Culpable de asesinato el guardia civil que tiroteó a un marroquí en la A-3
- El veredicto del jurado ha sido unánime y el juez le condena a 21 años de cárcel
- Como atenuante leve, en el momento de los hechos sufría un brote psicótico
El jurado popular encargado de enjuiciar a Ángel Luis V.J., el guardia civil que tiroteó a un ciudadano marroquí en la A-3, lo ha declarado culpable de asesinato, si bien ha apreciado como circunstancia atenuante que padecía un trastorno psíquico grave.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) han informado del veredicto del jurado, que ha sido adoptado por unanimidad de sus nueve miembros.
El fiscal solicitó al término de la vista oral una condena de 21 años de prisión por un delito de asesinato con agravante por alevosía y ensañamiento, así como con una atenuante leve por un brote psicótico.
Durante su declaración ante la Sección 30 de la Audiencia Provincial de Madrid, Angel Luis V.J. achacó lo ocurrido a que "estaba intentando abortar un ataque terrorista" y a sus problemas con el hachís y la pérdida de su hermano. Además, pidió disculpas a los familiares de la víctima ya que mató a "una persona inocente".
Sospechas de que era un terrorista
Este guardia civil detalló que el fallecido circulaba en su turismo "con muchos bultos": "Cuando yo frenaba él frenaba, cuando yo aceleraba él igual. Me mosqueó un montón". Después, una vez que se pusieron en paralelo a unos 100 kilómetros por hora, explica que "el marroquí lo desafió con la mirada". "Ahí sabía que era un terrorista", apostilló.
Por eso, disparó en dos ocasiones "para que parara": "Lo tenía que detener porque iba a hacer algo. Yo le gritaba 'Alto, Guardia Civil!, pero no me hacía caso, por eso me tiré del coche en marcha cuando él ya chocó con la mediana".
Después salió corriendo hacia la víctima, que estaba a unos 50 metros, y le disparó en las piernas. "No quería matarle en ningún momento, lo juro", afirmó de forma efusiva, para continuar explicando que una vez en el suelo lo puso de rodillas y con las manos en la cabeza.
"Las bajaba continuamente, me daba miedo que llevara un cinturón bomba", argumentó en relación a por qué le apuntaba en la cabeza con su pistola reglamentaria y lo golpeó con la culata del arma. En uno de esos supuestos movimientos, apretó finalmente el gatillo en la sien del ciudadano marroquí porque "empezó a invocar a Alá y pensaba que iba a inmolarse".
La Fiscalía no cree su versión sobre el móvil del asesinato y afirma que tiene un perfil "psicopático, carente de empatía". El representante del Ministerio Público sostiene que, aunque actuó bajo un brote psicótico leve (había consumido hachís), era consciente de lo que estaba haciendo.