Alemania afronta la mayor oleada de huelgas desde 1984 para desbloquear la mejora de condiciones laborales
- Los sindicatos alemanes reclaman subidas salariales y reducción de jornada
- Alemania disfruta de superávit sostenido que no redunda en la capacidad de consumo
- Los paros afectarán a unas 260 empresas del metal, eléctricas y automóvil, entre otras
- La UE y el FMI han recomendado a Berlín reformas para corregir esta situación
Tras años de beneficios y un superávit sostenido en Alemania y criticado por Bruselas y el AlemaniaFMI los obreros del país reclaman una mejora de sus condiciones laborales, salarios y duración de las jornadas, fundamentalmente. Y lo van a hacer con contundencia, lanzando a partir de este jueves la mayor oleada de huelgas desde 1984. En aquella ocasión convocaron siete semanas de paros para reclamar la reducción de la semana laboral de 40 a 35 horas.
Los paros -de 24 horas- afectarán a unas 260 empresas del sector del metal, eléctrico y automovilístico, según Reuters, entre ellas algunas de las más grandes como ZF Friedrichshafen, Daimler, Porsche y MAN. El instituto DIW de estudios económicos ha cifrado las pérdidas en unos 62 millones de euros.
En la primera jornada de huelgas, convocada este jueves por el sindicato IG Metall, alrededor de 80 plantas de las industrias metalúrgica y eléctrica alemanas, con 68.000 trabajadores, han parado para presionar en la negociación del convenio colectivo, según ha informado el propio sindicato.
Superávit y beneficios sostenidos, sin mejoras laborales
Los paros previstos afectan a unos 500.000 empleados, según Efe, y continuarán hasta el viernes después de que las negociaciones se suspendieran el pasado sábado y a pesar de que la patronal del sector en diversos estados federados haya decidido llevar al sindicato ante los tribunales.
La economía alemana disfruta desde hace años de beneficios y un superávit continuado que, según Bruselas y el FMI, no reinvierte en una mejora de salarios y nivel de vida de la población, algo que de hacerse impulsaría la capacidad de gasto del ciudadano alemán. Esta redistribución redundaría, además de en el bienestar de los trabajadores, en un aumento del consumo y por tanto en el balance económico general.
Este equilibrio no es solo privativo de Alemania, sino que implica también al resto de socios comunitarios, a los que el país germano compra productos y bienes.
Respaldados por el mayor crecimiento registrado en seis años, así como uno de los niveles de desempleo más bajos, IG Metall reclama un aumento salarial del 8% en 27 meses, señala Reuters, y la posibilidad de reducir la semana laboral a 28 horas durante dos años para permitir el cuidado de hijos y familiares ancianos.
La patronal: la huelga es "ilegal e intimidatoria"
La patronal, por su parte, ha ofrecido un incremento salarial del 6,8%, pero rechaza la reducción de la jornada, a menos que puedan compensarla añadiendo horas laborales en casos estipulados de necesidad.
Los empresarios también han reclamado judicialmente una indemnización al sindicato al considerar que no puede convocar una huelga cuando su exigencia de una compensación salarial que posibilite la reducción de jornada de determinados grupos laborales es "ilegal y discriminatoria".
En un comunicado, la patronal en el estado de Baviera mostró su "profunda decepción" por la actitud de los representantes de los trabajadores al romper las negociaciones con exigencias "irrealizables" y advirtió de los daños económicos que causan los paros convocados.
El presidente de IG Metall, Jörg Hofmann, acusó sin embargo a las patronales regionales de "echar leña al fuego" con sus demandas y aseguró que no se dejarán amedrentar. "Nuestra puerta está abierta al diálogo", añadió.
IG Metall ha convocado también paros este viernes en seis plantas de Volkswagen, después de que ayer se suspendieran las negociaciones para renovar un convenio colectivo que afecta a unos 120.000 empleados.