El papa Pablo VI y el arzobispo Óscar Romero serán proclamados santos
- Pablo VI será el tercer papa canonizado en el pontificado de Francisco
- También será santo el arzobispo salvadoreño Óscar Romero, asesinado en 1980
- Aunque no hay fecha oficial, ambas canonizaciones podrían tener lugar en octubre
En un solo día, el papa Francisco ha decretado la canonización de dos de los hombres más prominentes de la Iglesia en la segunda mitad del siglo XX: su antecesor el papa Pablo VI y el arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero, ambos beatos a los que el actual pontífice ha reconocido mediante el correspondiente decreto sendos milagros que permitirán convertirlos en santos, presumiblemente en octubre de este año.
El papa se reunió el martes con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, para aprobar algunos decretos en el que también se encontraban los de los respectivos milagros para la canonización del papa Pablo VI, que ocupó la silla de Pedro entre 1963 y 1973, y del arzobispo Óscar Romero, asesinado a tiros por un escuadrón de la muerte de ultraderecha en 1980.
El tercer papa canonizado por Francisco
El papa Francisco promulgó así el decreto por el que se reconoce un segundo milagro por la intercesión del pontífice, que ya había sido beatificado en octubre de 2014 por el propio Francisco. Pablo VI será el tercer papa que canoniza Francisco, después de san Juan XXIII y san Juan Pablo II.
Aunque aún no se conoce la fecha de su canonización, esta podría celebrarse a finales de octubre en Roma, al terminarse el Sínodo de Obispos sobre los Jóvenes, convocado del 3 al 28 de octubre, según adelantó el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, conjuntamente con la de Óscar Romero.
Precisamente Pablo VI, el papa que clausuró el Concilio Vaticano II, fue el creador del Sínodo de Obispos, la asamblea de los prelados llegados de los cinco continentes al Vaticano, reuniones iniciadas durante el Concilio que convocó Juan XXIII y que se celebró desde 1962 a 1965. Con el sínodo episcopal Pablo VI quería que el pontífice recibiera ayuda en su tarea de gobierno en la Iglesia universal.
Papa viajero y dialogante
Pablo VI fue el primer papa viajero, y por tanto el primero en visitar Tierra Santa, y emprendió viajes por los cinco continentes. Sufrió un atentado, en 1970, cuando un pintor boliviano le hirió con dos puñaladas a su llegada al aeropuerto de Manila. La camiseta ensangrentada fue la reliquia que se expuso en la ceremonia de beatificación celebrada en la Plaza de San Pedro.
Pablo VI es considerado también el papa del diálogo y la reconciliación entre las diferentes Iglesias. Y prueba de ello fue el histórico gesto del abrazo con el entonces patriarca Atenagoras, abriendo el camino de reconciliación entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, después de más de 500 años del cisma de Oriente.
A él se debe también la encíclica "Humanae Vitae", que incluía la postura de la Iglesia católica sobre el aborto, el control de la natalidad y los métodos anticonceptivos.
El primer milagro atribuido a la intercesión de Pablo VI, y que le permitió ser beatificado, fue la curación de un feto en la década de los noventa en California, después de que se diagnosticase que tenía graves problemas cerebrales, pero la madre se negó a abortar y el niño nació sin problemas. El milagro reconocido en esta ocasión, según han explicado algunos medios, es el de Amanda, una niña nacida el día de Navidad de 2014 en Verona (Italia), con apenas 24 semanas de gestación, pero que sobrevivió.
'San Romero de América' será santo de la cristiandad
El papa Francisco ha firmado también el decreto del milagro por intercesión del arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 por los escuadrones de la muerte mientras decía misa, y por el que será proclamado santo.
La beatificación de Romero se había proclamado ya el 23 de mayo de 2015 con un decreto en el que se reconocía el "martirio" de Romero "in odium fidei", es decir, que fue asesinado por "odio a la fe" y por tanto sin necesidad de un milagro.
Aunque para los salvadoreños, Monseñor Romero es mucho más que un mártir; es el héroe, el defensor de las causas justas, el hombre bueno, es San Romero de América, como lo "bautizaron" desde que fue asesinado en San Salvador el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba misa.
Ahora, el milagro reconocido por la intercesión del beato mártir le permitirá ser proclamado santo. El postulador para la causa de canonización, monseñor Vincenzo Paglia, aseguró que el supuesto milagro del arzobispo se obró en una mujer embarazada, enferma de cáncer, identificada como Cecilia Maribel Flores de Rivas, que estaba en peligro de muerte junto a su hijo, una sanación para la que la Congregación vaticana para la Causa de los Santos ha descartado la causa médica.
El santo de la Teología de la Liberación
La vida de Óscar Arnulfo Romero (1917-1980) se caracterizó por su defensa de los pobres y por su denuncia de los abusos de los derechos humanos, denunciando la represión militar en los años previos a la guerra civil en El Salvador, que se desencadenó tras su muerte y duró doce años, entre 1980 y 1992.
El punto de inflexión en la vida de Romero fue el asesinato en marzo de 1977 de su amigo Rutilio Grande, un sacerdote promotor de comunidades cristianas de base. A partir del crimen, el religioso -que ya era presidente de la Conferencia Episcopal de El Salvador- se convirtió en un ferviente defensor de los derechos humanos, llegando a ser propuesto en 1979 para el Premio Nobel de la Paz, galardón que finalmente no le fue concedido.
El camino para la elevación a los altares de Romero comenzó en 1994, bajo el pontificado de Juan Pablo II, pero desde que pasó en 1997 a la Congregación de la Doctrina de la Fe, vivió un estancamiento hasta que en 2005 la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que continuase, y con la llegada del papa Francisco en marzo de 2013 hubo una aceleración de la beatificación de Romero.
La condición de "mártir" fue la que encontró más objeciones durante este proceso, pues para un sector más conservador de la Iglesia beatificar a Romero habría sido como llevar a los altares a la Teología de la Liberación, corriente teológica que nació en la Iglesia católica en Latinoamérica, de supuestas ideas marxistas, y que se caracteriza por poner a los pobres en el centro de la Iglesia.
Según esta condición de mártir "in odium fidei", los teólogos no juzgan la posible intención política del asesinato del arzobispo, sino el intento de llegar al amor por la justicia y la predilección por los pobres que Romero manifestaba en su idea de Iglesia, de acuerdo con algunos testimonios recogidos en los fascículos del proceso. Para la canonización, sin embargo, era decisivo reconocer un milagro por su intercesión, lo que ha llegado finalmente ahora, tras un proceso de casi 25 años.