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Condenado un hombre a 70 años de cárcel por asesinar a su pareja e intentar matar a dos hijos menores

  • El asesinato machista ocurrió en julio de 2016 en Benicàssim, en Castellón
  • La víctima estaba en trámites de separación de su marido pero vivían aún juntos
  • El 016 es el teléfono de atención a las víctimas de violencia de género

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Oscar H.L., condenado por asesinar a su mujer e intentar matar a sus dos hijos, en el juicio
Oscar H.L., condenado por asesinar a su mujer e intentar matar a sus dos hijos, en el juicio

La Audiencia de Castellón ha condenado a 70 años de prisión al hombre que degolló a su mujer e intentó matar a sus dos hijos menores de edad, que presenciaron el crimen machista en julio de 2016 en Benicàssim. Los hechos -concluye la sentencia- son constitutivos de un delito de asesinato y dos delitos de asesinato en grado de tentativa de los pequeños, un niño de 13 años y una niña de 10 en aquel momento.

El juicio tuvo lugar el 5 y 6 de febrero de 2018 y en el mismo el acusado reconoció los hechos por los que le acusaban y por los que el Ministerio Fiscal y la acusación particular solicitaban penas que sumaban 75 años por un delito de asesinato y de dos intentos de asesinato.

Además de cumplir la pena de cárcel, la sentencia prohíbe a Óscar H.L. acercarse a sus hijos durante 10 años tras el cumplimiento de la prisión y le condena a indemnizarles con 233.620 y 221.770 euros por la muerte de su madre, las lesiones que les provocó y las secuelas físicas y psíquicas que tienen.

El asesino tendrá que indemnizar con otros 20.000 euros a una de las hermanas de la víctima -con la que viven los niños- y con otros 10.000 euros a cada uno de los otros dos hermanos de la víctima.

La sentencia, difundida este martes por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) considera probado que en la mañana del 20 de julio de 2016, Óscar H.L. asesinó a su mujer, que en la primavera de ese mismo año había decidido iniciar un proceso de ruptura con él. Esto no fue bien aceptado por el condenado quien "extremadamente celoso y posesivo" controlaba y vigilaba todos los movimientos de la mujer e impedía que pudiera tomar decisiones.

Esa mañana de verano, tras dormir en el salón de la vivienda "como consecuencia de que el procesado le negara el acceso a la cama de matrimonio", la víctima se dirigió al dormitorio principal y cuando se encontraba sentada "fue sorprendida por la espalda" por su marido quien la degolló.

Al escuchar los estertores de su madre, sus dos hijos se despertaron y acudieron a la puerta del dormitorio principal pero su padre les dijo que volvieran a acostarse "diciéndoles que no pasaba nada, lo que así hicieron ambos en la confianza que su padre les inspiraba y desconocedores del macabro plan que el acusado había iniciado con su madre".

Los dos hijos pequeños consiguieron refugiarse en el baño

La menor de 10 años volvió al comedor donde había estado durmiendo con su madre hasta que el procesado, "continuando con su pérfido plan y con la intención de acabar con su vida, se dirigió a su hija, totalmente desprevenida, y le propinó un corte con el cuchillo afilado en el cuello (...) para, a continuación, taparle la cabeza con una almohada, en la creencia de que la niña había fallecido".

Después se dirigió a la habitación del niño de 13 años "que nunca pudo prever los mortales planes de su padre", que le atacó también con un cuchillo "gritándole que así aprenderían a respetarle". El menor trató de esquivarle y en el intento de impedir la agresión recibió heridas en las manos. Su padre le lanzó cuchilladas en el cuello hasta que lo tiró al suelo donde comenzó a golpearle la cabeza con el suelo.

Al huir, el niño chocó con su hermana, que recobró la conciencia y ambos se refugiaron en el cuarto de baño desde donde pidieron a su padre que avisara a una ambulancia y este, tras recostarse en el sofá, llamó al 112.

Además del agravante de parentesco, el tribunal destaca la existencia del agravante de género. "Esa forma de responder del procesado ante la intención de su pareja de poner fin a la convivencia (...) y no asumiendo el procesado dicha situación, tal y como se pone de manifiesto por su propio comportamiento y conducta controladora, terminando por asesinar a esta, constituye un caso arquetípico" de violencia de género.