Cruz Roja revela que 21 de sus empleados fueron despedidos o renunciaron por pagar por servicios sexuales desde 2015
- Desde 2006 la ONG prohíbe a sus empleados la compra de servicios sexuales
- "Esta conducta constituye una traición a los que procuramos ayudar", afirma
- Cruz Roja Internacional cuenta con una plantilla de más de 17.000 miembros
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha hecho público que 21 de sus empleados fueron despedidos o renunciaron a sus puestos desde 2015 por haber pagado a cambio de servicios sexuales. Además, no se renovó el contrato de otros dos por sospecharse que habían cometido faltas de conducta de carácter sexual.
"Este tipo de conducta constituye una traición a las personas y las comunidades a las que procuramos ayudar. Atenta contra la dignidad humana, y deberíamos prestar más atención a su prevención", ha asegurado el director general de la organización humanitaria, Yves Daccord, en una declaración que se recoge en su página web, donde no se da ningún detalle de los lugares donde trabajaban los trabajadores despedidos.
"El CICR tiene una plantilla integrada por más de 17.000 miembros a nivel mundial. Nos preocupa que existan incidentes que deberían haber sido informados y aún no lo han sido, o que hayan sido informados y no hayan recibido el tratamiento debido. Estamos tomando medidas al respecto", ha señalado Daccord.
“Todo empleado que viole nuestro Código de Conducta tendrá que responder por sus actos“
Desde Cruz Roja se recuerda que todos los contratos de trabajo están vinculados al Código de Conducta del CICR, que desde 2006 prohíbe explícitamente la compra de servicios sexuales.
"Esta prohibición, que está en vigor desde 2006, se aplica en todo el mundo y en todas las circunstancias, incluidos los lugares donde la prostitución es legal, ya que el CICR considera que la conducta de pagar por sexo es incompatible con los valores y la misión de la Institución", asegura el director general de la ONG.
"Mi promesa a las personas a las que prestamos ayuda y a nuestro personal es que las quejas y las denuncias serán tratadas en forma firme y sistemática (...) Todo empleado que viole nuestro Código de Conducta tendrá que responder por sus actos", ha asegurado el director general del CICR
Para la ONG es importante que se haya roto el silencio sobre esta cuestión
En un periodo en el que no paran de salir a la luz casos de acoso, conductas inapropiadas o agresiones sexuales en distintos sectores, incluyendo el humanitario, Daccord ha pedido a sus equipos que rastreen todos los datos sobre esta problemática, ya que el sistema de gestión que utiliza no le permite hacerlo de manera precisa.
"El sistema descentralizado de gestión que hemos usado por cuatro décadas es el que nos permite tomar decisiones de vida o muerte en términos de seguridad y suministro de ayuda, pero cuando se trata de malas conductas ha sido difícil compilar datos exactos", ha explicado el director general de la CICR.
Daccord considera que es muy importante que se haya roto el silencio que rodeaba esta cuestión. "Este momento marca un punto de inflexión para el sector humanitario en su conjunto. Nuestro deber hacia las personas a las que procuramos ayudar es comportarnos con absoluta integridad", ha remachado.