Lecciones del desierto de Atacama sobre la vida en Marte
- Unos científicos evalúan el rebrote de la vida en el desierto más seco del mundo
- Creen que este fenómeno podría ocurrir también en los suelos de Marte
Un equipo de investigadores, con participación española, ha constatado que en el desierto más seco del mundo, el de Atacama (Chile), hay una "vida latente" esperando a cualquier evento húmedo, por pequeño que sea, para rebrotar, lo que se ve como un análogo de lo que sería la vida potencial en Marte.
Esta es la principal conclusión de un trabajo que se publica en la revista PNAS, liderado Dirk Schulze-Makuch, de la Universidad Estatal de Washington, y que también firman Víctor Parro y Daniel Carrizo, del Centro de Astrobiología (CAB), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas e Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial.
Los científicos se han preguntado durante tiempo si los microbios en el suelo desértico -uno de los lugares más parecidos a la superficie marciana en el Tierra- son "residentes permanentes" o simplemente vestigios moribundos de vida, arrastrados por el clima.
Este trabajo afirma lo primero: los microorganismos, entre ellos bacterias, archaeas y hongos, son capaces de vivir en el suelo permaneciendo inactivos durante décadas, sin agua, y luego se reactivan y reproducen cuando llueve, señala una nota de la universidad estadounidense.
En concreto, los científicos, gracias a técnicas de extracción de ADN y secuenciación masiva de genes, lograron medir la tasa de replicación in situ -hacer copias del ADN- de estos organismos, señala a Efe Víctor Parro, quien detalla que los organismos más alejados de la humedad hacen un número menor de copias del ADN, incluso solo una, que los que están más cerca de la costa.
Es decir, la tasa de replicación en el desierto de Atacama es más lenta, pero existe, resume Parro, quien recuerda que esta tasa es un parámetro fundamental para entender que los microorganismos están teniendo actividad metabólica en ese instante.
Otra de las moléculas que fueron capaces de medir en las muestras fue el ATP (trifosfato de adenosina), "la fuente energética universal de la vida; todos los seres vivos de la Tierra la necesitan para hacer sus funciones metabólicas", apunta.
La vida microscópica resurgió tras la lluvia
Los científicos fueron por primera vez a Atacama en 2015 y sucedieron "cosas increíbles: llovió", relata la nota de la universidad, tras lo que detectaron una explosión de actividad biológica en el suelo.
Regresaron en 2016 y 2017 para hacer seguimiento al muestreo inicial y encontraron que las mismas comunidades microbianas estaban regresando gradualmente a un estado de inactividad a medida que la humedad se alejaba.
"En el pasado, los investigadores habían encontrado organismos moribundos y restos de ADN cerca de la superficie del desierto, pero esta es la primera vez que alguien ha sido capaz de identificar una forma de vida persistente, que vive en el suelo de Atacama", según Schulze-Makuch.
Parro añade que los microorganismos están ahí en su nicho y lo están de forma latente, en forma de esporas o células durmientes, esperando cualquier evento de humedad -en Atacama puede llover una vez cada diez años- para hidratarse y activar el metabolismo, lo que les permite replicarse o regenerar sus mecanismos de reparación".
¿Por qué no en Marte?
Schulze-Makuch indica que si la vida puede persistir en el medio ambiente más seco de la Tierra hay una buena posibilidad de que pueda estar en Marte de una forma similar.
"Creemos que estas comunidades microbianas pueden permanecer inactivas durante cientos o incluso miles de años en condiciones muy similares a las que se encontrarían en un planeta como Marte y luego volver a la vida".
En un pasado Marte tuvo pequeños océanos y lagos; ahora se sabe que hay agua congelada, así que un aumento de la temperatura podría generar agua líquida o suficiente humedad, según este planteamiento.
"Sabemos que hay agua congelada en el suelo marciano y la investigación reciente sugiere fuertemente nevadas nocturnas y otros eventos de aumento de la humedad cerca de la superficie. Si la vida alguna vez evolucionó en Marte, nuestra investigación sugiere que podría haber encontrado un nicho subsuperficial debajo de la superficie extremadamente hiperárida de hoy en día", afirma el investigador principal, Dirk Schulze-Makuch.
El equipo regresará a Atacama a mediados de marzo para vigilar cómo sus "habitantes nativos" se adaptan. A los científicos también les gustaría buscar formas de vida en el estanque Don Juan, en la Antártida, un lago muy poco profundo que es tan salado que permanece líquido incluso a temperaturas tan bajas como -58 grados Fahrenheit.
"Solo quedan unos pocos lugares en la Tierra para ir en busca de nuevas formas de vida que sobrevivan en el tipo de entornos que encontrarías en Marte", afirma Schulze-Makuch. "Nuestro objetivo es entender cómo son capaces de hacerlo, así sabremos qué buscar en la superficie marciana", concluye.