Enlaces accesibilidad

La mafia no entra en campaña

  • Silencio electoral en el país de Cosa Nostra, la Camorra y la Ndrángueta
  • Menos sanguinaria y más escondida, la mafia manda también en la política y las finanzas
  • Crece la resistencia ciudadana: empresarios y comerciantes que dicen no al pizzo

Por
Un hombre pasa por delante de varios carteles electorales en Milán
Un hombre pasa por delante de varios carteles electorales en Milán.

Todos los difuntos tienen foto. En blanco y negro o descoloridas por el sol que asoma tímido sobre las frías lápidas de mármol. En el cementerio de Corleone, las esculturas de ángeles y vírgenes se mezclan con flores, frases e imágenes de recuerdo. También la que guarda los restos de Totó Riina, capo dei capi de Cosa Nostra. Se marchó de su tierra para cumplir cadena perpetua y volvió en noviembre en un ataúd. Igual que Bernardo Provenzano. Los mayores criminales de la historia reciente italiana comparten descanso aquí con algunas de sus víctimas. Hay dolor y mucho silencio.

Casi el mismo que ha guardado la campaña electoral sobre una realidad que todos saben y no nombran. Ya no es la de los años de plomo. La mafia, ha cambiado de traje para estar con el dinero y el poder. Lo mismo en un pueblo de Sicilia que en una capital de norte. Maneje el narcotráfico, los contratos públicos, la elección de cargos o los hilos de las finanzas...

"La antimafia no paga, no atrae votos ni consensos, quizá incluso los hace perder" comenta Nino Amadore, periodista de Il Sole 24 ore y autor de varios libros sobre el crimen organizado. La antimafia es la resistencia ciudadana a los intereses y los chantajes de los clanes. Es la sociedad, la otra cara de una dura realidad arraigada al propio ADN de Italia.

"Es un error que esté ausente de la campaña, faltan los temas que den una perspectiva de desarrollo en la legalidad, en una región tan necesitada de ello. La mafia es corrupción y queremos saber qué se hará en los próximos años para que, por ejemplo, las empresas que quieran invertir no tengan esa presión", añade Amadore.

Se ve a la mafia como una oportunidad (...) te da lo que el Estado no hace

El silencio impregna también las angostas calles de Corleone, de apenas 11.000 habitantes, intervenido por infiltraciones mafiosas, que no ayuda a borrar el estigma de ser cuna de los más sanguinarios capos. "Aquí estamos muy expuestos, esto es pequeño. Todos nos conocemos, sabemos quienes somos y lo que hacemos" explica Marilena Bagarella, responsable del Laboratorio de la Legalidad, una casa confiscada a la mafia -en ella nació Bernardo Provenzano- y convertida en museo, sede de la resistencia al crimen organizado.

"No tenemos miedo aunque estemos a dos casas de la familia Riina o Provenzano, la gente sabe que damos la cara, que no nos paramos. Lo nuestro es un gesto de libertad, damos a conocer lo que pasó en casi 100 años de historia, para que no suceda más. La que duele es la falta de futuro, de trabajo, porque entonces se ve a la mafia como una oportunidad, una vía fácil de conseguir dinero. Te da lo que el Estado no hace" denuncia Marielena, que echa de menos más ayuda "ahora que hemos estado en campaña electoral".

"Hay muchos políticos que son mafiosos"

Sobre esa omertà política, otra corleonesa, María Elena Saltaformaggio, opina que lo que ocurre es que "hay muchos políticos que son mafiosos, no digo que todos".

Esta joven de 25 años trabaja en el Centro Internacional de documentación sobre la Mafia y la Antimafia de Corleone. Uno de sus tesoros son las más de quinientas carpetas con las únicas copias de las actas que utilizó el juez Giovanni Falcone en las investigaciones que le costaron la vida. Entre ellas las declaraciones del primer arrepentido, Tommasso Buschetta, clave para hacer caer a Riina y toda la cúpula de Cosa Nostra.

A lo largo de las salas de los mensajes, la contradicción y el dolor, las fotos de la periodista Letizia Battaglia cuentan el horror que dejaron aquellos terribles años. Cadáveres que hablaban, advertían con su postura, que la mafia ni olvida ni perdona a quien le traiciona. "Yo vivo con los valores de Falcone y Borsellino que decían: quien tiene miedo, muere cada día. Quien no, solo muere una vez" remata la joven documentalista.

Quien tiene miedo, muere cada día; quien no, solo muere una vez

En la mismo despacho que se ocuparon los jueces héroes está ahora Francesco Lo Voi, el fiscal de Palermo. "La muerte de Riina no ha cambiado las cosas. Sigue habiendo mucha Cosa Nostra. No es la de hace 30 años pero sigue controlando el territorio en muchas zonas, la actividad económica, impone el pago del pizzo a las empresas y negocios, se encarga de reinvertir el dinero de la criminalidad".

La peor es la 'Ndrangheta, originaria de Calabria y extendida por todo el país, especialmente en el norte, "tiene un fortísimo poder económico, no solo en Italia, también en Europa, en Canadá, Australia, en todo el mundo", dice el fiscal, que lamenta que fuera no son conscientes de su peligro y presencia. Lo Voi ve necesario avanzar en el cambio de cultura sobre la mafia, con la movilización ciudadana, desde la misma escuela, "un trabajo largo aún que implica a todos".

Quienes luchan cada día por limpiar la marca de Corleone siguen adelante a pesar de indiferencias electorales, políticas, o de sus propios vecinos. De aquellos que, explica Marilena, "se mueven en lo gris, que no se posicionan o lo hacen en función de lo que les conviene... son los más peligrosos. La mafia existe también porque está en una cultura cotidiana que intentamos corregir".