan. La lucha será larga pero al final tendremos éxito, al final ganaremos, como siempre hacemos los estadounidenses", ha señalado.
Un Kennedy para replicar al presidente
Para dar la réplica a Trump en el debate de este martes, los demócratas han elegido al último representante de la saga política más conocida de Estados Unidos: el senador Joseph Kennedy III, nieto de Robert Kennedy y sobrino-nieto del presidente John Fitzgerald Kennedy, que a sus 37 años ocupa desde 2012 el escaño por Massachusetts que en su día tuvo su padre, Joe Kennedy II.
"Escuchamos las voces de los americanos olvidados. Oimos a un Gobierno que lucha por mantenerse abierto, a nuestro departamento de Justicia desechando derechos civiles cada día". "Patriotismo y supremacía en nuestras calles, balas en nuestras clases". Entre llantos, el replicante ha aseverado "esto no es lo que somos".
"Sería fácil desechar el caos de este año, pero es mucho más grande que esto". La Administración decide quién entra, "están convirtiendo la vida americana en un juego, en el que para que uno gane, otro tiene que ganar". Una Administración, según ha dicho, "en la que podemos cuidar a niños enfermos si sacrificamos a los soñadores".
"A todos los soñadores, dejadme ser claros. Ustedes son parte de nuestra historia, vamos a luchar por ustedes y no nos vamos a alejar", ha dicho, visiblemente emocionado, en castellano. "Mi generación va a derribar el muro", ha amenazado.
Por su parte, Elizabeth Guzman, una de las primeras legisladoras hispanas de Virginia, ha centrado su réplica en la defensa de los derechos de los inmigrantes.