Oscar en femenino
- Frances McDormand, que usa el Oscar de Fargo para calzar puertas, es la gran favorita
- Meryl Streep ha logrado su nominación 21 con Los archivos del Pentágono
Preparados para la gran noche del cine, apuestas listas y palomitas a punto... pero sobre todo ojos y oídos muy abiertos para escuchar los discursos que en el año del Me Too llenarán de reivindicación ese teatro que durante unas horas (esperamos que no muchas) se convierte en la capital de las películas.
La reina de los carteles
Lo más probable es que la que baile con Oscar esa noche es Frances McDormand, porque llega imbatible a esta ceremonia que ella, asegura, detesta. De aquí salió ya con la estatuilla por Fargo hace 21 años y probablemente vuelva a hacerlo el propio domingo. Suyo es ese personaje que nos dio la vuelta en el último Festival de San Sebastián. El de una madre que impone su propia justicia en Tres anuncios en las afueras, el de una todoterreno que no tiene que vestirse de negro para denunciar el acoso en Hollywood. Ella lo hace micro en mano y dejando a la audiencia boquiabierta diciendo verdades como puños. El de una actriz al margen de las modas que lo que quiere, literalmente, es acabar tomando tequilas con sus compañeras de categoría.Alérgica a las entrevistas, sí que ha dicho que el Oscar que ya tiene lo utiliza como sujetapuertas, y que es el momento de que otra de sus puertas acabe acompañada del premio más codiciado del cine.
Amor sin barreras
Segunda nominación de una actriz británica que poco a poco se ha ido haciendo su hueco en Hollywood. Ojo a Sally Hawkins: su anterior nominación fue por Blue Jasmine a las órdenes de ese Woody Allen que lo mismo se le sube a los altares que se le baja a los infiernos. Habrá que esperar para saber si le recuerda en el lejano caso de que ganara. 'Lejano caso' porque la suya, es de esas interpretaciones que parece que llegan como efecto de la película con más nominaciones: La forma del agua. Su limpiadora sordomuda enternece, pero ya está. Un elemento más de una película que empezaba la temporada con aire triunfal pero que parece que va disminuyendo su fuerza a medida que se acerca la ceremonia.
Aquellos días de instituo
Caso similar el de Saoirse Ronan: 23 años y tercera nominación. Destinada a ser una de las grandes damas de la interpretación y que aquí llega con la 'sorpresa indie del año'. Lo siento, pero no acabo de entender el fenómeno de Lady Bird. Sin que nada esté mal, tampoco me parece que nada sea brillante en esta historia de adolescente enfrentada al planeta. Con esta película tengo la sensación de que con ella se cumple la cuota que hay que dar a ese cine más allá de los grandes estudios. Hacer mucho ruido, nominar, y volver a casa de vacío.
Meryl...siempre Meryl
Y, claro, no podía faltar Meryl Streep. Hasta ella debe estar agotada de enfrentarse todo el rato a una nueva nominación: ya van 21 y ha ganado tres veces. Esta vez lo hace con una película prácticamente ninguneada por la academia. Porque, sí, Los archivos del Pentágono, tiene más cine en cada plano que muchos de los títulos que son protagonistas en esta edición, porque Steven Spielberg juega en otra liga, y porque en su primera colaboración con Streep ella aprueba, como no, con Matrícula de Honor. Este no es el año de Meryl, lo sabemos todos, pero cada gesto, cada mirada, cada momento que nos regala su Kate Graham es magia.
La sonrisa ácida de América
Dejo para el final a mi favorita. A esa Margot Robbie que nos enseña la cara menos amable de la alta competición deportiva. Margot no interpreta a Tonya Harding, la campeona estadounidense de patinaje sobre hielo que frustró su carrera tras verse implicada en el ataque a su rival, Nancy Kerrigan. Margot es Tonya Harding. Pero no sólo es ella, es toda esa población salida de la cara menos amable de América. Son White Trash, 'Basura blanca' que se alimenta de comida basura, mata el tiempo en los centros comerciales y vota a Donald Trump. Yo, Tonya es una de las películas del año por contar con verdad, mala leche y humor aquel vergonzoso capítulo deportivo. Y Robbie demuestra que sabe lo que hace subiéndose a unas cuchillas que te cortan la sonrisa.
Lo dicho. Este año, Frances acabará con Oscar, y ojalá su noche termine rodeada de sus compañeras regadas en tequila. Si no, yo me imagino a su personaje, el de Mildred, apoyada en la barra de un local de carretera, tomando chupitos mano a mano con Tonya. Humo, palabras subidas de tonos y las carcajadas de estas dos mujeres que se hacen oír en medio de la marabunta. Dos mujeres que me han dado las dos alegrías interpretativas de la temporada.