Puigdemont asegura que nadie le ha pedido que deje su escaño para facilitar la investidura de otro candidato
- "Si pudiera volver atrás no suspendería la proclamación de la independencia", dice
- Asegura que recibió "sugerencias" por parte del Gobierno de España para dialogar
- "Lamentablemente era una trampa", dice Puigdemont, que no se arrepiente de nada
El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont ha asegurado que "nadie" le ha pedido que renuncie a su acta de diputado para facilitar la investidura de otro candidato y ha insistido en que el desbloqueo pasa por que se le deje delegar su voto. "A mí nadie me ha pedido que deje el escaño, me piden y yo he pedido, delegar el voto, lo que se debería permitir para respetar el resultado de las elecciones del 21 de diciembre", ha afirmado Puigdemont en una conferencia de prensa en Ginebra, Suiza, a donde llegó este sábado.
"Evidentemente, no hay obstáculos reglamentarios para que yo pueda delegar el voto, pero estamos ante una intervención de la Justicia en la vida legislativa catalana, cosa que es bastante impropia de un régimen donde debería haber separación de poderes", ha agregado Puigdemont, quien también ha hablado de su situación procesal.
Consultado específicamente si está listo para ir a prisión, respondió afirmativamente: "Sí, desde el momento que yo estoy a disposición de la Justicia belga y que hay la posibilidad de que puedan extraditarme". "Yo tengo esperanza y gran confianza en la Justicia europea y en la de los países europeos y voy a respetar sus decisiones (...) porque tengo una gran confianza en la separación de poderes y en las garantías de un trato justo que yo no puedo obtener en España", ha aseverado Puigdemont en declaraciones a la prensa.
El expresidente catalán ha dicho que no se encuentra en la clandestinidad en Bélgica. "Yo no soy un fugitivo, estoy plenamente en la legalidad europea", ha afirmado. España le acusa -también a sus cuatro consejeros que se fugaron con él en octubre de 2017 a Bélgica- de los presuntos delitos de rebelión, sedición, malversación, prevaricación y desobediencia. Sin embargo, el Tribunal Supremo retiró en diciembre la orden de detención y entrega europea contra todos ellos.
Puigdemont ha añadido este domingo antes de participar en un debate del Festival Internacional y del Foro sobre Derechos Humanos (FIFDH) que la independencia "no es la única solución", y apuntó que "el modelo suizo" es la opción "más eficaz y atractiva". "¿Es la independencia la única opción? Para nada. Hay otras", ha recalcado Puigdemont en declaraciones a los medios de comunicación.
"No suspendería la proclamación de la independencia"
Este mismo domingo, antes de hablar con los medios en rueda de prensa, Puigdemont ha asegurado en una entrevista al diario suizo La Tribune de Genève que, si pudiera volver atrás, no suspendería la declaración de independencia como hizo el 10 de octubre tras supuestas "sugerencias" del Gobierno en este sentido para dejar abierta una puerta al diálogo, pues "era una trampa".
"Hay una cosa que haría diferente. El 10 de octubre teníamos previsto proclamar la independencia, pero yo decidí suspender sus efectos para dejar abierta una puerta al diálogo con el Gobierno español. Era lo que se me había sugerido desde Madrid", ha sostenido
Según Puigdemont, "fuentes directas del Gobierno español, sus mediadores y otros" le habían pedido que actuara así, por lo que él, según asegura, "eligió dar una oportunidad al diálogo". "Lamentablemente era una trampa, ya que no hubo ninguna reacción positiva por parte del Gobierno. Si pudiera volver atrás no suspendería la proclamación de la independencia", ha indicado.
Puigdemont ha asegurado que respondería favorablemente a cualquier propuesta de diálogo dirigida a crear un espacio de discusión, porque, afirma, el conflicto "solo puede resolverse de esta manera y no con penas de 25 ó 30 años de prisión".
En otra entrevista concedida al diario Le Temps, y publicada también este domingo, Puigdemont ha reiterado que "sigue siendo el presidente" de Cataluña y ha asegurado que el Estado español actuó fuera de la ley porque "no tiene poderes para decidir sobre la suspensión de un Parlamento o un Gobierno". Además ha calificado su posible regreso a España como "una buena noticia para la democracia", si entra dentro del diálogo.