Ecuador restringe las comunicaciones de Assange por sus pronunciamientos políticos
- El Gobierno de Quito arguye que ha violado un acuerdo de finales del año pasado
- El activista prometió no opinar de cuestiones que pudieran comprometer al país
- Así, se le suspende la comunicación con el exterior y se restringen sus visitas
Ecuador ha restringido el acceso a las comunicaciones y las visitas a Julian Assange, asilado en su embajada de Londres desde 2012, con el argumento de que el activista y periodista es incapaz de controlarse para evitar opinar sobre cuestiones que Quito considera perjudiciales para su política exterior, como la crisis política en Cataluña y las relaciones entre Reino Unido y Rusia tras el ataque contra el exespía Sergei Skripal.
En este sentido, el Ejecutivo que preside Lenín Moreno considera que Assange ha violado un acuerdo alcanzado en diciembre de 2017 por el que se había comprometido a no opinar sobre cuestiones de otros países, de modo que deberá afrontar esta desconexión "de forma indefinida", según fuentes oficiales consultadas por Efe.
El Gobierno ecuatoriano ha informado de esas sanciones a través de un comunicado en el que detalla que ha suspendido "los sistemas que permiten a Assange comunicarse con el exterior desde la Embajada ecuatoriana en Londres". Además, según las fuentes citadas por la agencia española, le han sido restringidas las visitas.
Hartazgo ecuatoriano
Esas medidas comenzaron a aplicarse desde el martes y reflejan el hartazgo del Gobierno de Lenín Moreno con los continuos pronunciamientos políticos del fundador de Wikileaks.
La nota explica que la decisión responde al "incumplimiento por parte de Assange del compromiso escrito que asumió con el Gobierno [...] por el que se obligaba a no emitir mensajes que supusieran una injerencia en relación a otros Estados".
“No cumplió un acuerdo que él mismo firmó de silencio y de no intervención en temas internos de otros estados“
"No cumplió un acuerdo que él mismo firmó de silencio y de no intervención en temas internos de otros estados, violó el compromiso, por lo que hemos procedido a cortarle el acceso a las comunicaciones", ha declarado, por su parte, la ministra ecuatoriana de Exteriores, María Fernanda Espinosa, en un acto público.
De Puigdemont a Rusia
Y es que después de sucesivas peticiones por parte el Ministerio de Exteriores, Assange volvió a manifestarse la última semana sobre dos cuestiones políticas que han colmado el vaso de la paciencia ecuatoriana.
El primero de ellos fue la comparación que hizo de la detención en Alemania del ex presidente catalán, Carles Puigdemont, con la de otro expresidente regional, Lluís Companys, a manos de la Gestapo en 1940, para su posterior extradición a España y fusilamiento por el régimen franquista.
Esta misma semana, el activista también criticó por Twitter la respuesta diplomática de Reino Unido por envenenamiento del exespía Sergei Skripal, que atribuye a Rusia: "A pesar de que es razonable que [la primera ministra británica] Theresa May piense que el Estado ruso es el primer sospechoso, hasta ahora las pruebas son circunstanciales", aseguraba en un mensaje.
La política exterior ecuatoriana, en riesgo
En ese sentido, el Gobierno de Ecuador advierte de que "el comportamiento de Assange, con sus mensajes a través de las redes sociales, pone en riesgo las buenas relaciones que el país mantiene con Reino Unido, con el resto de los Estados de la Unión Europea y otras naciones".
"Por todo ello, para prevenir potenciales perjuicios, la embajada en Londres interrumpió este 27 de marzo las comunicaciones al exterior a las que tiene acceso Assange", concluye la nota oficial.
El activista australiano permanece bajo régimen de asilo en la Embajada ecuatoriana en Londres desde 2012, cuando se refugió en la legación para esquivar una reclamación de Suecia por violación, si bien su temor último era su posible extradición a Estados Unidos, que le requiere para someterle a un juicio militar por la información difundida en WikiLeaks.