Gaza, al borde de desastre humanitario ante la falta de energía
- Estima que solo queda combustible para garantizar los servicios básicos 10 días
- Tres hospitales y 16 centros médicos han cerrado por la escasez de electricidad
- En 2018 se necesitan 7,7 millones de litros de combustible para evitar el colapso
El riesgo de una "catástrofe humanitaria" en la Franja de Gaza, ha alertado este martes la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Según el organismo, solo queda energía para mantener en funcionamiento los servicios críticos durante diez días.
"La crisis eléctrica lleva a Gaza al borde del desastre", ha asegurado la OCHA en un comunicado, en el que añade que "se necesita desesperadamente financiación para combustible de emergencia".
"Los hospitales ya han empezado a cerrar. Sin fondos, más proveedores de servicios se verán forzados a suspender sus operaciones durante las próximas semanas y la situación se deteriorará drásticamente, con un potencial impacto sobre toda la población. No podemos permitir que esto pase", asegura en la nota el coordinador de OCHA en los territorios ocupados, Roberto Valent.
Según datos de la ONU, que coordina el envío de fuel de emergencia que mantiene en marcha los generadores de reserva y vehículos, los más de dos millones de personas que residen en la Franja, la mitad de ellos mujeres y niños, no reciben más de ocho horas de electricidad al día.
Al menos 19 centros médicos han cerrado por la falta de energía
En las últimas semanas son ya 19 los centros médicos en Gaza que han dejado de ofrecer servicios a sus pacientes por la falta de electricidad, tres de ellos hospitales y el resto pequeñas clínicas y ambulatorios, según datos del Ministerio de Salud.
La OCHA alerta de que los principales servicios médicos en riesgo son las radiografías, resonancias magnéticas, tomografías, unidades de cuidados intensivos, quirófanos en 13 hosptales públicos, 55 depósitos de aguas fecales. 48 plantas desalinizadoras y la capacidad de recolección de basuras.
El organismo calcula que en 2018 se necesitarán 6,5 millones de dólares (en torno a 5,25 millones de euros al cambio) para proporcionar 7,7 millones de litros de combustible de emergencia, la cantidad mínima para evitar el colapso de los servicios.
El movimiento islamista Hamás, que controla la franja desde 2007, culpa de la escasez de energía a la Autoridad Nacional Palestina (APN) con la que está inmersa en un proceso de reconciliación que parece estancado y por el que debería transferir el control del territorio. El Gobierno palestino, por su parte, asegura que el problema se debe a las reticencias de Hamás a entregar el control y a invertir en los servicios públicos los impuestos que aún recauda.
La tensión en la Franja ha aumentado desde diciembre por el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte de Trump, que avivó el conflicto con protestas y nuevos enfrentamientos entre palestinos e israelíes, en las que murieron decenas de personas.