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Corea del Norte

El primer viaje al extranjero de Kim Jong-un: una visita a China "no oficial", pero con todos los fastos

  • Xi Jingping ha reservado al líder norcoreano el mismo trato que a otros líderes
  • Así, Kim ha pasado revista a las tropas chinas y ha tenido una cena de gala
  • Con todo, Pekín califica la visita de "no oficial", en espera de resolver tensiones

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De izquierda a derecha, la esposa de Kim Jong-un, Riu Sol Ju, el propio líder norcoreano, el presidente de China, Xi Jingping, y la primera dama china, Peng Liyuan
De izquierda a derecha, la esposa de Kim Jong-un, Riu Sol Ju, el propio líder norcoreano, el presidente de China, Xi Jingping, y la primera dama china, Peng Liyuan.

Banquetes fastuosos, sonrisas, fotografías acompañados de sus respectivas esposas, grandes escoltas de motoristas y ramos de flores: el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha sido recibido con todos los honores en China en el que ha sido el primer viaje al extranjero desde que se hizo con el poder en 2011, pese a que las autoridades chinas han tildado la visita de "no oficial".

Los medios estatales de ambos países han confirmado este miércoles lo que durante dos días han sido rumores y especulaciones, al difundir numerosas imágenes del histórico encuentro en Pekín entre Kim y el presidente chino, Xi Jingping, quien ha brindado a su huésped las atenciones reservadas a los jefes de Estado.

El líder norcoreano, Kim Jong-un, y su esposa, Riu Sol Ju, saludan desde el tren en el que han viajado a China

El líder norcoreano, Kim Jong-un, y su esposa, Riu Sol Ju, saludan desde el tren en el que han viajado a China. AFP / KCNA

El dictador norcoreano llegó a Pekín el lunes, a bordo de un tren color verde oliva con los cristales tintados. Al bajar de su vagón, recibió un ramo de flores antes de ser conducido hasta una berlina negra, que emprendió camino escoltada por una nube de agentes motorizados, según se aprecia en las fotografías publicadas por el diario oficial norcoreano, el Rodong Sinmun.

Xi le recibió en el inmenso Palacio del Pueblo, donde ambos procedieron a pasar revista a las tropas chinas, un acto que se suele realizar con todos los líderes extranjeros que visitan China.

Cena de gala

Después, Kim Jong-un, ataviado con un traje Mao gris oscuro, y su esposa Ri Sol Ju, con un traje falda y chaqueta de color ocre, han posado con Xi y su mujer, la excantante Peng Liyuan.

Ambos han ofrecido a la pareja norcoreana un espectáculo y una cena, igual que hicieron con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama estadounidense, Melania, hace pocos meses.

Posado de Kim Jong-un y Xi Jingping, acompañados de sus respectivas esposas, en Pekín

Posado de Kim Jong-un y Xi Jingping, acompañados de sus respectivas esposas, en Pekín. AFP / KCNA

La televisión estatal china CCTV ha emitido imágenes de la gran sala que ha acogido el banquete, decorada con paisajes chinos y ornamentos de colores vivos. Las diez mesas dispuestas lucían porcelana fina amarilla y cestas desbordantes de fruta

En la mesa de honor, donde se han sentado las dos parejas, se apreciaba una composición floral roja y verde con palomas decorativas. El Rodong Sinmun ha publicado una foto en la que se ve como Kim y Xi brindan con vino, blanco para el dirigente norcoreano y tinto para el chino.

Tensiones soterradas

Una escena cuanto menos chocante, puesto que China ha apoyado las sanciones impuestas por Naciones Unidas del régimen norcoreano.

De hecho, Pekín desconfía de una escalada nuclear en la península coreana, y no ve con agrado los ensayos nucleares de Pyongyang, que han provocado temblores de tierra en el territorio chino.

China ha anunciado este miércoles oficialmente que el líder norcoreano, Kim Jong-un, realizó esta semana una visita a Pekín durante la cual señaló su compromiso para alcanzar la desnuclearización de la península coreana.

Así, aunque ambos países mantienen una alianza estratégica desde la Guerra de Corea (1950-1953), las ambiciones atómicas de Kim Jong-un han tensado las relaciones entre China y Corea del Norte.

Quizá por eso, Xi no ha querido recompensar a Kim con una visita oficial, a la espera de mayores progresos que resuelvan todas las tiranteces, si bien los gestos de la visita colocan al líder norcoreano en un plano de igualdad con el resto de mandatarios mundiales que visitan China.