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Tommy Hilfiger: "Los desfiles son aburridos y están anticuados"

  • El diseñador cuestiona la fórmula actual para presentar las colecciones
  • Hilfiger apuesta por eventos globales organizados para vender al momento
  • El desfile mezcló las líneas del diseñador con las que firma Gigi Hadid

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La modelo Gigi Hadid con Tommy Hilfiger en Milán.
La modelo Gigi Hadid con Tommy Hilfiger en Milán.

Dice Tommy Hilfiger que los desfiles de moda, tal y como están concebidos ahora, se han convertido en algo aburrido y que están obsoletos. El diseñador lleva tiempo cuestionando su función y su futuro y cada temporada intenta hacer algo distinto.

"En general están anticuados y eso es precisamente por lo que hago lo que estoy haciendo con los míos, los estoy cambiando”, asegura. El norteamericano fue de los primeros en apuntarse al see now, buy now (lo veo ahora, lo compro ahora) y también en abrirlos al público y crear una experiencia que califica de “excitante”, mezclando moda, espectáculo, música y redes sociales. "Hace unos años al público no se le permitía nunca asistir a un desfile, solo era para la prensa o para los compradores, para los editores de revistas en realidad. Al público le intriga la moda y quiere ver todo lo que pasa”, añade.

Los colores de la Formula 1 inspiran a Tommy Hilfiger. AFP noticias

Su objetivo es integrar al comprador en el círculo de la moda, hacer que forme parte del sistema. Por eso valora las opiniones que generan sus desfiles en las redes sociales y para ello cuenta con un arma muy potente: la top model Gigi Hadid, embajadora global de las líneas femeninas que se venden bajo el paraguas de Tommy Hilfiger. "Creo que las redes sociales están aquí para quedarse, es un vehículo increíble para nosotros como marca para llegar al consumidor, pero al mismo tiempo también lo es para que sepamos lo que está ocurriendo en el mundo de la moda, el arte, la música, el entretenimiento”.

Su desfile de Milán viene avalado por el éxito obtenido por los anteriores, celebrados en Nueva York, Los Ángeles y Londres. En todos ha mezclado las colecciones de mujer y hombre pero también la línea de Gigi x Tommy y la del propio diseñador. Y siempre apoyado en el poder de las redes sociales y sobre todo en inventos tecnológicos que permitir comprar al momento.

La línea masculina mantiene la esencia de la casa. AFP noticias

Sobre la pasarela se ha visto una colección -para la primavera y el verano de 2018- inspirada en el mundo del motor con prendas que juegan con las proporciones y el patrón creando asimetrías y looks rebeldes. Los colores de los circuitos de carrera (rojo, azul y blanco) y el estampado de cuadros de meta se mezclan con el logo en una propuesta joven, fácil de combinar. Todo el protagonismo se lo llevan las prendas que se ciñen, con sensualidad, al cuerpo, las transparencias y las sudaderas con cremalleras que permiten enseñar lo que se desea.

Pero la línea masculina es muy superior porque ha sabido mezclar los códigos del motor con la estética urbana y, además, la inspiración de las carreras de coches, es menos evidente que en la femenina que, en algunos momentos, traspasa la línea que separa la ropa de calle de la ropa deportiva; es decir, la pasarela del gimnasio. No hay tendencias, apenas hay moda. Hilfiger vende estilo de vida, el mismo que moldea a su gusto desde los años 80 y que poco se parece al de sus orígenes, cuando a finales de los 60 conectó con el estilo hippy desde su pequeña tienda People´s Place.

Bella Hadid destaca en el carrusel del desfile de Hilfiger. AFP noticias

Termina una edición flojísima de la Semana de la Moda de Milán, una pasarela que no termina de reinventarse y que mezcla firmas que intentan sobrevivir a sus creadores con otras que viven de los réditos de su propia historia. La fealdad de los desfiles de Moschino y Versace contrasta con la simpleza de las dos líneas de Armani, el decepcionante ejercicio de estilo de Prada y el absurdo trabajo de Gucci. Moda de usar y tirar, para olvidar.

Destacaron, positivamente, los desfiles de Salvatore Ferragamo y Trussardi.  El primero, por su clasicismo renovado; y el segundo, por los guiños elegantes a la naturaleza. Ahora será París el epicentro de la moda. El calendario se extiende del 27 de febrero hasta el 6 de marzo.