Turquía condena a cadena perpetua a tres periodistas y desata las críticas de la ONU y la OSCE
- Han sido acusados de haber enviado "mensajes subliminales" golpistas
- Se les acusa también de pertenencia a una "organización terrorista"
- La comunidad internacional: es un grave ataque a la libertad de prensa
Un tribunal de Estambul ha condenado este viernes a cadena perpetua y sin posibilidad de revisión a tres conocidos periodistas turcos por haber enviado "mensajes subliminales" golpistas durante su intervención en un programa de televisión la víspera del fallido golpe de Estado de junio de 2016, algo que ha desatado las críticas de distintos organismos internacionales como la ONU y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Los condenados son los hermanos Ahmet y Mehmet Altan, que durante años trabajaron o colaboraron con diarios cercanos al partido del Gobierno, el islamista AKP, y la también periodista Nazli Ilicak, que fue diputada entre 1999 a 2001 por Fazilet, la formación en la que militaba entonces el actual presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. En el mismo caso han sido condenadas a cadena perpetua otras tres personas: dos cargos técnicos del diario Zaman y un instructor policial.
Los seis estaban acusados de intentar derrocar al Gobierno y de pertenencia a "organización terrorista", en referencia a la cofradía del predicador islamista Fetullah Gülen, aliado en el pasado del partido gubernamental AKP y al que el Ejecutivo acusa de orquestar la asonada.
Los periodistas han negado en todo momento su vinculación con la cofradía de Gülen y su caso ha sido llevado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Desde la fallida asonada de julio de 2016 se han cerrado en Turquía más de un centenar de medios de comunicación y se ha enviado a prisión a 156 periodistas, lo que convierte a este país en el que más informadores encarcelados mantiene del mundo.
La comunidad internacional: un grave ataque a la libertad de prensa
Organismos internacionales, como la ONU y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), consideran la cadena perpetua contra estos tres periodistas un grave ataque a la libertad de prensa, una condena "inaudita e inaceptable", y piden a Turquía revocar la sentencia.
La decisión judicial de encarcelar de por vida a periodistas "constituye una forma sin parangón de acallar las voces críticas en Turquía", afirman en la nota el relator especial de la ONU para la libertad de opinión y expresión, David Kaye, y el representante para la libertad de prensa de la OSCE, Harlem Désir. "Instamos a Turquía a revertir la decisión de hoy y a liberar a los periodistas", añaden.
Advierten de que el encarcelamiento de informadores "no solo silencia a los periodistas, sino que también priva a los ciudadanos turcos de su derecho a acceder a puntos de vista pluralistas sobre cuestiones que pueden afectar directamente a sus vidas".
El relator de la ONU insiste en que la condena a los periodistas por haber efectuado su trabajo, "sin presentar pruebas sustanciales de su participación en el intento de golpe" y sin "un juicio justo", supone una grave amenaza "al periodismo y, con ello, a los restos de libertad de expresión y libertad de prensa en Turquía".
"La magnitud de estos castigos (...) también plantea preguntas fundamentales sobre la capacidad del poder judicial para defender el derecho constitucionalmente protegido a la libertad de expresión", manifiesta, por su parte, Désir.
También el Instituto Internacional de la Prensa (IPI, en sus siglas en inglés) condena en su página web la decisión de la justicia turca, que tilda de "gran violación del derecho a la libertad de expresión y del derecho a un juicio justo".
Los acusados en este caso, incluidos los hermanos Altan, no tuvieron una trato imparcial y "sus condenas deben ser apeladas y anuladas de forma urgente", recalca el vicedirector del IPI, Scott Griffen. Para Griffen, estas condenas "confirman el declive drástico del imperio de la ley en Turquía".
De manera similar, las sentencias turcas han desatado las alertas de Amnistía Internacional (AI). "Este es un día oscuro para la libertad de prensa y la justicia en Turquía y sienta un precedente escalofriante para decenas de otros periodistas que afrontan juicios por cargos similares de terrorismo falso", señala el director de AI para Europa, Gauri van Gulik, en un comunicado.