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Algunos planetas de TRAPPIST-1 podrían tener más agua que la Tierra

  • Los planetas que forman este sistema podrían contener agua en abundancia
  • Son mundos templados cuya composición es rocosa, como la Tierra

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Ilustración del aspecto que podría presentar el sistema planetario TRAPPIST-1.
Ilustración del aspecto que podría presentar el sistema planetario TRAPPIST-1.

El sistema planetario TRAPPIST-1 es, según los expertos, el mejor candidato para hallar evidencias de vida fuera del Sistema Solar, de cuyos siete planetas ahora se sabe que son rocosos, que es posible que algunos tengan agua en abundancia y que el más parecido a la Tierra es el cuarto, denominado 1e.

La revista Nature publica esta semana varios estudios sobre lo último que se sabe de TRAPPIST-1, situado a 40 años luz de la Tierra, en la constelación de Acuario y formado por siete planetas, tres de ellos ubicados en zona habitable de su estrella, una enana ultrafría.

Un equipo internacional empezó por estudiar las propiedades de la estrella; después mejoraron las medidas para conocer el radio de los planetas; el tercer estudio ofrece las mejores estimaciones disponibles sobre sus masas y el cuarto se basa en observaciones de reconocimiento de las atmósferas de los planetas.

Planetas templados

Los siete planetas se consideran templados, lo que significa que, bajo ciertas condiciones geológicas y atmosféricas, todos podrían poseer condiciones que permitan que el agua permanezca líquida. El trabajo ahora avanza para precisar cuáles de estos planetas templados tienen más probabilidades de ser habitables.

Aunque los planetas están más cerca de su estrella de lo que Mercurio está del Sol, TRAPPIST-1 es una estrella tan fría que sus planetas son templados, y la lejanía de este sistema de la Tierra es tal que es imposible saber exactamente cómo se ve cada planeta.

Más agua que la Tierra

Los nuevos estudios indican que, "potencialmente", algunos de los planetas "podrían albergar más agua que la Tierra, informa en una nota el Observatorio Europeo Austral (ESO).

La densidad de los planetas, que ahora se conoce con mucha más precisión, sugiere que algunos podrían tener hasta un 5% de su masa en forma de agua, aproximadamente 250 veces más que los océanos de la Tierra, que supone solo el 0,02% de la masa de nuestro planeta.

Los planetas más calientes son propensos a tener densas atmósferas de vapor, y los más distantes probablemente tengan sus superficies heladas.

El profesor Brice-Olivier Demory, de la Universidad de Berna, en Suiza, asegura que si bien las densidades son "pistas importantes" sobre las composiciones de los planetas, "no dicen nada sobre la habitabilidad". "Sin embargo, nuestro estudio es un importante paso adelante a medida que continuamos explorando si estos planetas podrían sustentar vida", añade.

Qué se sabe de los siete planetas de Trappist

TRAPPIST-1b y c, los planetas más interiores, parece tener núcleos rocosos y estar rodeados de atmósferas mucho más gruesas que la de la Tierra, mientras que 1d es el más ligero y los científicos no están seguros de si tiene una gran atmósfera, un océano o una capa de hielo", explica el ESO.

De los siete planetas, TRAPPIST-1e, el cuarto desde la estrella, es, por lo que se conoce hasta ahora, "el más parecido a la Tierra, aunque aún queda mucho por saber de él, en especial las condiciones de su superficie y si tiene atmósfera", según un comunicado de la Universidad británica de Birmingham.

Este es el único planeta con una densidad similar a la Tierra, lo que sugiere que puede tener un denso núcleo de hierro y no necesariamente tiene que tener una atmósfera espesa, un océano o una capa de hielo. Además, en términos de tamaño, densidad y de la cantidad de radiación que recibe de su estrella es el más cercano al nuestro.

1e, uno de los tres situados en la zona de habitabilidad de su estrella, "tiene posibilidades de albergar agua líquida" y su composición es "mucho más rocosa" que la del resto, lo que para los científicos es un "misterio".

TRAPPIST-1f, g y h están lo suficientemente lejos de la estrella anfitriona como para que el agua pueda congelarse y formar hielos sobre sus superficies. Si tienen atmósferas delgadas, sería improbable que contuvieran las moléculas pesadas que encontramos en la Tierra, como el dióxido de carbono.

Incógnitas sobre sus atmósferas

Los planetas que hay alrededor de TRAPPIST-1 fueron detectados por primera vez en 2016 con el Telescopio TRAPPIST-sur, instalado en el Observatorio La Silla, en Chile. Estas nuevas observaciones se han realizado tanto con telescopios en la Tierra, como el Observatorio Paranal de ESO; como desde el Telescopio Espacial Spitzer y el Telescopio Espacial Kepler de la NASA.

Sus cuidadosas mediciones no encontraron evidencia, en cambio, de atmósferas dominadas por hidrógeno en los planetas TRAPPIST-1d, e y f (b y c se realizaron el año pasado) aunque la atmósfera dominada por hidrógeno no puede descartarse en g.

Hasta el momento, los datos recopilados no pueden confirmar si los planetas tienen atmósferas similares a Venus o la Tierra. Esta identificación se llevará a cabo mediante nuevas observaciones.

En el futuro, el sistema TRAPPIST-1 "seguirá siendo un foco de intenso escrutinio por parte de numerosas instalaciones terrestres y espaciales", pues las medidas de densidad, combinadas con los modelos de las composiciones de los planetas, "sugieren firmemente" que sus siete planetas "no son mundos rocosos estériles".

Cálculo de la densidad

Los científicos pueden calcular las densidades de los planetas porque están alineados de tal forma que cuando pasan delante de su estrella, los telescopios de la Tierra y en el espacio detectan un oscurecimiento de su luz, lo cual se llama 'tránsito'.

Para ello, los científicos aprovechan las llamadas "variaciones de tiempo de tránsito". Si no hubiera otras fuerzas gravitatorias en un planeta en tránsito, siempre cruzarían frente a su estrella anfitriona en la misma cantidad de tiempo; por ejemplo, la Tierra orbita el Sol cada 365 días, que es como definimos un año. Pero debido a que los planetas TRAPPIST-1 están tan juntos, cambian el tiempo de los "años" de cada uno muy ligeramente.

Esas variaciones en el tiempo orbital se usan para estimar las masas de los planetas. Luego, se emplean la masa y el radio para calcular la densidad. El siguiente paso para explorar TRAPPIST-1 será el Telescopio Espacial James Webb de la NASA, que podrá profundizar en la cuestión de si estos planetas tienen atmósferas y, de ser así, a qué se parecen esas atmósferas y si permiten condiciones de superficie adecuadas para permitir el agua líquida.