Jacquemus se deja seducir por las sensaciones de un zoco marroquí
- Simon Porte Jacquemus firma una colección de colores cálidos
- Las prendas presumen de una sensualidad contenida y elegante
- El diseñador anuncia que en junio se estrenará con una línea masculina
Marrakech es su refugio pero también su inagotable fuente de inspiración. Simon Porte Jacquemus inaugura la Semana de la Moda de París con una colección de colores cálidos que nació por casualidad. “Este invierno, como suelo hacer cuando acaban mis desfiles, me escapé a Marruecos y cojo la moto, tanto que al final del día mi camisa huele a gas. Este invierno me volví a perder en los zocos y tuve el deseo de hacer allí mi colección para el próximo verano pero regresé a París e hice ‘mi invierno’, mi colección de invierno. No lo esperaba pero me ha salido un invierno muy cálido”, revelaba el diseñador tras el desfile.
El tejido marca la esencia de cada prenda. Y lo mismo ocurre con el color. Texturas suaves y ligeras sirven para vestidos, faldas y camisas sensuales de patrones envolventes y líneas fluidas que a veces recuerdan a las túnicas marroquíes. Destacan las piezas que se anudan, con un efecto de improvisación, en la cintura, a veces en la parte frontal y otras en un lateral. Son prendas cómodas, con drapeados y pliegues de aire mediterráneo que se cortan al bies. Propuestas cargadas de elementos culturales, de tradiciones y de artesanía, códigos que también influyeron en la obra de Yves Saint Laurent.
La misma sensualidad se adueña de prendas en punto, más opacas, que se tiñen de tonos oscuros, como marrones o negro. Vemos vestidos de manga larga que llevan faldas de aberturas que ascienden buscando la cintura, tan sexis como los escotes con solapas un tanto masculinas que, de forma generosa, despejan el cuello.
En otros vestidos destaca un entramado de tiras de tejido que se inspira en la arquitectura marroquí y en las celosías. Otro elemento con el que Jacquemus juega con la sensualidad, ya que el movimiento del cuerpo permite mostrar o tapar de forma inconsciente.
Un tímido estampado sobresale en esta propuesta marcada por los colores lisos, una propuesta marcada por diferentes tonos tierra. En esa paleta tranquila llaman la atención pinceladas de tonos rojizos (que recuerdan a las fachadas en ese instante mágico que es el atardecer) y algunos golpes de azul cerámico que aportan frescura a la colección. Destacan los zapatos con tacón de bolas de madera y no faltan sus pamelas gigantes -que ya utilizó en La Bomba, su colección anterior-que recuerdan a las sombrillas de las playas y que se han convertido en uno de sus símbolos.
“Jacquemus no es una marca, es la historia de mi vida”, dice este diseñador de 28 años que ha saludado tras el desfile llevando una sudadera en la que desvelaba su secreto: en junio de 2018 presentará su primera colección de hombre.
En estos meses ha dicho en sus redes sociales que pronto conoceríamos su nuevo trabajo, alimentando la expectación con la etiqueta #NewJob. Las alarmas saltaron y se ha llegado a decir de todo, incluso que podría ser el sustituto de Karl Lagerfeld en Chanel o Christopher Bailey en Burberry.
“Siempre dije que lanzaría mi línea masculina cuando me enamorase y ese momento ha llegado”, cuenta el diseñador que no duda en mostrar detalles de su vida personal en su cuenta de Instagram.
Simon Porte Jacquemus sintió la llamada de Dios y quiso ser sacerdote pero su destino era la moda. Su primera modelo fue su madre y cuando creó su firma decidió bautizarla con el apellido de ella. Trabajó en la casa Comme Des Garçons y no tiene reparos en decir que su moda roza lo comercial. Entre sus seguidoras destacan iconos de la música como Rihanna o Selena Gómez.
Presenta colecciones desde 2010 y en 2012 debutó en el calendario oficial de la Semana de la Moda de París. Un calendario que ya está en marcha y en el que veremos desfiles y exposiciones, como la que el Palais Galliera dedica a Martin Margiela, un trabajo comisariado por su nueva directora, la española Miren Arzalluz.